Menudo cartel el que se nos presentaba para esta noche de jueves. Tristemente no más de 150 personas se dieron cita en la sala Salamandra de l'Hospitalet, pero eso sí, los que estuvieron, lo dieron todo. Y es que carteles así de interesantes y "exóticos", no se ven todos los días: una banda italiana, otra holandesa y otra griega, todas ellas editando grandes trabajos en la actualidad y siendo alabados de forma ecuánime por crítica y público. Además, las tres bandas principales poseen un elemento claramente común que desde luego ha resultado ser decisivo a la hora de confeccionar el cartel, como es la presencia de elementos sinfónicos y orquestales a la hora de secundar su propuesta extrema.

 

A THE DESCENDING sólo pudimos escucharlos de refilón, y si bien demostraron ciertas aptitudes musicales, su vocalista pareció no cuajar en absoluto ante la concurrencia. Posiblemente por su tendencia más cercana al "core", eran los que más desentonaban en el cartel. La gente prefirió dedicar el tiempo a tomar unas vervezas antes.

 

El primer plato fuerte llegaría con los holandeses CARACH ANGREN, a quienes realmente tenía ganas de ver no tan sólo por los enormes discos que sacan esta gente, sino por el competente directo que demostraron tener cuando presencié su actuación en la última edición del festival Eindhoven Metal Meeting. A diferencia de la mayoría de bandas, en directo estos señores se encargan de aportar el máximo de elementos posibles de cara a recrear las orquestaciones y ornamentaciones clásicas que nos agasajan en sus discos. Multitud de teclados interpretados en vivo y la presencia de un violinista tocando durante todo el show sin interrupción son sus principales armas. La labor de Seregor a las voces, guitarras y "total frontman" es cuanto menos alucinante. A muy pocos señores dentro del black metal he visto tocar líneas de guitarras tan complejas y cantar al mismo tiempo, de hecho ahora mismo sólo me viene a la cabeza el señor Ihsahn, capaz de cantar mientras está realizando un solo y quedarse tan ancho. LA primera canción interpretada, eso sí, nos hizo llevarnos las manos a la cabeza: acoples, estruendosos ruidos que aparecían de golpe y la banda echando miradas asesinas continuamente al técnico de escenario intentando encontrar una respuesta a lo que estaba sucediendo. Afortunadamente, todos los problemas fueron resueltos durante el segundo corte y pudimos disfrutar de la actuación sin mayores sustos. Lo de "total frontman" viene porque el señor Seregor a pesar de lo musicalmente atareado que está, tiene tiempo de hacer poses black metal, caretos y vividas escenificaciones como si le fuera la vida en ello. Dudo si existe un componente de autoparodia a lo IMMORTAL en todo ello o si realmente la cosa va en serio, pero en cualquier caso a él se la pela. Y yo soy de los que opina que en este negocio hacen falta showmen y espectáculo, o sea que no seré yo quién me queje, si bien es seguro que alguna que otra risotada se oyó por la sala. En cualquier caso, predilecciones a parte, lo que está claro es que por encima de todo ello está la música, y CARACH ANGREN pueden presumir de poseer algunas de las mejores composiciones que se han escrito nunca en cuanto a black metal sinfónico y orquestal se refiere, algunas realmente estremecedoras, como "The Funerary Dirge of A Violinist", estremecedora pieza e la cual el show alcanzó su momento álgido. Sin embargo, y puestos a encontrar la contrapartida negativa a su actuación, al sonido en directo de la banda le falta empaque, claramente motivado, sobretodo y en primer lugar, por la ausencia de bajista, y en segundo lugar, con la ausencia de un segundo guitarra. Introduciendo ni aunque fuera uno de estos dos elementos, el sonido en vivo ganaría grosor. Sea como fuere, un buen concierto de los holandeses, que tienen las pelotas lo suficientemente bien puestas como para llevar la complejidad de sus majestuosos álbumes al directo, con violinista incluido y constatada solvencia.

 

Y precisamente lo que les falta a CARACH ANGREN en directo es lo que destilan FLESHGOD APOCALYPSE a espuertas: base rítmica férrea y arrolladora con gran predominancia de bajos, algo parecido a que una división Panzer pase por encima de tu cabeza. Reconozco que muchos (incluído yo) pueden llegar a saturarse un poco cuando un disco suena tan digital, sobreproducido y disparado como puede ser su "Agony" del 2012, no por ello un mal disco, pero sí plagado de blastbeats y violencia orquestada sin tregua. Sin embargo, en directo todo cobra una nueva dimensión, aprovechan para alternar alguno de sus trallazos con los temas menos veloces de su repertorio y todo suena más real sin perder potencia. Eso sí, el tener a una bestia como Francesco Paoli tras los parches es una garantía de mucho peso. Aunque en directo no suene todo tan disparado, tocar como toca este señor está al alcance de muy pocos (sobretodo de muy pocos italianos, no me cabe la menor duda!). De todos modos, no es la única atracción visual en su show: la banda sale a escena vestida de etiqueta de época, trajeada, tal y como aparecen en la canción del videoclip "The Violation", mientras que su alopécico y peculiar teclista hace su interpretación de lado y tocando un pedazo de pianola, como si estuviera en la esquina de una cantina del viejo oeste. Obviamente se trata de una carcasa de atrezzo con un teclado incrustado en ella, pero os aseguro que da el pego y mucho. Cañonazos como la ya citada "The Violation" (uno de sus mejores temas sin duda) o " The Hypocrisy  "  fueron alternados con algunos más a medio tiempo como "The Egoism", con mención especial para "The Forsaking", con ese toque tan melancólico que le hace ocupar un puesto de "rara avis" dentro de la discografía de la banda, todo un acierto que ayuda a dar mucho juego y versatilidad al asunto. Lo cierto es que dieron todo un señor concierto y convencieron incluso a los más escépticos, cosechando algunos de los aplausos más sonados de la velada.

 

 

Y por último los cabezas de cartel, las leyendas griegas que llevan 15 años pateándose los escenarios y reinventándose a sí mismos, SEPTIC FLESH. La banda ha subido como la espuma con sus dos últimos discos y si bien son dos obras maestras, el playlist actual de estos helenos peca de ser exclusivamente actual, obviando por completo sus primeros 5 discos. Si no recuerdo mal, hicieron una excepción interpretando "DNA" de su "Revolution DNA". Sus dos últimas obras de estudio son sendas joyitas que han revolucionado en parte el género pero me pregunto si el señor Spiros y compañía se han escuchado recientemente discos como " Ophidian Wheel". ¡Menuda obra maestra ninguneada!  En fin, pero es lo que hay y vamos a lo que vamos. La última vez que tocaron por aquí fue como teloneros de AMON AMARTH y la anterior como teloneros de VADER, o sea que ya iba siendo hora de que los griegos se dejaran caer como cabezas de cartel y en el marco de una gira hecha a su medida. Ya hace un par de años desde que editaron su última obra de estudio, o sea que en breve esperamos nuevo trabajo de la banda. O eso o les pillará el toro. Así pues, en un escenario flanqueado por telas que nos remitían a la imaginería de su "The Great Mass", dio comienzo el recital con "The Vampire From Nazareth", "Communion" y "A Great Mass of Death". Spiros sigue eligiéndose como maestro de ceremonias con su gran presencia, sus gestos y ese halo ceremonial que le envuelve. No en vano, la naturaleza ritual de la banda y su música conjuga perfectamente con la actitud que adoptan para el directo. Me sigue llamando la atención que lleven las voces limpias grabadas en lugar de hacerlas el guitarrista Sotiris (¿acaso en el disco no las hace él?), pero también es cierto que han reducido el número de canciones interpretadas en directo en las que estas hacen acto de presencia. El sonido fue bueno pero no espectacular, incluso me atrevería a decir que sonaron mejor la última vez que tocaron aquí teloneando a VADER. No por ello temazos como "Pyramid God" o "We the Gods", en la que Spiros nos invitó a erigirnos nuestros propios dioses, dejaron de sonar contundentes y brutales. "Persepolis" fue uno de los temazos más celebrados y que mejor sonó de toda la noche, mientras que para los bises se dejaron "Anubis" (se debió de quedar a gusto el tío que se pasó todo el concierto pidiéndola) y "Five-Pointed Star". Apenas unas hora y poco de concierto que nos dejó con muchas ganas de más. Siguen siendo inigualables en su campo, poseen una carrera intachable y sin duda hubieran merecido tener más público del que tuvieron. Ahora toca esperar su nuevo disco con excitación contenida.

Texto: Penumbra (penumbra@themetalcircus.com); Fotos: Álex Hidalgo García

Promotor:Madness Live!

Asistentes:100

Día:09/05/2013

Sala:Salamandra 1

Ciudad:Hospitalet de Llobregat

Puntuación:8