Orange Goblin: A Eulogy For The Damned

Como si nada, pasito a pasito y cada vez yendo un poco más allá, este álbum marca el séptimo trabajo de estudio de ORANGE GOBLIN, con el cuarto sello distinto. Los ingleses tienen esa curiosa mezcla de stoner/sludge/doom metálico que si bien podría atraer a mucho tipo de público, nunca ha llegado a mover a grandes masas. Si existiera la justicia musical, con ‘A Eulogy For The Damned’ esto debería cambiar.

Es curioso que dentro del estilo, que en algunos momentos llega a sonar sucio y cafre, tiene un punto pegadizo que hace que te quedes con muchas de las melodías presentes a la primera, lo cual, además de agradecerse, tiene mucho mérito. Parte de esa característica es que el grupo no se cierra a la hora de dejarse influenciar por distintos géneros, como pueden ser el hard rock o el heavy.

La apertura con ‘Red Tide Rising’, de la que no hace mucho estrenaron videoclip es una muestra de la calidad que atesoran los otros nueve cortes. Los riffs de Joe Hoare suenan monstruosos y pesados desde el primer segundo, marcando una de sus principales señas de identidad. ‘The Filthy and the Few’ (de primeras parece que esté cantando Lemmy) y ‘The Fog’ también tienen ese ritmo que con sus dosis de velocidad justas resultan atrayentes. Más sureñas y pesadas suenan ‘Stand For Something’ (con su mensaje claro en la estrofa que reza “What doesn’t kill us makes us stronger in the long run and I’m not afraid to die”) y ‘Save Me From Myself’, donde bajan revoluciones y ceden espacio a las melodías.

Pero los momentos de pausa no abundan. Por ejemplo, ‘Acid Trial’ suena a la época más poderosa de MASTODON, ‘Return To Mars’ retoma ese punto de buen rollo en su poco más de dos minutos, o ‘Bishop»s Wolf’ intenta jugar un poco con los cambios de ritmo, haciendo que el disco resulte de todo menos repetitivo. Curioso el caso de ‘Death of Aquarius’, en la que me ha parecido escuchar en su inicio a COLD y su ‘Stupid Girl’ más pesados y graves. Para el final, ‘A Eulogy For The Damned’ con su influencia doom más latente, y resultando el tema más largo y denso de todos. Paso de gigante en la carrera del cuarteto, y que tenemos la oportunidad de ver en el próximo Sonisphere. Altamente recomendables.