Desde que publicaron “Humanity – Tour I”, muchos estaban deseando que SCORPIONS pisaran estas tierras para presentarlo, porque es sin duda, una de las mejores obras de toda la longeva carrera de los germanos. Y eso es algo que los hace más que válidos a día de hoy, pues no son pocas las bandas vetustas (y me refiero a las que llevan en activo más de 35 años, como es el caso) que son incapaces de sacar material digno que sirva de excusa para girar por enésima vez por todo el mundo. Más centrados en los Estados Unidos desde su publicación, algún tiempo hemos tenido que esperar los europeos, pero después de varias estipulaciones e hipotéticas presencias en algún que otro festival, finalmente han venido por cuenta propia. En nuestro país sus tres fechas programadas en un principio, servían de presentación del festival Kobetasonic que, dicho sea de paso, carga con un cartel de lujo y premonitorio para llevarse el gato al agua en cuanto a festivales de índole metálica estatal se refiere. Pero no nos desviemos del tema. Como decía, en un principio eran tres las fechas programadas, pero tal y como anunciamos a los pocos minutos de su nota oficial, el concierto previsto en Benidorm, Alicante, se tuvo que cancelar debido a las lluvias torrenciales que azotaron la zona. Una lástima. Sólo Madrid y Almería pudieron recibir la visita de Rudolf Schenker, Klaus Meine, Matthias Jabs y compañía.

Antes de meternos de lleno en lo acontecido en Almería, hay varias cuestiones a llevar a debate. Una de ellas es el tema de llevar distintos teloneros en un concierto y en otro, aunque la franja temporal sea mínima. Imagino que se debe a que, aunque sea la misma gira, encargarse dos promotoras distintas de llevarla a cabo tiene algo que ver. Lo que no me termina de cuadrar es que el precio de las entradas sea incluso superior en el concierto que no cuenta con bandas teloneras extranjeras y del “peso” de JON OLIVA’S PAIN y MANTICORA. Los protagonistas eran SCORPIONS, nadie lo discute, pero seguro que caldear el ambiente con temas como “Sirens”, “Believe”, o “Hall Of The Mountain King”, hubiera sido más que gratificante y reconfortante. En fin, habrá alguna que otra razón lógica que escape a mi conocimiento, pero como siempre, detrás del entramado de contratos, cierres de fechas, subvenciones y demás, el perjudicado es el público. 

No por ello hay que desprestigiar a la banda toledana que abría la noche, es un tema distinto. NOCTURNIA salieron a meterse al público en el bolsillo, y aunque el sonido les hiciera un flaco favor, sabían que la oportunidad que se les brindaba era única y lo dieron todo durante su corto show. Descargaron unos 5 temas propios en lo que buscaron la complicidad de un público más expectante de la salida de SCORPIONS que de lo que venían a ofrecer esta joven formación, pero aún así consiguieron que un grosso de éste coreara “En el Silencio”, con el que cerraron su actuación en un mar de aplausos. Su vocalista César mostró buenas tablas y mejor voz, aunque las comparaciones con vocalistas tipo Leo Jiménez y similares puedan provocar prejuicios, pose inclusive. La lástima, repito, es que el sonido fuera nefasto en más ocasiones de las necesarias. Es más, había que estar muy atento para percatarse de quién de los dos guitarristas era el solista o si lo eran ambos, ya que el muro sónico de la batería y alto volumen del teclado, eclipsaba todo el poderío de temas como “Volverás”. Aún así, hicieron su labor como dicta el papel de un telonero: presentaron sus temas y mucha gente de los presentes comenzaran a tenerlos en cuenta en este difícil mundo de la música.

Con unos minutos de adelanto sobre la hora estipulaba, se apagaban las luces del recinto para dar la bienvenida al plato fuerte de la noche, y de la mano de “Hour” de su último trabajo, arrancaba el show de unos inmortales SCORPIONS. La pasión de toparnos de lleno con la banda sobre el escenario hizo que no nos diéramos cuenta de que el sonido no era lo óptimo que la ocasión merece. Y es lo que tiene los recinto cerrados, nunca se corre el riesgo de que se cancele un show por causas metereológicas (por ejemplo), pero la limpieza sónica suele ausentarse. Poco a poco, conforme iba avanzando el concierto, la cosa mejoraría, aunque nunca al nivel que se espera de una banda de este calibre.   

Si la memoria no me falla, al igual que en su anterior gira, “Unbreakable Tour”, el primer tramo del directo de SCORPIONS fue protagonizado por “Coming Home”, “Bad Boys Running Wild”, y “The Zoo”, con lo que quedaba claro que la formación, aunque la mayoría de sus miembros superen los 60 años, tiene fuelle y empuje a las primeras de cambio y no tienen reparos en sacar a lucir su lado más metálico. Es un gustazo ver a la formación asentada en el escenario, dando muestras de su experiencia y seguridad. A ambos lados, los guitarristas Rudolf Schenker y Matthias Jabs comandaban todas las canciones bajo el respaldo del tímido, pero simpático, Pawel Maciwoda, y de la fiesta constante que vive James Kottak. Aunque, cómo no, es Klaus Meine quién acapara todas las miradas, con una voz siempre en progresión.

La primera sorpresa de la noche (y es que el set-list fue confeccionado por votación de los fans, o eso dicen), fue “No Pain, No Gain”, una de sus múltiples joyas que queda camuflada e injustamente olvidada ante los innumerables hits de la banda. La reacción del respetable fue espontánea, quedando claro que hasta tirando del más inesperado fondo de catálogo, se puede interpretar un repertorio a la altura. No sería la única guinda de su actuación.  

Continuarían con la instrumental “Coast To Coast”, desprendiendo su buen feeling como siempre, aunque las poses de Schenker y el más que solvente trabajo de Jabs quedara perjudicado por un sonido que no terminaba de explotar como debiera. Como era de esperar, Meine se suma a sus compañeros en el último trayecto con guitarra en ristre, dibujando una estampa de grupo en perfecta comunión.

Si por algo son conocidos SCORPIONS, es por las baladas y llegó el momento de interpretar de forma continuada “Send Me An Angel” y “Holiday”. La participación del público en los temas lentos es más que palpable respecto al resto de interpretaciones. Como cabía esperar. A continuación, la gran pantalla de fondo comienza a dibujar eclipses de difícil definición para adornar la descarga de “In Trance”, otra de las novedades respecto a su anterior tour. Uno de los momentos mágicos de toda la noche desde mi punto de vista. Aunque Rudolf Schenker se olvidé de realizar hélices con sus brazos por un momento, también es capaz de hipnotizar a los asistentes con esta inspirada interpretación junto al resto de sus compañeros.  

Tras este trayecto de relax, llegaba el momento de volver a ponerlo todos patas arriba, y refugiándose en dos temas atípicos en sus directos, como lo son “I’m Leaving You”, de su imprescindible “Love At First Sting”, y esa perla escondida que tiene por título “Hey You”, lo consiguieron de forma más que holgada. Por cierto, impagable la interpretación vocal de ésta última de mano de Schenker, quien cede fraseos al batería Kottak, y éste finalmente le conceda a Klaus Meine el momento más explosivo del tema en cuestión.

Parecía que se habían olvidado de su nueva entrega discográfica, pero ahí estaba “321” para dejar patente que sus canciones de nueva hornada son recibidas como si de clásicos se tratase. Seguidamente nos volvieron a regalar otra de sus gemas de incalculable valor que tiene por título “Alien Nation”. Nueva sorpresa, esta vez de su “Face The Heat”, que sus seguidores más incondicionales les supieron agradecer. Pero ahí no quedaba la cosa, la intensidad iba subiendo, y que mejor que “Dinamite”, para convertir al público en una olla a punto de ebullición. Tras la retirada de los miembros de la banda del escenario, todo parecía indicar que llegaría el solo de Kottak, y he de decir, que aunque siempre es de agradecer que dicho momento sea más participativo que egocéntrico (y así lo hizo el rubiales), rompió un poco el dinamismo del show. Opiniones personales aparte de si merece la pena dedicar tiempo en un directo de dos horas a un solo de batería con la multitud de canciones que podrían interpretar en dicho espacio, Kottak repitió de forma casi exacta el solo de batería de su anterior gira, y al final del mismo se sumaron los otros cuatro miembros de la banda haciendo una tamborilada que quedó de lo más curiosa. Aunque a muchos de los presentes les simpatizó el gesto, no fueron pocos los que recriminaban que habían pagado por escuchar canciones de SCORPIONS, en vez de ver como practicaban con dichos instrumentos rítmicos de forma conjunta. Lo dicho, opiniones personales aparte… 

Pero todos los entrecejos vuelven a su sitio, cuando los guitarristas enfundan sus instrumentos y los riffs iniciales de “Blackout” ponen a los asistentes a cien. Sin dar tiempo al descanso, vuelven a su imperecedero “Love At First Sting” (6 canciones de 9 dentro de su repertorio) para golpearnos con el sonido americanizado de “Big City Nights”. Todo se convierte en locura, aunque seamos conscientes de que el final se acerca ya que todos los miembros de SCORPIONS se despiden. Era el momento de los bises.

Ya con un sonido mucho más nítido, Klaus presenta y pide ayuda para “Still Loving You”. Sobra decir que la aureola de emotividad que rodeó el ambiente es indescriptible aunque el tema de marras haya sido escuchado hasta la saciedad. La magia del directo, sin duda. La interpretación de “Humanity” es acogida de forma notable y no es de extrañar que esa falsa balada termine convirtiéndose en todo un clásico dentro de la carrera de los germanos. Dicho tema fue la última referencia que descargaron de su último trabajo. Tres temas en total del disco que supuestamente vienen a presentar, aunque debido a la vasta colección de buenos temas que guardan en su reserva, mucho tienen que sacrificar los alemanes para confeccionar un set-list al gusto de todos. 

La siguiente en caer sería “Wind Of Chance”, predecible tema dentro de su listado, pero al igual que “Still Loving You”, el momento es sublime. Klaus animó al público a cantar el estribillo en español, y éste respondió con efusividad, más aún cuando la bandera española era visualizada por la gran pantalla de fondo. Pocos cartuchos quedaban para culminar el directo, y qué mejor manera de hacerlo con “Rock You Like A Hurricane”. Todo es fiesta, y tanto el grupo como el público se dejan el alma ante un final ya consolidado. El grupo se despide, pero las luces del recinto no se encienden, por lo que la vuelta de la banda es de esperar. Con “No One Like You” dejan claro cual es su grandeza, y que la capacidad de sorpresa pueden mantenerla hasta el final. La reacción final del público, dejaba claro que SCORPIONS, una vez más, había cumplido con las expectativas y que pronto se desea su vuelta.

Cierto es que los temas interpretados podrán ser del agrado de una mayoría o no serlo. Pocas interpretaciones de “Humanity – Tour I”, ninguna de su disco de resurrección “Unbreakable”, ninguna tampoco de “Savage Amusement” (¿por qué renegarán tanto de este álbum?), de “Taken By Force”, de “Pure Instinct”… Un sin fin de posibilidades que se pueden convertir en imperdonables según que tipo de fan. Lo que está claro es que SCORPIONS, después de más de 35 años desde su disco de estreno, siguen en pie de guerra, y que si siguen mostrando esa aplastante calidad tanto en directo como en estudio, uno no logra ver el final de su existencia.  

Texto y Fotos: Satur Romero (satur@themetalcircus.com)

Promotor:Br Music

Asistentes:5000

Día:10/05/2008

Sala:Pabellón Juegos del Mediterráneo

Ciudad:Almería

Puntuación:8