Avalanch resucitan su ángel caído en Barcelona
Se me ocurren pocas formas mejores de acabar una gira y Avalanch nos quitaron, y probablemente a ellos también, esa espinita clavada que teníamos de su última no visita. Dos horas repasando el que quizás sea su mejor disco, “El ángel caído”, acompañándole de grandes clásicos y con una formación integrada por seis músicos de primerísimo nivel, y lo que es aún más importante, con una complicidad y química entre si que se transmite y contagia de forma recíproca con su público. Ahora tan solo queda esperar que nos depara el futuro.
Para hablar de Avalanch nos tenemos que remontar veinticinco años atrás en el tiempo en los parajes de Asturias, donde un joven guitarrista llamado Alberto Rionda crearía la que iba a ser (y es) una de las bandas más importantes del heavy metal nacional. El resto de la historia ya la conocéis, con obras imprescindibles en su discografía como “Llanto de un héroe” o “El ángel caído”, otras que marcarían nuevos caminos a seguir como “El hijo pródigo”, e incluso algún episodio fallido o extraño como “Malefic Time: Apocalypse”.
No es casual que tras este último anunciaran un parón indefinido que les traería de vuelta un lustro después con una formación espectacular y de tintes internacionales bajo el nombre de “Avalanch All Star Band”, con su compañero de “Alquimia” Israel Ramos a la voz, y muy bien escudado por músicos como el bajista Magnus Rosén o el batería Mike Terrana. Sin olvidarnos de Jorge Salán a las seis cuerdas y José Paz a los teclados. Puesto este último que hoy ocupa Manuel Ramil.
Levantando por última vez “El Ángel Caído”
Y así llegamos a la última parada de su gira celebrando la regrabación del quince aniversario de “El Ángel Caído”, aunque tras la cancelación del pasado año ya hemos disfrutado de un nuevo trabajo de la banda, esta vez en directo, que lleva por título “Hacia La Luz”. Dado estos acontecimientos nada podía fallar esta noche… y no lo hizo, como tampoco lo hizo la anterior.
Ante la ausencia de unos teloneros que abrieran la velada y amenizaran la espera del plato principal, Avalanch optó por saltar al escenario con una puntualidad envidiable y desgraciadamente poco habitual, con Alberto Rionda grabando al respetable go pro en mano y con las primeras notas de “Santa Bárbara” saliendo de su guitarra. Un arranque que se fundiría a su vez con los primeros compases de “Hacia la luz”, ya rodeado de músicos.
La gente se vino arriba ya en “Tierra De Nadie”, la cual no pararon de cantar y corear al unísono con la preciosa, delicada y muy técnica voz de Israel Ramos. Tablas no le faltan, como ya demostrara en Amadeüs o Alquimia, y pese a su juventud, ha asumido con frescura y talento su papel protagonista en la primera línea. La extensa y densa “El ángel caído” seguiría con la fiesta, con performance incluida, que lograría uno de sus momentos más climáticos al ritmo de la mítica “Xana”. Todo un clásico.
Interpretar un álbum al completo y en orden en vivo siempre supone un riesgo, pero este se minimiza cuando lo que tienes entre manos es una obra tan impecable como la que nos ocupa. “Corazón negro” dio buena muestra de ello, con Alberto Rionda y Jorge Salán desafiándose a base de solos de guitarra siempre bajo las miradas cómplices que se dedicaban y que ponían de manifiesto la innegable química que existe entre todo el sexteto.
Los primeros versos de “Delirios de grandeza” rebotaban en una Razzmatazz 2 prácticamente a rebosar con Israel como maestro de ceremonias y levantando a unos seguidores entregados totalmente a la causa. Bajarían las revoluciones con el abrazo melódico de “Antojo de un Dios” que, eso sí, mantuvo la intensidad del show inquebrantable bajo el amparo del emotivo abrazo con los que nos arropaba el teclado de Manuel Ramil.
Llegaría el turno de que Mike Terrana se hiciera con el protagonismo absoluto golpeando con su fuerza característica y precisión quirúrgica una sufrida inmensa batería para el deleite de la audiencia. Esta fuera de toda discusión que estamos ante una bestia, un animal, aunque he de reconocer que me faltó cierta variedad en su ejecución y me sobró, como suele ser habitual, algo de tiempo. Pero al finalizar le vimos luchar con una colchoneta playera con forma de cocodrilo y celebrar junto a los suyos el final de la presente gira. ¡No está mal!
Y así llegamos al cierre del disco y de la primera parte del concierto, no sin antes interpretar un pequeño guiño a Queen y su “Another One Bites The Dust” al compás del bajo de un siempre sonriente Magnus Rosén. ¡Qué feliz es este hombre siempre sobre el escenario! Un preludio que culminaría con una imponente y majestuosa “Las ruinas del Edén” que evidenciaba el excelente estado de forma por el que pasa la formación.
La hora de los clásicos
Alberto e Israel se presentaron solos ante el peligro (bendito peligro) para ofrecernos un pequeño set acústico que entre confidencias, bromas y complicidad, nos dejó por el camino “El príncipe feliz” y “Cambaral”, a las que le seguiría la irrupción del solo de Manuel que anunciaba una celebrada “Vientos Del Sur”. Me gustaría destacar la energía y calidad que ha inyectado la llegada del nuevo vocalista al que tan solo le echo en falta en algún momento un poco más de rasgado y agresividad en su registro.
Volvería la electricidad como compañía de “Papel Roto”, con la aparición de Carmen Xina, cantante de Oker, sobre el escenario formando un dúo vocal tan dispar como bien avenido, levantando una vez más a los suyos. Poco le tuvo que envidiar la pegadiza “Alas De Cristal” a juzgar por los rostros de felicidad, cánticos y expresiones corporales del público. Estaba siendo una gran noche y eso se respiraba en el ambiente.
Si minutos atrás el protagonismo se lo llevó el bueno de Mike esta vez le tocaba el turno a Magnus, todo un portento encima de un escenario y que demostró, por sino había quedado claro ya, su impecable técnica al bajo. Quizás el problema fue la excesiva duración del solo, al que por otro lado no hay nada que objetar, y que les permite cierto descanso al resto de músicos a la vez que sirve de momento personal de lucidez e interacción con sus seguidores para cada uno de ellos. Al fin y al cabo estamos ante una «All Star Band», ¿no?
Se acercaba el inevitable final pero aún tuvimos tiempo disfrutar de una nueva colaboración, esta vez de la mano de la voz de Pedro Guijarro y la guitarra de Toni Sánchez, ambos de la formación catalana Regresión que, he de reconocer, es una de mis espinitas clavadas ya que nunca les he visto en directo. Algo que pienso remediar lo antes posible. Israel y Pedro aparecieron en el foso para hacer cantar y hacer cantar a los suyos al compás de la preciosa “Lucero”. Poco más que añadir.
Fin de gira y un nuevo comienzo
Y la guinda del pastel la puso la velocidad y la caña de una inmortal “Torquemada”, un caballo ganador que hizo vibrar y disfrutar a los centenares de personas que allí nos dimos cita. Heavy metal en estado puro con unos riffs de guitarra ejecutados, nunca mejor dichos, por un Alberto y un Jorge en estado de gracia imprimiendo una agresividad y crudeza que en ocasiones echo en falta en sus composiciones. Cuestión de gustos supongo.
Se me ocurren pocas formas mejores de acabar una gira y Avalanch nos quitaron, y probablemente a ellos también, esa espinita clavada que teníamos de su última no visita. Dos horas repasando el que quizás sea su mejor disco, “El ángel caído”, acompañándole de grandes clásicos y con una formación integrada por seis músicos de primerísimo nivel, y lo que es aún más importante, con una complicidad y química entre si que se transmite y contagia de forma recíproca con su público. Ahora tan solo queda esperar que nos depara el futuro.
Promotor:Damask Events
Día:2018-09-30
Hora:21:00
Sala:Razzmatazz 2
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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