Fozzy: All That Remains

FOZZY son la banda de Heavy Metal de Chris Jericho, conocido mundialmente
por su trabajo como golpea-personas en la WWE (World Wrestling Entertainment),
una de las principales potencias en lo que a lucha libre se refiere. En el
año 2000 decidió lanzarse definitivamente como vocalista de Heavy Metal bajo
el sobrneombre de Fozzy Osbourne, y editó un primer disco con su banda, FOZZY.
No fueron reconocidos en europa hasta que en el 2002 se editó “Happenstance”
a través de SPV, un disco donde la banda mostraba sus raíces mas hard-rockeras
y donde hasta el productor Andy Sneap era parte de la banda junto a Rich Ward
de STUCK MOJO. La banda se puso los trajes mas ridículos que encontraron a
su paso, y se dedicaron a inventarse una historia según la cual las versiones
que interpretaban (“Live Wire” de MOTLEY CRUE, “Over The Mountain” de Ozzy
Osbourne, por ejemplo) eran realmente temas suyos que les habían robado otras
bandas mientras ellos se encontraban atrapados en Japón por culpa de un contrato
discográfico firmado con prisas. Actualmente la banda ha dejado de lado esa
historia y se ha convertido en un grupo e tejanos y camiseta que toca Heavy
Metal influenciado por BLACK LABEL SOCIETY y parte de la movida americana
actual, sin perder su filón de grupo de metal más o menos clásico.

La banda ha tenido algunos cambios de formación, siendo el mas notable la
marcha de Andy Sneap como tercer guitarrista de la banda. Sean Delson es el
nuevo bajista y Ryan Mallum ha dejado la banda poco después de la grabación
del disco. Con el line-up actual han conseguido firmar un disco lleno de temas
gruesos, de omnipresencia guitarrera y de voz desgarrada pero melódica. Gemas
como “The Way I Am”, “Enemy” o el inicial “Nameless” son buenas muestras de
Heavy Metal contemporáneo, y aunque se echa de menos los guiños a los clásicos
observados en discos previos, todo ha sido realizado en pro de una mayor identidad
propia por parte de la banda, lo cual les hace ganar punto automáticamente.

Hay algún que otro tema de relleno como “The Test” o “Born Of Anger” que
pese a sonar atronadores, sobran un poco en el contexto general del álbum.
Pero mejor no hablar muy alto, no sea que Chris Jericho se rasgue la camiseta
al más puro estilo Hulk Hogan y me deje aturdido a golpes.