W.A.S.P. despertó en Barcelona el subconsciente colectivo con sus clásicos
No importó su duración, el concierto repleto de clásicos de W.A.S.P. en Barcelona estuvo por encima de cualquier otra circunstancia.
Después de un largo tiempo de espera por aplazamiento debido a la pandemia, Blackie Lawless pudo poner en marcha la gira de aniversario de W.A.S.P. “40 Years Live – World Tour”, que el pasado 1 de abril recaló en la sala Razzmatazz de Barcelona, punto de partida de sus actuaciones españolas.
Una gira en la que Blackie vuelve a sus orígenes y está dedicada a repasar sus primeras grabaciones, desde el polémico single ‘Animal (Fuck Like A Beast)’ de 1984, hasta 1992, cuando apareció ‘The Crimson Idol’. Período que también contempla los álbumes, ‘W.A.S.P.’ (1984), ‘The Last Command’ (1985), ‘Inside The Electric Circus’ (1986) y ‘The Headless Children’ (1989), aunque de este último solo rescate la versión de The Who “The Real Me”.
Cuando aún faltaban 45 minutos para el inició del concierto la zona esterior de la sala Razzmatazz estaba en pleno bullicio, no solo por la todavía extensa cola para acceder al interior sino por el ambiente generado en los bares cercanos, repletos de seguidores apurando los últimos minutos tomando una cerveza y comentando las expectativas del inminente concierto.
Gran ambiente excelente presencia de público
Una vez en el interior, la sala ya mostraba una excelente entrada, con la parte superior y el trimer tramo cercano al excenario totalmente copado. Se notaba que había ganas de W.A.S.P.
El escenario presentaba un aspecto inmejorable. Los laterales y el fondo estaban adornados con coloridos paneles que anunciaban las “perversiones” a las que el público iba a asistir. Se asemejaba al interior de una carpa. Es evidente que Blackie quiso que el público sintiese que estaba “dentro del circo eléctrico” y que estaba a punto de ser testigo de un gran espectáculo.
En el centro de la parte delantera, bien visible, “Elvis” el habitual y macabro pie de micro formado a modo de esqueleto miraba desafiante al público a través de su calavera, arropado por luces de tonos rojizos y la inevitable neblina artificial.
De repente, con el escenario aún brumoso, se escucharon los compases de “The End” de The Doors mientras los miembros de la banda tomaban sus posiciones. A esas alturas, la sala estaba ya repleta de un público expectante que al oir los primeros acordes de “On Your Knees” se dejó llevar por sus hasta entonces retenidos instintos primaros y dio rienda suelta a sus impulsos tribales para apoyar sin desmayo a W.A.S.P. durante 75 apasionantes minutos.
Toda una colección de cautivadores clásicos
A “On Your Knees” le siguieron “The Flame”, “The Torture Never Stops” e “Inside The Electric Circus”, formando un medley que certificó las excelentes vibraciones que se respiraban en el interior del recinto. Y es que Blackie Lawless con W.A.S.P., consiguió lo que en la actualidad es todo un mérito, hacer rebosar de aficionados la sala más amplia de las Razzmatazz, en unos momentos en los que hemos sido testigos de que otras bandas de renombre, apoyadas por interesantes grupos teloneros, no lo consiguieron a su paso por Barcelona.
Blackie, en cambio, ni siquiera necesitó de teloneros. El legado de W.A.S.P. es enorme y con un fondo de catálogo tan impresionante como el que atesora, es suficiente para atraer a una afición que le sigue fiel desde la década de los 80′ cuarenta años después.
Quien se va a resistir a piezas como “L.O.V.E. Machine” o “Wild Child”, que fueron las que sonaron a continuación mientras aparecían en el fondo del escenario unas pantallas en las que, a partir de entonces, se fueron pasando todos los videos correspondientes a las canciones que se iban interpretando.
Tras 20 minutos sin respiro, sonando clásico tras clásico, y con un público entregado y sin perder la oportunidad de tararear los estribillos, la más tranquila “The Idol” significó un respiro para reponer fuerzas y disfrutar de las habilidades de Doug Blair con la guitarra solista.
Fluidez y energía sobre el escenario
El sentimiento dramático incluido en la historia que Blackie cuenta en ‘The Crimson Idol’, visualizado a la vez a través de los videos, continuó con “The Great Misconceptions Of Me” y su paulatino crescendo durante el cual se pudo apreciar la calidad de la sección rítmica formada por el bajista Mike Duda, hace décadas junto a Blackie, y por el batería Aquiles Preister, todo un mercenario de la baquetas con cientos de colaboraciones en diversas bandas y toda una garantía para que las canciones alcanzasen la fluidez necesaria así como la precisa energía. Algo que se pudo comprobar a la perfección en la siguiente pieza.
Tras la lenta introducción inicial, “Chainsaw Charlie (Murders In The New Morgue)”, conformó la trilogía de canciones pertenecientes a ‘The Crimson Idol’, con Blackie meciéndose a lomos del pie de micro mientras Doug, Mike y Aquiles creaban una dinámica cautivadora y los seguidores cantaban enfervorizados el pegadizo estribillo, a la vez que aparecía el sonido de la sierra mecánica para recrear el consiguiente efecto.
Otro imprescindible tema como “Blind In Texas” que, como es obvio, mantuvo el ambiente caldeado y al público contento, supuso el cierre de la actuación antes de los bises. Tras algo menos de cinco minutos de espera y con la banda de nuevo en escena las pantallas reprodujeron las imágenes de las audiencias que Blackie Lawless y otros personajes del rock como Dee Snider (Twisted Sister) o Frank Zappa tuvieron que soportar por los intentos de censurar las letras del heavy metal por el político estadounidense Al Gore y su mujer Tipper Gore, fundadora de la famosa plataforma PMRC.
Todo esto mientras sonaba “Animal (Fuck Like A Beast)” ante el entusiasmo de los presentes que no pararon de corear la famosa frase incluida en el título de la canción. No faltó el discurso de Blackie al respecto de la censura en Estados Unidos mientras empalmaban con “The Real Me”, composición donde Mike Duda tuvo la ocasión de ejercitar sus dedos ya que el bajo tiene sus momentos de protagonismo.
Despertando el subconsciente colectivo
Para el final el líder de W.A.S.P. reservó otra composición con etiqueta de esencial, “I Wanna Be Somebody”, durante la cual fueron apareciendo en pantalla, a modo de homenaje, los anteriores miembros que han pasado por las filas de W.A.S.P., con un Blackie desmadrado sobre el escenario colgándose de nuevo de “Elvis” para “cabalgar” al ritmo de los reconocidos compases de la canción, mientras el público ya totalmente desinhibido repetía en estado hipnótico el estribillo.
Blackie Lawless y el resto de la banda expusieron el legado de W.A.S.P. y lo dejaron en lo más alto, reviviendo para muchos el sentimiento que esas canciones produjeron en su mente en décadas pasadas. Fue evidente que un gran tanto por ciento de los presentes eran muy jóvenes en la época en la que se publicaron los álbumes protagonistas de la gira, eso deja huella, y se disfruta sin discusión, aunque el tiempo de actuación fuese demasiado corto para lo acostumbrado.
Si se valoran ciertos aspectos de la actuación, ya se sabe, a veces lo bueno, si es breve, es doblemente satisfactorio si el contenido emociona y es capaz de llegar, además de al corazón, a las mentes de personas que, en este caso, revivieron un pasado que ha quedado marcado en su subconsciente. Y que ni siquiera puede empañar la posibilidad de que estén utilizando pistas grabadas para realzar el sonido.
Texto: Locky Pérez | Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Madness Live!
Día:2023-04-01
Hora:21:15
Sala:Razzmatazz
Ciudad:Barcelona
Puntuación:7
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