Angelus Apatrida se presentan a la recuperación de Septiembre

Después de tener que suspender sus conciertos de mayo por enfermedad de Víctor Valera, la banda ha vuelto con el doble de energía y más morenos. Crónica del concierto de Angelus Apatrida en Barcelona del pasado sábado.

Después de suspender en mayo, los chiquillos de Angelus Apatrida han tenido que volver a presentarse en Septiembre para recuperar el concierto que se les resistió por culpa de las dolencias de su batería, Victor Valera, que tuvo que ser ingresado por entonces y ha estado recuperándose en los últimos meses. Rara es la vez que Angelus cancelan un concierto: son algo así como la madre del heavy metal nacional. Siempre están ahí cuando les necesitas y todo lo que te dan de comer está riquísimo. En este caso, nos dieron de comer un repertorio de hora y media de thrash metal al horno -la sala Salamandra era un hervidero de greñas – y un motivo para seguir asegurando que estos tipos son muy grandes aunque les hayamos visto en directo más veces, probablemente, que a nuestra propia madre.

Angelus Apatrida (Foto: Sergi Ramos)

Si bien en Mayo, y debido a la condición last minute del aplazamiento, algunos grupos como Trallery actuaron en Barcelona, en esta ocasión el cartel fue distinto y acompañaron a los manchegos unos buenos amigos de Portugal, los chicos de Revolution Within. Ellos abrieron fuego a las 20:30 y se encontraron con una sala ansiosa de caña. Poca broma: Angelus Apatrida están llenando salas habitualmente reservadas a bandas como Kreator, Moonspell y similares. Están en otro nivel. Pero nada de esto es fruto de la casualidad y nadie se atrevería siquiera a dejarlo entrever cuando la banda se mata a girar con una intensidad que no decae pasen los años que pasen.

Un gran recibimiento para Víctor Valera

Cuando Guillermo Izquierdo salió al escenario con el resto de sus secuaces, los primeros gritos del público fueron para Valera, a quien rápidamente señaló Izquierdo como diciendo “eh, que lo hemos traído esta vez y está entero”. No había pasado el segundo diez del primer tema, “One of Us”, que el público ya estaba inmerso en un moshing constante e imparable. Cuando Guillermo hizo el indicativo de “circle pit” con un sutil movimiento manual, no hizo falta. El público llevaba inmerso en un circle pit desde que, prácticamente, se anunció la nueva fecha del concierto.

El pelaso es real (Foto: Sergi Ramos)

Que Angelus Apatrida metan a 700 personas a estas alturas de la película no debería ser tomado a la ligera, especialmente cuando no hacen un estilo especialmente melódico o atractivo al oído. La encantadora “Sharpen the Guillotine”, dedicada al amigo Felipe VI, fue buena muestra de ello. No solo eso: las entradas del concierto pasaban de ese límite psicológico de los 20€ que tanto se le ha resistido a los artistas nacionales. La gente valora lo que hacen Angelus y responde con ganas a su convocatoria.

Sonido impecable

Con un sonido tremendo -probablemente el mejor que jamás han tenido en Barcelona- y una iluminación excelsa como siempre suele ser el caso en la sala Salamandra, la banda se dio un paseo por temas como “Vomitive”, “Of Men and Tyrants”, clásicos como “Serpents on Parade” y, ya en la recta final, hilaron sus hits más evidentes como “Give’ em War”, “Thrash Attack” y “You Are Next”. No hace falta decir que el público quedó más que satisfecho ante semejante hostia en toda la cara.

(Foto: Sergi Ramos)

Con cada disco que sacan y cada gira que hacen, parece que ha llegado un fin de ciclo para ellos, que no se podrán superar en lo compositivo o en su poder de convocatoria en directo. Pero visto lo visto en el concierto de Salamandra, Angelus Apatrida están ahora en plena fase de consolidación. Atraen a público joven y no tan joven. Los veteranos del lugar les respetan y dan por hecho que estos tíos viven esto hasta la médula y eso es imposible de ignorar. En cualquier caso, ambas corrientes de nuevos fans y otros más clásicos se dieron cita en una noche que, como siempre, los de Albacete tendrán difícil superar. Al menos hasta la próxima ocasión.