Avalanch, energías renovadas en Pamplona
La vuelta de la banda al panorama musical con la escusa de la celebración del quince aniversario de aquél "Angel Caído" sólo es el pistoletazo de salida de una nueva etapa, Avalanch están ahí otra vez y amenazan con quedarse. La elección de la nueva formación por parte de Alberto Rionda intuyo que no es casualidad ni para un rato, por supuesto sin quitar ni un ápice de calidad a sus antiguos compañeros, pero quizá lo que buscó fue un cambio total manteniendo esa línea que durante tantos años caracterizó a Avalanch. Las cuentas, artísticamente hablando, parece que le salen y eso se nota cuando ves complicidad y disfrute sobre el escenario.
Las historias de Avalanch a lo largo de toda su trayectoria dan para muchas horas de conversación. La banda plegó velas en septiembre de 2012 tras una gira con Scorpions cuando se encontraban en un buen momento y con mucho que aportar todavía. Las razones por las que una banda de la calidad de Avalanch tiene para hacer un parón indefinido en unos momentos así pueden ser muchas, aunque al parecer fue la necesidad por parte de Alberto Rionda de parar. Y se hizo, aquello finalizó ahí y los seis miembros que componían la banda se fueron cada uno a su casa.
«El Ángel Caído» retoma el vuelo
Seis años más tarde, en 2016, cuando se cumplían 15 años de la edición de «El Ángel Caído», Alberto Rionda anunciaba la vuelta a los escenarios de Avalanch con una formación de lujo totalmente renovada. Avalanch All Star Band es el nombre definitivo que adopta la formación para ésta nueva etapa. Su idea era tocar el disco entero completando el set-list con algunos clásicos más de la banda.
La gira comenzó en abril de 2017 prolongándose hasta final de septiembre de 2018. A su paso por Madrid (junio ´17) plasmaron en DVD un directo que se puso a la venta en marzo del año siguiente bajo el nombre de «Hacia La Luz», empalmando aquella gira con la que les llevó a seguir en la carretera presentando ésta nueva entrega «Hacia La Luz Tour 2018». En el último fin de semana de septiembre de 2018, días 28, 29 y 30, está previsto que acaben los conciertos que han pasado por muchos festivales, escenarios de todo el país y también por Latinoamérica.
Éste de Pamplona era el penúltimo concierto programado, las expectativas eran grandes a juzgar por lo que ya sabíamos de otras ciudades y lo cierto es que no han defraudado nada.
Ovación, nervios e ilusión
La sala Zentral Iruña tienen la buena costumbre de ser puntuales en cuanto a apertura de puertas se refiere y, además, lo hace con tiempo suficiente para que los asistentes nos acomodemos antes de que el show dé comienzo. Así que a las 21:30 abrieron puertas y con puntualidad londinense las luces de la sala se apagaban a las 22:00 al mismo tiempo que empezaba a sonar la sintonía «Santa Bárbara», dando paso a Alberto Rionda que enlazaba con «Hacia La Luz», tema con el que fue recibido con aplausos y gritos de emoción mientras iba dando salida al resto de músicos que fueron tomando su posición sobre un escenario bien organizado para un concierto que arrancaba ya con mucha actitud y sabiendo que aquella noche Avalanch dejarían huella en nuestra ciudad.
Con «Tierra De Nadie», Isra Ramos apareció por uno de los laterales del escenario, micro en mano, y se hizo con el protagonismo. Su voz sonaba clara y la música quedaba en el plano perfecto para que el empaste entre ambas fuera el idóneo. Con el siguiente tema, «El Ángel Caído», el batería Mike Terrana le dio con tanta potencia que hubo que parar al finalizarlo para sustituir un parche.
En esos minutos, Alberto aprovechó para agradecer a todo aquél que participó en el crowdfunding con el que consiguieron el dinero suficiente para volver a grabar con la actual banda el disco entero «El Ángel Caído», que se podía comprar también junto con el DVD «Hacia La Luz» en el merchan. Como tardaban algo más de la cuenta en cambiar la pieza de la batería, Jorge Salan aprovechó para saludar a su gran amigo Kutxi Romero. Y ahora sí, una vez subsanada la batería, aquello no volvió a parar y pudimos disfrutar de esos duelos de guitarra Rionda-Salán, potentes ritmos con doble bombo, líneas de bajo y fraseos de teclado bien acompasados.
El concierto fue avanzando hasta llegar al ecuador en el que el batería se quedó solo en el escenario, era su momento y lo aprovechó bien, ya lo creo. Se marcó un solo que duró algo más de diez minutos y en el que consiguió que el público corease al ritmo que iba marcando. El carisma de Mike es tan grande como él, y la fuerza con la que golpea su instrumento hace que un técnico de escenario esté muy pendiente de que todo siga bien sujeto. El resto de la banda aprovechó para descansar un poco y, seguramente, echarse un trago.
Clásicos y calidad sobre el escenario, la fórmula perfecta
La segunda parte del espectáculo continuó en la misma línea potente. El público, azuzado constantemente por Isra y el bajista Magnus Rosén, se las cantaba todas. Los registros a los que hay que llegar tienen muchos momentos de complicación, sin embargo la experiencia y el buen control que Isra tiene de la voz hacen que seguirle parezca fácil, hasta que te pones a cantarlas y te das cuenta de lo complicado del asunto, así que el «casi play-back» se veía bastante entre la gente.
Llegó el momento de hacer un acústico con guitarra y voz únicamente. Un par de canciones, muy pocos mecheros y toda la atención a «Cambaral», un precioso tema que tuvo una gran acogida también. Llegado ese momento, parecía claro que cada miembro tendría su espacio, y así fue. Después le tocó el turno a Manuel Ramil, que tras sus teclados era uno de los que no paró en todo el concierto de cantar disfrutando desde su posición.
El final de la actuación se veía cercano y tras un par de temas más Magnus Rosen nos regaló una clase magistral de bajo sacando un potencial y una maestría que dejó a más de uno con la boca abierta de lo asombroso que era aquello. No he visto a un tipo en un escenario que sonría tanto, constantemente, y con un carisma sobre las tablas envidiable, el público le jaleaba mucho y Magnus no se hacía de rogar. Recibió su dosis de agradecimiento por parte de una masa enfervorecida para comenzar el siguiente tema, «Lucero», con el que Isra se bajó del escenario y acabó subido a la barra de la sala dejando otra vez a la gente con ese nivel de asombro al tener a medio metro al cantante con semejante voz y con una energía que no parecía que llevara casi dos horas a ese nivel… y tras esto la banda se despidió levemente y desaparecieron.
Contundencia final y a casa contentos
La intención no era otra que provocar un «beste bat» (una más). Lo consiguieron, por supuesto. Salieron haciéndose los remolones para zanjar con broche de oro un espectáculo que brilló todo el tiempo y que sonó muy bien. «Torquemada» cerró la noche en la que Avalanch pasó por el Zentral de Pamplona y descargó toda su energía dejando un inmejorable sabor de boca.
A falta de una sola cita para cerrar definitivamente la gira, Avalanch tienen previsto entrar en estudio en los próximos meses para grabar lo que será un nuevo disco. La intención no es otra que continuar con el proyecto todo lo que sea posible. Hay que destacar que la sala Zentral de Pamplona tiene buena acústica aunque sin un gran técnico eso no serviría de mucho, y aquí lo había. Buena iluminación y un personal muy profesional, cosas que hacen que una noche de rock sea como la que con Avalanch hemos disfrutado.
Texto: Kiko Casado | Fotos: Aritz Sola
Promotor:Duque Producciones
Día:2018-09-29
Hora:22:00
Sala:Zentral Iruña
Ciudad:Pamplona
Puntuación:8
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