¡Recuerda! Si DEICIDE  vienen a tu ciudad, pide fiesta en el curro para cualquier
día menos para el que está programado el concierto. De esa forma probablemente
tengas más probabilidades de acertar.

Y a la cuarta fue la vencida. Hace un par de años, si mal no recuerdo, ya cancelaron
un show que tendrían que haber dado en la Ciudad Condal. Ahora, en la teórica
“gira” de presentación de su último “Scars of the Crucifix”, habían llegado
a cancelar hasta dos veces su actuación en Barcelona.

Cualquier cosa podía pasar. A lo mejor llegábamos a la sala y nos encontrábamos
con que el concierto se había vuelto a ir a pique otra vez. Y, si tocaban, los
augurios tampoco eran como para tirar cohetes: en Madrid tan sólo habían tocado
media hora y tuvieron que irse abucheados y con una luna del cristal del autocar
hecha añicos.

Cuando llegué delante de Deja Vu me topé con que por ahí se encontraba Glenn
Benton dando paseos por el exterior la sala con un globo encima bastante notable.
Entraba y salía de las dependencias del local una y otra vez, aunque la poca
gente que por ahí rondaba tampoco se atrevió a decirle nada.

Una vez dentro, nos sorprendimos de que saltaran a las tablas unos tales CLINK,
¿y ARKHON INFAUSTUS? Aunque empecé a temerme lo peor, deposité esperanzas en
que los franceses saltaran al escenario después de esta gente. Sobre CLINK…
pues bueno, aparecieron sobre el escenario unos señores por cuyas pintas parecía
que fueran a marcarse unas versiones de NIRVANA y FOO FIGHTERS, aunque luego
descubrimos que lo que iban a ofrecernos era un concierto de grindcore con alguna
que otra voz limpia. La verdad es que su propuesta no entusiasmó precisamente
al personal. A mí me recordaron a unos BENIGHTED pero bastante más descafeinados.
A medida que fueron pasando las canciones aquello se hacía más aburrido, las
voces limpias eran algo ridículas y al terminar según qué temas no se oía ni
un triste aplauso… Vaya, que se notó que los lunes la condescencia no abunda.

Ahora… ¿saldrían ARKHON INFAUSTUS? Pues no, señores. A pesar de que la presencia
de los franceses estaba claramente anunciada en todos los lugares en los que
se hacía referencia al bolo de esta noche, el grupo no iba a aparecer para empaparnos
de su salvajismo en esta ocasión. Una enorme pena, pues las ganas que tenía
por respirar el hedor de dicha formación gala eran pingües.

Así pues, sigamos. Cuando los primeros y únicos teloneros finalizaron su show
la sala ya empezó a verse algo más llena. Si cuando abrieron las puertas éramos
unas 25 personas, cuando DEICIDE salieron al escenario éramos sobre unas 200.
Supongo que el baile de fechas y el hecho de que fuera un incómodo lunes contribuyó
a que la asistencia no fuera algo más alta. Por otro lado, también es verdad
que las entradas que se vendieron para los otros conciertos que finalmente fueron
cancelados servían para esta ocasión, y me da que pensar que esto ayudó a que
el público no fuera todavía menor.

Como muchos ya saben, los hermanos Hoffman abandonaron el barco en la presente
gira. Por lo tanto, los dos guitarristas que saltaron a escena fueron el certero
Jack  Owen de CANNIBAL CORPSE y el algo más técnico Dave Suzuki, hacha de VITAL
REMAINS, que ayudaron al maniático de Glenn Benton a que los escupitajos en
la cara del cristianismo fueran precisos y certeros, como han de ser. Sin muchos
preámbulos, comenzaron tocando el tema “Scars of the Crucifix” de su última
gran obra de estudio para a continuación dar un repaso a toda su discografía
pre-Insinerate Hymn. Como muchos sabrán, los dos últimos álbumes que DEICIDE
sacaron con Roadrunner Records fueron dos productos que la banda decidió sacar
para consumo rápido y así poder terminar su agónico contrato con dicha compañía.
Benton y compañía nunca reconocieron estar satisfechos con estos dos discos
(“Insinerate Hymn” e “In Torment in Hell”), por lo tanto no es de extrañar 
que los ignoren completamente en su playlist. Realmente, si bien no son discos
desastrosos, sí que bajaron un poco el listón al que los americanos nos tenían
acostumbrados. Ni un tema de esos compactos tocaron.

En cambio, sí que hubo espacio para los clasicazos 
de la banda, la mayoría de ellos de su álbum debut  (“Deicide”, “Crucifixion”,
“Sacrificial Suicide”,…), aunque teniendo cabida también truculencias eternas
de sus discos posteriores tales como “ Dead But Dreaming “ o la avasalladora
“Once Upon The Cross”, que nos hizo a todos vociferar aquéllo de “fear him,..kill
him”. Asimismo, impertérritas blasfemias como “Kill the Christian” o “Bastard
of Christ” fueron recibidas como una patada con botas militares en la cara de
Dios. La única concesión a un atisbo de melodía vino a la hora de perpetrar
el riff inicial de “Serpents of the Light”, cuyos picarescos acordes iniciales 
esconden, por lo menos para un servidor, una mala leche impresionante. Como
no podía ser de otra forma, aquí llega el detalle/punto negro de la noche que
no me hizo ni pizca de gracia. Un chico se sube a la tarima y se lanza al público
en un intento de dar el pistoletazo de salida a una oleada de mosh. Acto seguido,
al verlo, los encargados de seguridad salen de la parte delantera del escenario,
se meten entre el público, lo cogen y lo echan de malas maneras fuera de la
sala. Las conclusiones sáquenlas ustedes, están bastante claras. Ya hemos comentado
en distintas ocasiones la necesidad de que los encargados de la seguridad en
los conciertos tengan un mínimo de conocimiento de cómo funciona esto y donde
están. De  esta forma evitaremos situaciones absurdas como ésta, que no hacen
más que invitar al pasmo absoluto y a la indignación. Es como si voy a una fiesta
de la cerveza y me ponen una multa por emborracharme.

Quizá se echó algo en falta algún tema más de su segundo disco, “Legion”, pero
la verdad es que los barceloneses para nada nos podemos quejar: 55 minutos de
concierto, sonido bastante correcto y la garganta de Glenn Bennton en plena
forma. Partiendo de la premisa de que la voz del divo del death metal está bastante
manipulada y pasada por un puñado de filtros en sus últimas obras de estudio,
la verdad es que su reproducción en directo fue, dentro de los límites de lo
que es capaz  de salir desde las entrañas del cuerpo humano, espléndida (pudimos
comprobar, por otra parte, que ya se le había pasado el colocón que llevaba
encima un par de horas antes) Recordemos que en Madrid, tristemente, los asistentes
tuvieron que presenciar un show a todas luces desafortunado por lo corto de
su actuación. Por lo visto para esta ocasión Jack y Dave habían podido aprenderse
unos cuantos temas más y de tal forma todos los requisitos para que pudiéramos
presenciar un concierto aplastante se dieron cita.

La quintaesencia de la brutalidad de una de las bandas más importantes del
death metal sirvió para resarcirnos de todos nuestros males a través de una
descarga de adrenalina que resultó analgésica. 18 temas configuraron esta terapia
de choque. La pregunta es: ¿Cuántas historias tendremos que sufrir para poder
volver a ver al chalado de Benton y su frente escarificada sobre un escenario?
Pues si nos hemos de fiar de lo que estamos viendo últimamente pues vamos buenos
ya que, atención al dato señores, después de completar esta parte de la gira
española atrasada DEICIDE volvieron a cancelar el resto de gira que les quedaba
por Europa y se fueron directamente para Estados Unidos. Ver para creer.

Texto y Fotos: Penumbra

Datos:Sala Deja Vu
Barcelona
Publico: 220 personas
Promotor: Frontline

Día:13/12/2004

Puntuación:8