Noche de cambio y de contrastes la vivida el pasado sábado en la capital de la nación. Colgado el cartel de “no hay billetes” la expectación ante la llegada de los holandeses EPICA era más que notable, más teniendo en cuenta que los tickets se habían agotado semanas atrás y que fue a la postre imposible cambiar de ubicación la actuación.

La metamorfosis que se ha producido en todo lo referente a la banda es notable, y es aquí donde debemos hablar de los mencionados cambios. Para comenzar, desde el punto de vista de la audiencia. Es cierto que los seguidores clásicos de la banda se dejaron ver por el recinto; y junto a ellos, una nueva hornada de jóvenes fans que en muchos casos apenas rozaban la mayoría de edad (hubo incluso alguna que otra decepción al no poder traspasar la puerta por este mismo motivo) y que desataron toda su pasión con las bandas. Y digo “las” porque no sólo se rindieron a EPICA, sino que los finlandeses AMBERIAN DAWN también gozaron de una gran aceptación y de un cálido recibimiento. Para los que estamos ya más curtidos, este hecho tiene dos lecturas posibles. La primera, qué duda cabe que es de alegría, al comprobar que un género que muchos apuntábamos como “efímero” ha sabido reconvertirse y enganchar a nuevos adeptos gracias a combos como los que nos ocupan, así como otros del estilo de NIGHTWISH, AFTER FOREVER o LEAVES’ EYES. En segundo término, y es aquí donde cada cual escoge su postura, el fervor de esta nueva savia choca con los intereses más comedidos de todos aquellos que hemos visto a la formación alrededor de media docena de veces, y que quizá nos ahorraríamos los gritos y “empujones” obvios, que por otra parte no han de negarse a aquellos que quieren mostrar su afinidad con los músicos. En cualquier caso, esto es anecdótico, aunque recomendaría a algún que otro joven exaltado que mostrara otro tipo de actitud cuando se le pide una mínima colaboración para hacer una fotografía que posteriormente saldrá publicada en este u otro medio. En fin, eso es otro tema… y muy relacionado con la experiencia y los años de conciertos. Con el tiempo se aprende.

Metidos ya de lleno en lo que a las actuaciones se refiere, podemos decir que el concierto fue realmente bueno, dentro de los órdenes que cabrían esperar. La sala, repleta, permitía ciertas licencias de amplitud, habida cuenta del sold-out. Los horarios, con un retraso leve, fueron cumplidos sin hacer esperar al respetable largos intervalos de tiempo y en general, no hubo mayores problemas durante el desarrollo de la velada.

Para comenzar, unos beneficiados AMBERIAN DAWN tocaron frente a una cantidad de público considerable que ya ocupaba media sala cuando saltaron a las tablas. Habiendo escuchado su disco “River Of Tuoni” en distintas ocasiones, esperaba metal sinfónico a lo EDENBRIDGE o a lo VISION OF ATLANTIS, estilo que normalmente suele cuajar mejor en directo que en disco. Y efectivamente, así fue como ocurrió. Una banda más experimentada de lo que a priori se podría pensar y que pese a ser en 2006 cuando tomó la forma del actual proyecto, con Heidi Parviainen tomando la batuta vocal de la banda, parecía haber hecho carrera mucho antes de embarcarse en esta aventura con AMBERIAN. Con una sobria puesta en escena – tan solo la vocalista lució un traje algo más distintivo, compuesto por una falda negra larga y una chaqueta de inspiración folk-, los músicos comenzaron a desgranar los temas de su primer álbum con Ascendance Records que desgranaron al completo. El sonido fue potente, pero hasta tal punto que ciertos tramos instrumentales quedar enterrados entre la maraña de decibelios, y como suele ser habitual, los teclados fueron los mayores perjudicados. El pistoletazo de salida lo dio un tema rápido y certero como “Curse”, con un marcado estilo de metal operístico que dejó varias cosas claras. La banda es netamente metalera y se recrea en ofrecer toda la caña posible, dentro del margen que le concede su estilo. Por otro lado, y no se si sólo por las reducidas dimensiones del escenario,  los músicos se llegaron a chocar en distintas oportunidades mostrando cierta torpeza en la coordinación de movimientos.  Probablemente eso es algo que no pasará en las últimas fechas de la gira, pero de momento, con tan sólo una docena de conciertos en a sus espaldas, la banda necesita rodaje. Heidi como front-woman parecía algo retrotraída, en un modo acorde con el sentimiento delicado de temas como “Sunrise”, “Valkyries” o “My Only Star”. Uno de los momentos álgidos de la actuación vino de la mano del tema nuevo “Shallow Waters” que la banda tiene previsto incluir en su próximo disco; buena dosis de rifs y de bombo a altas velocidades. El turno de los finlandeses tocaba a su fin y fue así como presentaron “River Of Tuoni”, título que da nombre al disco y que sorpresivamente parecía ser el preferido de la audiencia que conocía a la banda y que no dudó en corear convenientemente. Pese a que la actuación del sexteto de Helsinki fue correcta, creo que les falta todavía mucho camino por recorrer y veremos si no se quedan en el apartado de “banda del montón”, ya que peligrosamente apuntaban hacia ello, sin muchas señas de identidad distintivas.

Set-list Amberian Dawn

  • Intro
  • Curse
  • Sunrise
  • Valkyries
  • My Only Star
  • Evil Inside Me
  • Shallow Waters
  • Passing Bells
  • Fate Of The Maiden
  • River Of Tuoni  

Tras sus 45 minutos de actuación y el pertinente cambio en el backline y demás,  los esperados EPICA tomaban el testigo presentando la única novedad de Ariën Van Weesenbeek, el otrora GOD DETHRONED que ha cambiado de tercio enrolándose con los sinfónicos holandeses. El show de Madrid entraba dentro de la gira como cabezas de cartel de los centroeuropeos, que recordemos se vieron obligados a cancelar sus actuaciones previamente confirmadas meses atrás (Febrero) por la enfermedad  relacionada con la bacteria MRSA que contrajo Simone y que le impidió realizar su ronda de conciertos programada. Pero por fin llegaba la presentación en solitario de “The Divine Conspiracy”… o al menos para algunos, ya que personalmente, era la tercera ocasión que podía ver el despliegue en directo de dichos temas, lo que sin duda restó en el apartado “sorpresa”.

El concierto comenzó como era de esperar, con la intro “Indigo” y el tema “The Obsessive Devotion”. Sólo un tema hizo falta para colocar a cada cual en su sitio. Mark Jansen sigue partiendo el bacalao en el apartado musical de la banda, bien solapado por un Yves que pese a no mostrar su mejor cara en el plano de entrega, es sin duda, un buen profesional. El resto de componentes se limitó a dejarse llevar por las directrices del guitarrista / solista y contribuyeron a que todo fuera según lo previsto. El sonido era bueno, con algo menos de intensidad en las guitarras y en las voces como habría deseado, aunque por otro lado un aumento de volumen puntual habría significado un nuevo problema para los teclados de un Coen relegado a un segundo plano.

Saltó Simone y la sala se vino abajo. Tras seguir la trayectoria de la vocalista desde sus comienzos en 2003, se puede decir que ha sabido evolucionar de manera adecuada sin “endiosamientos” aparentes ni un “divismo” marcado.  Otra cosa es su actitud detrás de bambalinas, pero sobre el escenario, y pese a no ser el don de la expresividad y de la atención con el público, la joven cantante se muestra agradecida y correcta en la ejecución de los temas. 

“Sensorium” comenzaba el repaso del álbum que alzó a la formación en sus comienzos con Transmission, y más tarde caerían otros temas como “Phantom Agony”, un clásico del álbum de mismo título que no puede faltar en el set de la banda.

De la puesta en escena, limitada en la pirotécnica por las condiciones del recinto, sólo cabe destacar el telón de fondo con la enseña de la banda que por las dimensiones del escenario no pudo desplegarse en su totalidad y el clásico recurso del ventilador que en esta ocasión fue recurrido en menor media por Simone, ya que según teníamos entendido la cantante pasaba por un proceso de enfermedad que había repercutido en su voz en los últimos conciertos. Afortunadamente no hubo secuelas destacables en el transcurso de la noche.

Simone lució uno de sus bonitos corpiños que vislumbraban la envidiable figura de la artista. Otros que también se mostraron en plena forma fueron Mark Jansen y sus compañeros, destacando Arjen, que probablemente por la esencia heredad de su origen Death Metal repartieron estopa en las partes propicias para ello. Siempre mantendré la teoría de que Jansen debería prodigar más sus proyectos paralelos donde dar rienda suelta a una vertiente más Death/Black, sin duda alguna, géneros por los que profesa una gran predilección. Si está en EPICA obviamente es porque el chaval quiere estar voluntariamente (no hay que olvidar sus orígenes en After Forever como enseña del estilo), pero que la versión que haga la banda en “Crystal Mountain” sea de los padres DEATH, no es por casualidad. Menudo temazo. Apostaría lo que fuera porque el músico quedó prendado de la formación en aquel mítico Dynamo del 98 en el que participó la banda de Chuck Schuldiner.

Hubo tiempo para esto y mucho más, y es que el concierto se prolongó hasta la hora y tres cuartos de duración, con temas como “Seif Al Din (The Embrace That Smothers – Part VI)”, “Mother of Light:  A New Age Dawns Part II” o “Chasing The Dragon”, intercalando interpretaciones con la banda al completo o la versión en solitario de Simone. Obviamente el teclado sí que hacía acto de presencia en todo momento, pero los arreglos orquestales qué duda cabe de que iban pre-grabados. Fue entre el cambio de temas el momento en el que Simone decidió dedicar la canción a algún ser querido que se fue en los últimos días y que por las obligaciones de gira impidió que la holandesa pudiera estar con los suyos en esos momentos de dolor que no fueron entendidos por el respetable de la misma manera, ya que mientras unos guardaban respetuoso silencio, otros voceaban como energúmenos ensalzando a la cantante. Nada nuevo en el horizonte o que no hubiéramos visto antes. Esto ya pasaba hace años con THEATRE OF TRAGEDY, por poner un ejemplo, en su única visita a España en aquel concierto que ofrecieron con unos jovencísimos LACUNA COIL en la Revólver 2.

Parecía que el concierto daría a su fin según lo marcado en el set list de la mesa de sonido, cuando habrían de llegar los bises que prolongaron el concierto en otro cuarto de hora más. Momento para cambiar de posición y dirigirse hacia el final de la sala donde se veía un mar de almas totalmente entregadas a la causa. Público variopinto y curioso que según se alejaba la posición del escenario la media de edad subiera considerablemente.

Llegaba entonces el final del concierto, y la agradecida despedida de unos músicos que triunfaron en su visita. Quizá sin grandes argumentos o novedades en el repertorio, pero con la lección bien aprendida y las ideas bastante claras en cuanto a la elección del repertorio y la actitud sobre las tablas. Se puede decir que el gothic metal sinfónico ha resurgido algún punto en el baremo personal después de esta actuación. Veremos cuál es la evolución en los próximos años.

Set-list EPICA

  • Indigo
  • The Obsessive Devotion
  • Sensorium
  • Menace Of Vanity
  • Living A Lie
  • Blank Infinity
  • Cry For The Moon
  • Solitary Ground
  • Crystal Mountain
  • Seif Al Din
  • Mother Of Light
  • Chasing The Dragon
  • The Phantom Agony
  • Bises

Texto y Fotos: Alejandro Pérez

Promotor:Scarynoise

Asistentes:400

Día:15/11/2008

Hora:20:00

Sala:Sala Caracol

Ciudad:Madrid

Puntuación:9