Hay esperanza tras la gira de Amorphis
El concierto que se pudo presenciar ayer en el Black Box del Palacio de Vistalegre de Madrid, más allá de cómo fue la actuación de las bandas que participaron en el evento, es un éxito para las "nuevas generaciones" del metal y las posibilidades que estas poseen a corto, medio y largo plazo.
En los tiempos en los que nos encontramos, donde quienes superan las tres décadas -y solo algunos- son la mayoría de los capacitados para llenar pabellones o estadios (véase Metallica, Iron Maiden, Guns N’ Roses, Kiss, etc). Que esos grupos que iniciaron sus carreras más adelante y que, por la propia coyuntura musical en la que han evolucionado, su popularidad no ha podido llegar a esas cotas consigan tener que cambiar de sala por la venta completa de entradas para un recinto más grande es un buen síntoma de la salud de la escena (al menos de la internacional).
Después del sold out en la sala Mon Live de Madrid, el concierto de Amorphis, Soilwork, Jinjer y Nailed To Obscurity se tuvo que trasladar al Black Box del Palacio de Vistalegre de la capital, el cual cuenta con más aforo y permitió vender más tickets en detrimento de estar situado más lejos del centro de la ciudad. La avería que sufrió el autobús que transportaba a los miembros de Amorphis, Soilwork y parte de la crew encargada de esta gira provocó que tuviera que atrasarse media hora el horario establecido previamente de manera oficial, algo que no interfirió finalmente en los setlist preparados por los cuatro artistas y simplemente hizo que la gente pudiese permitirse llegar algo más tarde y asimismo que se tuviera que dar algo más de prisa para coger sin problemas el transporte público a la vuelta.
Nailed To Obscurity, uno más
Los alemanes acudieron a su cita de Madrid como los encargados de abrir el espectáculo que se veía por delante, y no lo hicieron mal, para nada. El público iba entrando según avanzaban los temas de Nailed To Obscurity, y los bávaros pusieron toda la carne en el asador para que los madrileños que presenciaban su actuación disfrutasen al máximo. El problema es que nadie se sabía sus canciones, y en este tipo de situaciones, o tu show es muy llamativo o serás uno de esos grupos que después de un tiempo te suena haber visto o escuchado pero no terminas de ubicar cuándo.
‘Black Frost’ fue el trabajo sobre el cual se centró el repertorio de los germanos, y los cortes que interpretaron, a pesar de no contar con la potencia sonora que sus sucesores más adelante sí tuvieron. Su vocalista Raimund Ennenga fue quien más consiguió animar al respetable, y el death metal melódico de la banda fue una buena forma de entretener a los asistentes, que venían preparados para lo que quedaba todavía por llegar.
Jinjer siempre es garantía de éxito
Estos ucranianos llevan girando y girando años. Cogen su mítica furgoneta que quienes ya les han visto en alguna de sus múltiples visitas anteriores y se hacen Europa de arriba a abajo. En otra de las muchas citas que tenía Jinjer en España en los últimos meses, lugar que ha visitado cuatro veces en poco más de un año y que todavía no ha terminado de hacerlo en este 2019, Jinjer regresaba a nuestro país como parte de otra gira a la que su presencia le subía el caché y el hype de los fans.
Después de publicar recientemente su EP ‘Micro’, Jinjer planteó su directo en Madrid con la intención de presentar sus nuevas canciones a sus seguidores sin olvidar los temas que le han hecho obtener la reputación y fama que poseen en la escena metalera. Tatiana y los suyos llevan a cabo una mezcla de groove metal y djent que, con la calidad con la que lo efectúan, hace que tenga una gran cantidad de aficionados, y en la capital española demostraron que están en un buen momento de forma.
La falta de tiempo para descansar tras girar de manera casi ininterrumpida durante más de un año no hizo mella en los ucranianos, que saltaron a las tablas del Black Box con «Words Of Windsom» uno de sus trallazos anteriores a ‘Micro’ (2019). Siguieron con una de este último trabajo, «Ape», que ha sido de las que mejor acogida ha tenido por su melodía fácil de recordar.
La alternancia entre éxitos y nuevos cortes fue sucediendo y así cayeron «I Speak Astronomy», «Dreadful Moments» y «Teacher, Teacher», en las cuales los de Ucrania se reafirmaron con la contundencia de su sonido y de su música. Los hits más potentes de la banda acaecieron cuando Jinjer tocó «Who’s Gonna Be The One» y «Pisces», canciones que los fans cantaron al unísono y que, en palabras más banales, lo petaron muy fuerte.
«Perennial», de ‘Micro’, y «Sit Stay Roll Over», otro clásico, concluyeron el setlist de Jinjer en Madrid, que demostró que sigue a un nivel muy alto en el tiempo en el que se sube al escenario y que su próxima visita a España, la cual se materializará en el Rock The Coast 2019, será uno de los grandes atractivos del festival si uno se aleja de los cabezas de cartel y las bandas con nombre más grande en el roster de artistas confirmados.
Soilwork cumple sin gran protagonismo
A las 20:30h aproximadamente salieron al escenario Soilwork, grupo que colideraba el cartel pero que contaba con mucho menos apoyo en la sala que el resto de bandas, o al menos no al nivel de Amorphis o Jinjer. Arrancaron con “Arrival” perteneciente a su último trabajo ‘Verkligheten’, una canción potente y directa perfecta para arrancar un concierto. La iluminación para este concierto mejoró considerablemente frente a la de los teloneros, lo cual ayudó mucho a que el show se viviera de otra forma.
Continuaron con “The Crestfallen” y “Nerve”, dos potentes canciones que el público acogió con entusiasmo, y es que parece que entre tanta camiseta de Amorphis había escondidos varios fans de los suecos. Tras dedicar unas palabras al público y recordar que hacía varios años que no visitaban Madrid continuaron con “Full Moon Shoals” un tema nuevo y bastante más lento que los anteriores en la que Björn se pudo lucir y mostrar su versatilidad vocal.
Tras estos temas, sacaron unas guitarras acústicas para hacer la intro de “Death In General”, otra canción de corte algo más lento pero que sonó muy potente gracias a la acústica de la sala. “Like The Average Stalker” remontó de nuevo el ritmo del concierto con una batería atronadora y unos solos de guitarra que sonaban geniales. “The Akuma Afterglow” fue la siguiente en sonar para continuar con “Drowning With Silence”. Llegado a este punto, el público estaba realmente metido en el concierto, coreando, saltando, haciendo palmas y disfrutando de un espectáculo de puro metal.
Con “The Phantom” desataron la locura, una canción que sonó brutal, con una batería machacona, unas guitarras endiabladas y la voz rasgada de Björn. Un verdadero chute de adrenalina. Bajaron un poco el ritmo con “The Nurturing Glance”, otro tema de su nuevo disco. “Bastard Chain” volvió a meter una marcha más a un concierto ya de por si rápido y frenético. “The Ride Majestic” volvió a permitir a Björn lucirse a los micrófonos con los cambios de voz tan exigentes de este tema. “The Living Infiniti II” ponía fin a lo que debería haber sido el grueso del concierto antes de los bises, pero que por ir escasos de tiempo quedaron como una simple paradiña.
Con “Witan” se entraba en la recta final del concierto, un tema nuevo que fue acogido con un poco de frialdad. “Stabbing The Drama” volvió a poner al público a saltar y darlo todo, ya que muchos creían que sería la canción con la que cerrarían el concierto, un temazo cañero y potente para poner fin a un concierto lleno de energía y fuerza. Pero no fue así. La canción encargada de cerrar fue “Stålfågel”, un tema nuevo, mucho más lento que el anterior y un poco monótono. Aunque es una canción que me gusta mucho creo que hubiera quedado mejor para comenzar unos bises que para cerrar, pero cada uno que haga lo que quiera con su concierto.
Amorphis y su efectiva monotonía
Amorphis encabezaba junto a Soilwork esta gira, pero la el número de gente que acudió al Black Box del Palacio de Vistalegre para este directo iba más para ver a los finlandeses, quienes tocaban los últimos, que a los suecos. El cambio de instrumentos sirvió para que el público se fuese a la barra a pedirse algo para beber (o incluso para comer), y de ese modo estuviera perfectamente adecuado para presenciar el concierto de Amorphis en Madrid.
El setlist del grupo se centró en la presentación de ‘Queen Of Time’, su último trabajo que tan buenas críticas ha obtenido hasta la fecha, y se notó mucho no solo porque el escenario estuviera plagado de decoración en referencia a la portada de este trabajo, sino porque el ambiente de su actuación estuvo plagado del toque que le han impreso a este último álbum.
«The Bee» sirvió para arrancar un show en el que los seguidores de Amorphis estuvieron entregados a tope desde el comienzo, y daba igual lo que pasara, todo era apto para corear, saltar y animar a los finlandeses. El único inconveniente de este concierto era el que se encontraron algunos de los que no siguen fervientemente a la banda que percibieron la puesta en escena de Amorphis algo repetitiva y con canciones que no hacían fluctuar la energía del bolo, ya que eran de un tipo similar sin alternar a lo mejor alguna que se notase que rompiese la dinámica establecida y, por tanto, la monotonía generada.
La potencia de cada canción de los finaldeses se transmitió enseguida a los presentes en la sala, y así fueron cayendo «Sacrifice», «Bad Blood», «Daughter Of Hate» o «Heart Of The Giant» entre muchas otras. El sonido del recinto de Vistalegre era bueno y eso ayudaba a que los fans se excitaran cada vez más con el concierto de Amorphis en Madrid, que dejó ver que el grupo tiene una importante cantidad de aficionados en la capital.
Las guitarras y su perfecta consonancia con los teclados facilitaron que las melodías fluyesen como la seda y fueron un aliciente que unido a la voz de Tomi Joutsen consiguieron que pese a que el show se basó en una canción tras otra sin mucho más espectáculo, la música tomara protagonismo para levantar a los seguidores de Amorphis. «Death Of A King» y «House Of Sleep» cerraron por todo lo alto una actuación que demostró que, como hemos indicado al principio del texto, más allá de los directos de los cuatro grupos que tocaron en Madrid, que estas bandas que no son tan mainstream como los cabezas de cartel de la mayoría de festivales, más bien artistas que suelen ser de los de la zona media de estos pósters, logran reunir a un número de aficionados más que aceptable en la era masiva de festivales en España y de conciertos de miles y miles de personas en estadios y pabellones.
Veremos si, afortunadamente, siguen estas ventas tan altas en todos los conciertos que se organicen como este, en festivales, pero, no nos olvidemos, también en los shows de grupos nacionales, ya que si ni la propia gente de aquí apoya la escena yendo a bolos, comprando merchandising y colaborando con el auge de los artistas de España, que cuenta con muchos muy buenos, nadie fuera lo hará por la inviabilidad económica para estos a la hora de compartir su música con fans más lejanos.
Texto: Dani Bueno y Rubén Macías | Fotos: Javier Bragado
Promotor:Madness Live
Día:2019-02-08
Hora:19:10
Sala:Black Box - Palacio de Vistalegre
Ciudad:Madrid
Teloneros:Soilwork, Jinjer, Nailed To Obscurity
Puntuación:7
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