30 años al pie del cañón del heavy metal no se celebran cada día y Saratoga lo hicieron a golpe de clásicos en la ciudad condal. Una leyenda que sigue más viva que nunca y a la que aún le quedan muchos aniversarios más por celebrar.

Una de las bandas de heavy metal más representativas de nuestro país están de aniversario y no hay mejor plan para un sábado noche en la ciudad condal que celebrarlo junto a sus fieles seguidores. Y es que pocos pueden presumir de llevar tres décadas al pie del cañón, superando todos los obstáculos que se interponen en su largo y no siempre fácil camino.

Había ganas, muchas ganas, de poder disfrutar en directo del reciente recopilatorio de Saratoga en el que recorren algunos de sus mayores éxitos grabados por la actual formación la ocasión. Así pues, como era de esperar, el repertorio incluiría no solo un completo repaso al mismo sino que también habría lugar para alguna que otra sorpresa. Pocas, cierto es, pero sorpresas al fin y al cabo.

30 años de heavy metal (y los que les quedan)

Con una puntualidad prácticamente exquisita, lo cual siempre es de agradecer, se apagaron las luces y tras la breve introducción que también forma parte del compacto arrancaron con fuerza al compás de «Tras las Rejas». No era un día de presentaciones, sino de celebración, y sin prácticamente un segundo de respiro, llegó el turno de una celebrada «A Morir» en la que un Tete Novoa en un envidiable estado de forma físico y vocal puso de manifiesto, una vez más, todo su increíble potencial.

Saratoga (Foto: Pablo Gándara)

Treinta años repletos de canciones aúnan a distintas generaciones, con padres e hijos disfrutando del recital (con subida al escenario por parte de uno de los pequeños con la cara de satisfacción reflejada en sus progenitores incluida), y el inconfundible y poderoso bajo de Niko del Hierro anunciaba otra de las canciones más coreadas de la noche, «No Sufriré Jamás Por Ti». Mención aparte para una «Maldito Corazón» a la que siempre le sobran cualquier palabra que uno pueda escribir, y es que es, por méritos propios, ya no solo uno de los himnos de la banda sino uno de la historia del heavy metal de este país.

Saratoga (Foto: Pablo Gándara)

La noche sería larga, aunque quizás no tanto como hubiera gustado o anunciaban esas dos horas prometidas de show, pero poco parecía importar con uno de los grandes clásicos como «Mi Ciudad» sonando atronador desde lo alto del escenario, con la elegante sobriedad de Jero Ramiro a las seis cuerdas, poco antes de que la batería de El Estepario Siberiano marcara el camino a seguir con la muy heavy «A Sangre y Fuego». Desgraciadamente el sonido era mejorable, como suele ser habitual en Razzmatazz 2, pero nada parecía poder empañar el talento (y el trabajo) de los cuatro músicos protagonistas.

Saratoga (Foto: Pablo Gándara)

Seguirían cayendo, uno a uno, todas y cada una de las canciones elegidas para su último lanzamiento discográfico, y así lo harían con la pegadiza «El Vuelo del Halcón», la potente «Vientos de Guerra» en la que Tete no solo se dejaba la voz en los agudos sino que también lo hacía con unos brutales guturales que en los últimos años se han convertido en cada vez más habituales en sus directos o la preciosa «Si Amaneciera», encargada de poner un punto de emotividad y pausa a la descarga. Eso sí, no tardarían en recuperar la electricidad y velocidad con una imprescindible «Las Puertas del Cielo», una de esas composiciones que no debería faltar nunca en cualquiera de sus repertorios. Y no lo hizo.

Saratoga (Foto: Pablo Gándara)

Niko seguía dando un recital con su bajo en un solo que serviría como aperitivo de la primera canción de la noche que se salía del guion, «Si Tú No Estás». Quizás sea uno de sus nuevos temas más recientes, pero las gargantas de una sala a medio llenar, eso sí, se encargaron de corear su estribillo. Llegaría el turno de la delicadeza con la preciosa «Lejos de Ti» que, como si se tratase de la calma antes de la tormenta, vendría acompañada de la cruda «El Olvidado de Dios». La fiesta continuaba, aunque su fin cada vez se sentía más cerca, pero aún hubo tiempo de volar «Como el Viento» que se ha convertido también, por méritos propios, en una indispensable de sus conciertos.

Fin de fiesta a golpe de clásicos

Esta vez sería el turno de Jero para lucirse antes de dar paso a uno de los momentos más álgidos de la noche con la incombustible «Perro Traidor», cuyo estribillo retumbó a lo largo y ancho de la sala. Quizás el público no sería especialmente elevado, pero las caras de satisfacción de todos y cada uno de ellos bien valía el precio de la entrada. «Rojo y Fuego» sería la siguiente antes de despedirse del respetable con uno de esos trallazos para el que no pasan los años, «Resurrección», con Tete completamente desatado lejos de su hábitat natural, el escenario, para dejarse la última gota de sudor de su piel entre sus seguidores.

Saratoga (Foto: Pablo Gándara)

Una fiesta que, por poner un pero, quizás supo a poco y con poco margen a la improvisación y la sorpresa, pero que aún así bien mereció la pena especialmente por el motivo que allí se celebrara. Treinta años de historia viva del heavy metal a la que, bien seguro, aún le quedan muchos más. De eso que no tenga ninguna duda nadie, si es que alguien la tiene a estas alturas.

Texto: Lluís García | Fotos: Pablo Gándara

Promotor:RRS Promo / Eclipse Group

Día:2022-05-21

Hora:21:00

Sala:Razzmatazz 2

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8