Hacía ya semanas que muchos esperábamos ansiosos este día 16. En la sala Razzmatazz
se daban cita dos grandes exponentes, quizá de los más grandes, del powermetal
más escuchado. Dos bandas de renombre, dos entidades, dos nombres que hacen
vibrar a más de uno, dos frontmen conocidos y muy admirados: Timo Kotipelto
y Joacim Cans, dos nuevos discos a presentar: “Stratovarius” y “Chapter V: Unbent,
Unbowed and Unbroken” los dos bastante buenos o, al menos, bastante singulares.

Todo esto hizo que muchos pagaran esos 30 euros tan impactantes y se encaminasen
a la sala en cuestión para disfrutar de este “Cartel Compartido” como decían
las respectivas páginas web y el nombre de la gira “M3 Monster Metal Madness”

A eso de las 6:30, una hora antes del show, la cola ya serpenteaba a lo largo
de la calle y alrededor de la manzana. Había gente de todas las edades aunque
el público de edad comprendida entre 16 y 19 años abarcaba, quizá, el 70% de
la asistencia. Camisetas de Rhapsody, Manowar, Sonata Arctica y las clásicas
de Maiden ondeaban como estandartes en la temprana noche.

A las 7:30, sin un minuto de demora, se empezó a llenar el recinto. La primera
zona se llenó rápidamente, los balcones, abiertos, eran un hervidero. Aún así
la sala estaba bastante vacía cuando empezaron a sonar los teloneros: Shakra.

Shakra se limitaron a introducir el show, en media hora de reloj. La banda
suiza hace un hard rock con voces bastante chillonas y desgarradas. Las vestimentas
e indumentaria de carácter oscurillo-malote y los movimientos del cantante oscilaban
entre orgasmos a cámara lenta y movimientos de seducción de surfero californiano.
A pesar de todo no sonaron mal aunque la gente no los vitoreó mucho, quizá por
las dos o tres horas muertos de frío que habían pasado algunos. De buen grado
y con ganas Shakra cumplieron con su función: hacer que las primeras filas entraran
en calor y dejarles el listón asequible a Hamerfall, que pasaría a tocar a continuación.

Hammerfall traía una parafernalia digna de admiración: un borde de cartón piedra
que simulaba hielo, un algodón o algo así que simulaba nieve y cayó en los primeros
momentos del show, las ropas clásicas a las que ya nos tienen acostumbrados:
cadenillas y cositas brillantes al exceso… En fin, nadie esperaba que Hammerfall
fallasen con tanta cosa montada. Puntualmente empezó su turno y abrieron, tras
la intro, con “Riders on the Storm”, uno de los grandes temas del grupo en el
que se esperaban una dureza y calidad que fueron substituidos por frialdad y
aburrimiento. El sonido fue malo. Los miembros de la banda se esforzaron por
trasmitir ese sentimiento belicoso y guerrero que llevan por bandera pero había
un problema: Joacim Cans no tenía el día.

Todos le conocemos en directo y siempre canta todo algo por debajo y hace la
segunda voz de muchos estribillos o frases complicadas pero lo de ayer superó
a cualquier otro caso. Nunca he visto a nadie cantar tan mal. Todo por debajo,
la mitad del fraseo lo cantaba el público y ni siquiera trasmitía el “feeling”
que buscaban el resto de sus compañeros. Estuvo más por tonterías como el pinganillo
o la petaca del micrófono que por cantar y salir a reventar que era lo que todos
esperábamos. El sonido fue de mal en peor y a veces parecía que estuvieran tocando
en el “Casal de Pepe” en vez de en “Razzmatazz”.

Y es que el sonido fue degenerando estrepitosamente y cada vez sonó peor. Tras
“Riders on The Storm” le llegó el turno a otro de los grandes temas “Renegade”
donde se ofreció un espectáculo parecido al anterior pero, aunque sonaran mal,
tanto “Renegade” como “Riders On The Storm” fueron de lo mejor de su actuación.
A todo esto, cabe decir una cosa: los fans estuvieron pletóricos, en ningún
momento se contagiaron del mal momento por el que debía estar pasando la banda
y en especial Joacim. Lo dieron todo y más, corearon cada tema y cada frase
como buenos fans y, pese a que la sala estaba a medio llenar, ningún reproche
para la asistencia que, realmente, se portó.

Le siguió el turno a “Let The Hammer Fall” y luego a “HammerFall”, el tema
que recoge el nombre de la banda. Los dos temas, correspondientes a los dos
primeros compactos de la banda, fueron bien acogidos por el público y el “Hammerfall,
we will prevail” sonó genial, lástima que sólo lo cantase el público.

Cabe decir que los nuevos temas no fueron tan bien acogidos por la gente y,
aunque Hammerfall gusten mucho y el último compacto no sea malo, la gente venía
a oír “Hearts on Fire” y así se lo hicieron saber al cantante en un par de ocasiones.

“Steel Meets Steel” fue uno de los grandes temas de la noche y es que, en mi
opinión, todo el grupo, excepto la voz, sonó muy dignamente. El tema gustó al
público y éste se encargó, como a lo largo de todo el show, de suplir los problemas
vocales del cantante.

La traca final que HammerFall nos tenía preparada hubiese garantizado un final
de show apoteósico. El show podría haber sido un despliegue de grandes temazos
y un disfrute para músicos y fans pero la voz siguió fallando y fallando, y
lo que tendría que haber ido mejorando fue de mal en peor. La traca final consistía
en el tema del EP: “Blood Bound” seguido por “Heading The Call”, “Templars Of
Steel” y, finalmente “Hearts On Fire”, el tema más esperado. No hace falta decir
mucho para imaginarse el éxtasis que suponían estos temas para muchos fans del
conjunto y “Heading The Call” y, finalmente, “Hearts On Fire” arrasaron fuertemente.

Todo esto vino acompañado por un martillo gigante de cinco metros de largo
que tenía unos focos de luz y alumbraba. Claramente el martillo fue de lo más
logrado del show.

No hacía falta mucho para hacer un gran show, tenían temas de sobras, ambiente,
público. Sólo les faltó ese punto de entrega y feeling que tendría que llevar
el cantante como buque insignia de la identidad del grupo. Como ya nos ha dejado
claro en más de una ocasión Oscar Dronjak no es la mejor alternativa para ejecutar
los solos pero eso ya es una constante en HammerFall.

Mucho se esperaba del conjunto que, pese a que podría haber deslumbrado, quedó
todo en una actuación que cumplió pero que no brillo por ningún sitio. Sólo
un aplauso final a Stefan Elmgren que puso toda la intención que pudo para que
al menos el espectáculo visual fuera interesante: tocó en diferentes poses,
hizo gestos… Otro punto a favor para Anders Johansson cuyo solo, pese a ser
bastante mediocre, dio un toque de color y buen humor.

No, no tocaron “Glory To The Brave”.

Finalmente el turno le llegó a Stratovarius. Esta vez dispusieron dos pantallas
a ambos lados del escenario donde se pusieron imágenes y videos durante toda
la actuación de la banda. Y menuda actuación. Los miembros gozaron de una compenetración
absoluta. Michael machacó la batería que dio gusto, Johansson tocó con la calidad
a la que nos tiene acostumbrado, Lauri Porra, el nuevo bajista, resultó ser
un chaval muy carismático y se ganó rápidamente al público, además tocaba bien.
Timo Tolkki parecía estar contento y estar disfrutando de la actuación, bromeó
y cumplió musicalmente y finalmente Kotipelto: soberbio, incluso su sobreactuación
no cansaba e hizo un show redondo sin una sola nota desafinada y es que realmente
Stratovarius hicieron un directo de 9 o 10.

No hay que quitar méritos a la banda pero es cierto que Hammerfall lo dejaron
todo bastante fácil. Stratovarius arrasó. Tras la “intro” sonó el primer tema
del nuevo disco: “Maniac Dance”. Fue un buen inicio de show. Aún así la bomba
fue el segundo tema: “Speed Of Light” fue genial. Era una de las grandes bazas
que la banda nos tenía preparadas. Cabe decir que los temas más nuevos y del
último compacto no fueron tan bien acogidos por el público y algunos resultaron
ser algo aburridos. Aún así los temas clásicos de la banda fueron un éxito absoluto.

“Kiss Of Judas” sonó bien y gustó pero fue un claro tema enlace que mantuvo
la fuerza y sirvió como digno precedente de “Eagleheart” que gustó más a unos
y menos a otros pero gustó. Y es que para muchos la última época del conjunto
ha sido bastante floja musicalmente, al menos comparada con sus primeros trabajos.
De esta manera “Eagleheart” cumplió su función, alegrarles la noche a los fans
de los “Elements”, sí, los hay, y mantener el buen ambiente y la fuerza siendo
un gran tema de paso y luego el gran tema de la noche.

“Father Time”. Un tema rápido, potente, eficaz. La presentación del tema fue
la clásica a la que Kotipelto nos tiene acostumbrados desde tiempos inmemorables
“The next song is about the Time, and about the Father….” En fin, como pueden
ver no dejaba lugar a muchas alternativas. El público coreó y lo dio todo. Fue
la mejor canción de la noche.  Stratovarius estaban haciendo un show impresionante.
A continuación sonó un gran tema de la banda: “Twiglight Symphony” y luego “Fight”,
el tema del último compacto. Sonó genial, en mi opinión es el mejor tema del
último compacto. Fue ejecutado con plasmante calidad y, a estas alturas del
concierto muchos nos sorprendimos de no haber oído a Timo Kotipelto soltar alguno
de sus gallos o desentonar y, la verdad, nos quedamos con las ganas, estuvo
pletórico, demostrando ese arte escénico y esa redundancia en cuanto a la exageración
a la que nos tiene acostumbrados. Lo hizo estupendamente.

Donde en otros lugares le llegó el turno a “The Land Of Ice And show”, la balada
del último compacto, en Barcelona sonó “Forever”. El tema gustó y es que ¿quién
no conoce “Forever”? Parece raro que no sea una de las fijas del setlist aunque
bueno, por algo será.

Le llegó la hora a “United”, del último compacto. Un tema a medio tiempo bastante
logrado. Fue introducido por el primer artículo de la declaración de los Derechos
Humanos expuesta en las pantallas laterales junto con unas entrañables palabras
de la banda que decían algo como “En la guerra muere mucha gente, cuando vamos
a aprender que estamos en el mismo barco”. El tema estuvo bien aunque por primera
vez  vimos a Kotipelto resbalar en algunos tonos, pero todo quedó en un susto.
El tema fue resuelto de la misma manera que los anteriores, con sobriedad y
calidad.

“Hunting High And Low” es otro de esos temas que despiertan pasiones en muchos
fans del conjunto y no falló. El tema sonó bien ejecutado y el público respondió
de la misma manera, coreó el tema con gran fuerza poniéndoselo difícil de igualar
a Kotipelto.

A continuación, la banda salió para tocar los bises y sonó otro de los temazos
del grupo “Destiny” que da nombre a uno de sus mejores compactos, si no el mejor.
El tema gustó aunque Stratovarius no habían dicho la última palabra

“Black Diamond” es quizá el tema más aplaudido y celebrado de Stratovarius.
Sirvió para cerrar un show impecable en el que no hubo cartel compartido o dos
grandes grupos tocando juntos, Stratovarius fue el grupo grande y se encargó
de sacarle las castañas del fuego a sus compañeros que no tuvieron un buen día.

En cuanto al público, genial, como siempre. Aunque la asistencia fue reducida
mucha gente se lo pasó en grande y apoyaron a los grupos en todo momento. Incluso
contaron hasta 4 en fines después de la lección que dieron Kotipelto y Lauri
Porra.

Geniales Stratovarius, Shakra cumplieron y Hammerfall pasaron sin pena ni gloria.
Un mal día lo tiene cualquiera, suerte que, en su totalidad, el show general
fue bastante bueno.

Texto y Fotos: Miguel Gaggiotti

Datos:Razzmatazz
Barcelona
Publico: 1000 personas (aprox.)
Promotor: Encore Music Tours

Día:16/11/2005

Puntuación:7