Peavy Wagner juega con el número de su vigésimo-primer disco y a la vez con el popular juego de cartas del Blackjack (aquí conocido como el 21) para introducirnos en su nueva obra. Soy de los que piensan que Rage nunca han sacado un disco mal y que han sido siempre un ejemplo clarísimo de evolución óptima, bien entendida y que funciona. Muy pocas bandas pueden decirlo. Su unión de años ha con Victor Smolski ha hecho que con los años el ruso guitarrista tenga tanto o más protagonismo que el propio Wagner. Este “21” cumple expectativas, pero a mi modesto modo de ver baja un poco el listón si comparamos esta obra con las inmediatamente anteriores.

Los sonidos más progresivos y una agresividad y oscuridad absoluta es lo que más destaca esta nueva obra. De entrada el tema “Twenty One” ssorprende por los agresivos riffs y la complejidad compositiva. Eso no quita que podamos reconocer a la banda a las primeras de cambio, pero se nota la evolución sónica. Este corte inicial ya nos avisa que el protagonismo absoluto de la guitarra de Smolski va a ser una constante absoluta en todo el disco. En “Forever Dead” se acercan de inicio al thrash con guturalidades incluidas. Eso sí, pronto volvemos a los terrenos más habituales de Rage en sus últimos discos. Sin duda uno de los grandes cortes de este álbum.

André Hilgers está espectacular en toda la obra, haciendo olvidar al gran mercenario Mike Terrana. Los temas también van más allá de los seis minutos, cortes largos en los que los desarrollos instrumentales del trío son una constante; y es que la banda, musicalmente, ha ido subiendo mucho el listón. Ya no hay esos himnos thrash más directos y con gancho, pero es indudable que siguen mostrando una cara más que atractiva. “Serial Killer” sorprende con un inicio a lo death metal, otra vez con guturalidades. Sí, la tesitura de voz de Peavy es mucho más baja, pero sabe sacarle un rendimiento excepcional. Todo vuelve a desembocar en un estribillo marca de la casa, muy deudor de sus últimas cuatro obras en estudio. Se nota mucho la mano de Charlie Bauerfeind a la producción. El sonido del que disfruta el disco es posiblemente el más perfecto hasta la fecha que haya conseguido el combo teutón. El colorido y variedad de los riffs es espectacular. “Psycho Terror” es una buena muestra de ello, recupera a los Rage más clásicos a medio tiempo pero endurecidos y crudos como antaño, rematados por un estribillo típico del combo. Posiblemente el tema más rotunda y espectacular, guitarrísticamente hablando, que haya grabado la banda de Peavy.

Cabe destacar ese temazo titulado “Death Romantic”, con otro estribillo para enmarcar y un trabajo a la batería por parte de Hilgers que es para quitarse el sombrero.  Otra buena dosis de velocidad y contundencia con una guitarra que lo llena todo. “Black and White” sigue la tónica del disco y la final “Eternally” es una adaptación de un tema ya editado para un recopilatorio de Nuclear Blast.

Parece un disco muy trabajado para lucir en directo. Puede sonar aplastante este material y sumamente técnico a la vez. Quizá para un servidor “Carved in Stone” y “Strings to a Web” eran obras más logradas y relucientes, pero también diferentes. “21” es velocidad, agresividad y contundencia a la vez que una técnica excepcional en todos los instrumentos. Por un lado hay vuelta a las raíces, incluso se adivina un cierto cambio respecto a los discos anteriores sin nada de orquestaciones. Sigo echando de menos esos cortes más directos y esos estribillos con tanto gancho, pero repito, musicalmente suena que atruena y alzan la bandera de la contundencia hasta límites poco explorados por Rage. Nunca han hecho un disco malo y esta vez… tampoco.

Jordi Zelig Tàrrega

Grupo:Rage

Discográfica:Nuclear Blast

Puntuación:8

Canciones:

  1. House Wins
  2. Twenty One
  3. Forever Dead
  4. Feel My Pain
  5. Serial Killer
  6. Psycho Terror
  7. Destiny
  8. Death Romantic
  9. Black And White
  10. Concrete Wall
  11. Eternally

Año:2012