Forever Slave: Alice’s Inferno

Está claro que lo que busca esta banda no es la
originalidad. Y si lo fuese, FOREVER SLAVE ha fracasado. Observando el diseño
de su portada y art work en general, repasando el line – up y corroborándolo
escuchando sus diez temas, estamos delante de otra de las mil bandas de metal
gótico, con chica guapa al frente, que destaca tanto por su voz más o menos
soprano, como por sus aspiraciones a modelo de las tinieblas.Quizás lo que hace
diferente a FOREVER SLAVE es su procedencia; es una de las pocas bandas españolas
que se han subido al carro del éxito que tan bien conducen gente como EVANESCENSE.
Y es que bandas como estas les han hecho caer en la tentación: si señor, ser
gótico vende y más si eres fémina.

“Alice’s Inferno” es su debut discográfico, después
de tres demos, y han pasado del “true black metal” tal y como definían su primer
trabajo “Hate” (2000) a ser un grupo “con cantante femenina y guitarras potentes”
utilizando de nuevo las própias palabras del grupo. “Alice’s Inferno” es un
disco conceptual que explica la historia de una adolescente a la que han encerrado
en un manicomio, acusada de matar a sus padres. La chica en cuestión no recuerda
nada de lo ocurrido y viaja a través de su subconsciente para encontrar la verdad.
Todo este mundo de delirio, suicidio, violencia y otros paraísos es lo que narra
cada tema del disco. No obstante no se aprecia mucha evolución en los pensamientos
de la muchacha, pues los temas suenan monótonos, muy parecidos entre ellos y
poco brillantes en general. Las guitarras potentes son una incógnita durante
gran parte del disco, eclipsados por un teclado atmosférico y una Lady Angellica
con una voz muy falta de fuerza, que abusa del falsete y de las melodías pegadizas.

Así lo demuestra su primer corte, “Lunatic Asylum”
dónde un estribillo más que repetido combina, como era de esperar, con una voz
gutural masculina.

“Reminiscenses” es una canción más tranquila y melancólica
que, en el último minuto experimenta una subida de tempo marcado por un poderoso
solo de guitarra que, acompañado por el doble bombo y unos coros masculinos
(a cargo del teclista, Leal) constituye la parte más cañera a la vez que emotiva
del tema.

Con más preponderancia de las teclas y unas guitarras
poco agresivas, llega “In The Forest”, un corte bastante previsible que recuerda
a WITHIN TEMPTATION en algunas melodías, con pasajes melancólicos a toque de
violín y piano y un estribillo marcado por el diálogo masculino gutural y femenino
donde se aprecia la falta de detalles y personalidad en la voz de Lady Angellyca.
Aún así, un tema pegadizo muy representativo de su estilo.

Siguiendo la tónica general llegan “Equilibrium”
y “The Circles Of Tenebra”, la primera con más presencia de la voz masculina
pero, aún así, ambas con una estructura compositiva muy parecida a la del resto
del disco. Quizás “The Circles Of Tenebra” tenga un fondo más tétrico y oscuro,
con una melodía inquietante de teclado y  algo más de contundencia en los parches.

El inicio de “Drams And Dust” vuelve a pregonar
una canción repetitiva y excesivamente semejante tanto en el ritmo de la batería,
como en la melodía vocal a todo lo demás. A destacar el pequeño solo de violín
con bases electrónicas que, aunque no venga mucho a cuento, no deja de ser un
cambio.

“Aquelarre” es una canción mucho más oscura y pesada,
donde predomina la voz gutural de Leal y un doble bombo que invita a mover el
cuello. La canción en sí está mucho más trabajada e incluye medio estribillo
en castellano. Probablemente uno de los mejores cortes del disco.

“Across The Mirror” es el tema más largo del disco,
alrededor de los ocho minutos de duración, con algunos cambios rápidos y trepidantes
al inicio y al final, pero con un “bajón” en medio de la canción que, a parte
del sentimiento que vuelve a desatar el solo de guitarra, le quita ritmo y la
hace ligeramente pesada.

Con unos segundos iniciales más cercanos a la electrónica
llega “Tristeza”, una canción emotiva, con un estribillo muy melódico y comercial,
sin abandonar la melancolía presente en todo el disco.

Y el final de la historia de nuestra adolescente
perturbada, después de pasar por todos los susodichos pasajes de delirio, es
“The Letter”, donde la voz vuelve a ser demasiado lineal, a pesar de su interpretación
desolada (algo sobreactuada) en medio de la canción, donde bombo y cuerdas atorgan
algo más de contundencia que en temas anteriores y con un final de teclado tétrico
y atormentado.

Así pues, el “Alice’s Inferno”  es un disco que
pierda fuerza, sobretodo, en sus temas centrales, demasiado repetitivo, con
una voz a la que le falta mucha expresividad y en conjunto, una dosis importante
de originalidad a la hora de componer sus temas. Aún así, esto no está reñido
con el éxito.