Cuando supimos que John Sykes abandonaba la actual reencarnación de Thin Lizzy muchos llegamos a pensar que definitivamente el grupo no volvería a tocar ni a girar bajo ese inmortal nombre. Otro de los grandes atractivos del grupo era la presencia del gran baterista Tommy Aldridge, y también abandonó la nave. Pero Scott Gorham ha sabido jugar bien sus cartas y encontrar una formación que es sencillamente estelar. Para empezar hay más miembros clásicos en la banda que en todas sus formaciones acaecidas tras su reunificación. Está el teclista Darren Wharton e incluso espectacular baterista Brian Downey. Sigue ese monstruo del bajo como es Marco Mendoza, pero los grandes dos grandes aciertos,arriesgados, han sido la inclusión de Ricky Warwick (The Almighty) a la voz y a la guitarra acústica y la de Vivian Campell (Def Leppard, Whitesnake y Dio) a la guitarra. ¿Por qué están en la banda? Sencillamente porque aman su legado y llevan décadas siendo fans acérrimos de los irlandeses. Incluso Campbell cuenta que si se lo hubieran pedido antes haría un buen puñado de años que estaría en el combo.

El amor y el respeto por el legado del grupo es palpable en todo momento, y todos aquellos que no conciben a la banda sin Phil Lynott deberían verles en directo. Quedarían convencidos desde el primer momento. El set-list fue el soñado por todos y la ejecución y el sonido rozaron la matrícula de honor. Antes, los divertidos Supersuckers amenizarían al público con un buen puñado de temas resultado de un cruce entre Ted Nugent y Motörhead. Destacó la simpatía y presencia de Eddie Spaguetti y el buen hacer de una banda compacta y contundente. Gran solo de batería por parte de Dancing Eagle y mucho gancho en cortes como las finales “Good Bye”, “Pretty Fucked Up” o “Born with a Tail”. Eddie nos hizo levantar el dedo corazón con ambas manos. Puro rock and Roll macarra.

Tras ellos murieron las luces y el escenbario se lleno con una banda que parce que está llamada a volver a ser un gran referente en la escena. El grupo contaba con el logo gigante con luces de colores, muy efectivo, y dando colorido y espectáculo. Tras preguntar “Are You Ready”? a la concurrencia, el grupo atacó con maestría el mismo tema. Warwick convenció con sus tonos, muy similares a los de Sykes. El plus lo pone Wharton llenando con sus teclas. En “Waiting for an Alibi” se vio que la pareja formada por Gorham y Campell suena sublime. “Jailbrek” consiguió que la sala la coreara, un buen “pedazo” de historia del rock duro.

En “Do Anything You Want” la banda la emprendió con una batucada sencilla pero efectiva. “Dont Believe a Word” volvió a rememorar esos viejos tiempos. Gran tema a pesar de que prefiero la versión pausada con final adrenalítico. “Dancing in the Moonlight” nos hizo viajar a ese disco llamado “Nightlkife” en el que el grupo mostraba su cara más comercial. Retomarían la vena más dura en “Massacre”, con uno de esos riffs inmortales que siempre han caracterizado al grupo. “Angel of Death” daría paso a la preciosa “Still in Love with You” en la que Wharton tomaría la voz principal junto a Warwick. Su solo conectaría con esa intro tan preciosa de la inmortal “Gates of Babylon” de Dio. El grupo rendía  pues otro homenaje a otro héroe caído.

Sin duda, uno de los grandes momentos de la noche fue la inmortal adaptación del clásico del folklore irlandés “Whiskey in the Jar”. En las anteriores giras, incomprensiblemente, la dejaban siempre de lado. Marco Mendoza es todo un espectáculo y se le nota vibrar en todo momento. Todo el grupo realiza coros y la verdad es que superan de largo a la anterior formación. La espectacular “Emerald” fue otro de los grandes momentos, con esas melodías preciosas irlandesas escupidas por las  “twin guitars”. Gorham fue el más aplaudido de todos. Se le ve mayor, pero su presencia y carisma son evidentes. El solo de Downey fue perfecto y para nada aburrido. Tras él, caería “Wild One”, la espectacular “Sha La La” y empalmadas, como tiene que ser, “Cowboy Song” y “The Boys Are Back in Town”. Fue el momento de la noche, con un Warwick jugando con el público y haciéndolo cantar.

Los bises estaban cantados: la versión de Bob Seger que ya hace décadas que han hecho suya: “Rosalie” y uno de sus mayores himnos: “Bad Reputation”. Despidiendo, y como no podía ser de otra manera, la monumental “Black Rose”, que aglutina todas las bellas melodías de las viejas canciones irlandesas. Estelar. Tras hora y cuarenta minutos, el grupo decía adiós con una sonora ovación de fondo. Grandísimo concierto y espectacular noche de domingo. Esta formación es una maravilla. Estoy seguro que pronto empezarán a demandarlos como cabezas de cartel en importantes festivales europeos. Esperemos que para la próxima vez recuperen temas del “Chinatown” y del que parece un disco proscrito tras la huída de Sykes: El “Thunder & Lightning”. Qué ganas de volverlos a ver…

Texto: Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Sergi Ramos

Promotor:RM Concerts

Asistentes:900

Día:30/01/2011

Hora:20:30

Sala:Apolo

Ciudad:Barcelona

Teloneros:SUPERSUCKERS

Puntuación:9