LORDI + BAD WAY
Con la vitola de ganadores de Eurovisión se volvían a pasar LORDI a hacer su segunda gira por nuestras tierras. Y de entrada he de decir que si en un principio la sala Apolo se me antojaba pequeña para los flamantes ganadores de un concurso mainstream, finalmente resultó adecuada, más que nada porque el concierto sólo se publicitó en los circuitos habituales. Estoy bastante seguro de que si el bolo hubiera sido promocionado al amparo de una campaña publicitaria más ambiciosa, léase en los mass media de tirada nacional, en los 40 principales o demás artilugios engañabobos, se hubiera ubicado el concierto en un recinto como el Vall d’Hebró, y con ello hubiéramos salido ganando todos, pues los finlandeses hubieran podido desplegar su arsenal pirotécnico y su atrezzo sin ataduras. Y es que hasta ese mismo día no me había percatado demasiado de que el escenario de la sala Apolo es bastante más pequeño que el de la sala Razzmatazz 2, contratiempo que empequeñeció algo el asunto. Obviamente, no es mi intención poner en entredicho la labor del promotor sino lanzar una visión egoísta de la situación desde el punto de vista del espectador.
De todas formas, este hecho nos vuelve a dejar otros datos en evidencia, como que los heavies, por mucho que les pese, también siguen las modas. Teniendo en cuenta que el público no habitual que esa noche se encontraba en la sala rondaría tan sólo el 20% del aforo total y que el salto desde la última visita de LORDI a Barcelona ha sido de 200 personas a 800, pues saquen ustedes mismos sus propias conclusiones. Eurovisión culturizando a hordas de heavies desamparados.
Los encargados de abrir la jornada serían los barceloneses BAD WAY, que demostraron unas tablas que, me consta, sorprendieron a más de uno. Y es que de entrada cuesta creer que una agrupación no demasiado reconocida pueda apuntarse como teloneros de una banda internacional y pasar como un vendaval. Sin embargo, a todo el que haya prestado un mínimo de atención a la escena barcelonesa durante estos últimos años sabrá que estos chicos ya vienen dando el do de pecho desde hace un tiempecito. Cuando en themetalcircus entrevistamos a la banda en vivo tras la publicación de su profesional “From Zero to Hero” ya vimos que el resto de buenas noticias irían dejándose caer por sí solas. Así pues, Carlos, Alex, Davis, Martin y sobretodo Marc, salieron a escena con el chulerío necesario como para hacer el macarra sin parecer de plastilina, o lo que es lo mismo, con la actitud y las agallas por bandera. El público no dudó en secundar todos y cada unos de los dejes escénicos de BAD WAY, aplaudiendo y dando palmas, contaminados por esos estribillos tan pegadizos. Momentos especiales fueron la interpretación de su primer single, “Cocaine” y la versión de GUNS’N’ROSES “Paradise City”, que hicieron que el respetable conectara todavía más si cabe con el quinteto catalán. Se fueron con la cabeza bien alta y dejando un puñado de seguidores más a sus espaldas.
Con un cuarto de hora de retraso aproximadamente saltaban LORDI a escena tras la larga intro de rigor con “Bringing Back the Walls to Rock” y “Get Heavy”, temas con los que la banda ya tomó sobre las tablas las posiciones que raramente abandonarían, con la excepción de Mr Lordi, que a pesar de los armatostes que llevaba encima no dudó en pasearse por el frontal del escenario y situarse junto a la batería de Kita en varias ocasiones. El escenario contenía ciertos detalles pero, como ya he dicho, no dejaba de ser un “quiero y no puedo”; alguna cabeza cortada atada a los soportes de la batería (uno se iría al suelo durante los primeros compases de la actuación), una bandera colgando del teclado de Awa y, sobretodo, el logradísimo telón de fondo que ya exhibieran en algunos de los festivales durante el verano pasado, cuya ilustración nos mostraba un castillo rodeado de tenebrosos árboles y acechante neblina. Con la divertida “Who’s Your Daddy?”, aquello ya sonaba todo lo correcto y potente que podía sonar, con un público entregado y con el frontman de la banda deshaciéndose ya del sombrero/máscara de lobo con el que había aparecido en escena. Un servidor tuvo la oportunidad de ver el concierto desde el lateral del escenario y la verdad es que impactaba ver lo que el guitarrista Amen estaba chorreando de calor. De debajo de su máscara no hacía más que caer agua, y ya durante “Not the Nicest Guy” uno pensaba que iba a caer desfallecido de un momento a otro. ¡Qué duro esto de ser un asesino ancestral momificado! Tras cada uno de los temas, los músicos se dirigían a sus técnicos (que vestían todos negras capas y capuchas, para no desentonar) y estos les suministraban brebajes disimulados dentro de unos recipientes negros con pajitas. El problema es que la pajita de Amen estaba obstruida, y no fueron pocos los reproches que se llevó el asistente. Quién no ha sido recriminado alguna vez por un monstruo.
Durante “Blood Red Sandman” Mr Lordi sacó un cubo lleno de restos humanos que situó en el frontal del escenario, para deleite de los fans más hambrientos de las primeras filas. Con una pierna mutilada en alto, el cantante de la banda parecía querer compensar tanta melodía en los estribillos con algo de “extremidad” (lo siento por el chiste malo). El famoso micro con hacha incorporada también hizo su aparición estelar en alguno de los temas, mientras que una calavera con una luz roja humeante en su interior fue lo más cercano a un efecto pirotécnico que vimos esa noche.
Maqueados hasta las cejas, sí, pero allí se movían todos. Partiendo de la base de que Mr Lordi era el elemento más (inter)activo, teníamos por un lado a Amen haciendo headbanging continuamente y por otro al bajista OX balanceándose y dirigiéndose al público en un lenguaje totalmente ininteligible, con el subsiguiente pasmo inicial del respetable para luego seguirle el rollo a base de gritos. Tras la interpretación de “It Snows in Hell” llegaría su momento estelar de Kita, en el cual el resto de la banda desapareció para que el batería se pusiera a interpretar ritmos de temas de MÖTLEY CRÜE, SKID ROW y TWISTED SISTER con el acompañamiento de guitarras pregrabadas, prodigándose con alguna que otra floritura y provocando que el público le siguiera con las palmas. Asimismo, no dudó en acercarse cuando pudo al frontal del escenario o bien animar desde su kit al respetable. Quizá la más parada fuera Awa, que a pesar de los headbangings esporádicos demostró una actividad algo más pobre. Se echaron en falta también aquellos elementos de atrezzo de la anterior gira, gracias a los cuales en el papsado podíamos ver a la exteclista Enary tocando en medio de una escena más propia de La Matanza de Texas (maderas podridas, restos humanos en el suelo y demás). Otra vez será.La fiesta continuaría, aunque no por mucho tiempo. Cuando Mr Lordi salió con su sierra mecánica muchos pensaron que había llegado la hora de que corriera la sangre. Pero tampoco. El efecto de la sangre disparada saliendo de la sierra no llegó a producirse, por lo cual muchos guarretes se quedaron sin su ducha. Suponemos que la dirección de la sala no permitió el numerito, aunque lo que sí que fue lanzado al público fue el confetti que el voceras se dedicó a extraer de un saco mientras se metía en la piel de un Papá Noel en clave siniestra. Afortunadamente todavía quedaban muy buenos temas que nos harían contonearnos sin remedio: “The Deadite Girls Gone Wild” o “Devil Is a Loser” poseen un feeling que habla por sí solo, por lo cual la concurrencia supo como unirse a la fiesta. Bueno, en realidad no toda, ya que por lo visto alguien se excitó demasiado o demasiado poco: cuando nos quisimos dar cuenta algún desgraciado se estaba dedicando a practicar el “tiro al monstruo” con botellines de agua. Para nuestra fortuna, solo uno de ellos fue a parar al kit de batería sin mayores consecuencias.
Y, finalmente, como no podía ser de otra forma, sonarían esas dos canciones que provocarían que más de uno sacara espuma por la boca (o nata, por lo del azúcar): “Would You Love A Monster Man?” y la eurovisiva “Hard Rock Allelujah” hicieron cantar estribillos hasta a los bebés muertos. Eso sí, los coros de Awa parecían estar pregrabados, y me atrevería a hacer extensible esta afirmación a todos los coros de todos los componentes que sonaron a lo largo del concierto o, cuanto menos, una base de apoyo sí que lo estaba. Tampoco creo que sea algo reprochable, vamos. Dos temazos que sonaron tremendos y que sirvieron para despedir la velada tras una hora clavada de concierto. ¿Escasa? Se hizo corta, pero teniendo en cuenta que la discografía de la banda a día de hoy no es excesivamente prolija y que pocas formaciones nos suelen deleitar con shows de este calibre, pudimos salir de la sala Apolo bien satisfechos. También es cierto que el concierto cuenta con ciertos parones (demasiados para según quién) que son utilizados para que los miembros del grupo se refresquen, cambiar guitarras, etc y que a la larga pueden acabar sumando unos 10 minutos de inactividad perfectamente, pero es que en ciertas ocasiones es necesario. Tan sólo espero que la próxima vez que se pasen por Barcelona podamos verlos en algún lugar con un escenario algo más grande para que puedan desplegar aunque sea una parte más de su show, que fue más parco que el de hace un par de años. Por lo demás, allí fuimos un puñado los que gozamos como enanos. Ahora los heavies ya somos feos y monstruosos con orgullo.
Texto y fotos: Penumbra
Promotor:Encore Music Tours
Asistentes:800
Día:01/01/2007
Sala:Sala Apolo
Ciudad:Barcelona
Puntuación:7
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