Alternavigo: un festival que año tras año gana enteros en cuanto a cartel, organización y asistentes pero que como está escondido en la lejana Galicia no ha tenido aún la repercusión que se merece. No obstante, este año el elenco de grupos que pasaban por Vigo era como para no pasar desapercibido: Amon Amarth, UDO, Paradise Lost o Dark Tanquillity entre los internacionales y Los Suaves, o Hamlet entre los de aquí. El fin de semana, a pesar de estar en agosto, discurría entre el bochorno y la lluvia. Suerte que los gallegos, muy previsores y conocedores de las sorpresas del clima del norte, montaron todo el sarao en un recinto cubierto, una idea genial a todos los efectos que nos ahorró lluvias, viento y esas lindezas que más de una vez han provocado la cancelación de un festival.

Sin ir más por las ramas, nos plantamos en el viernes 6 de agosto con los suecos SCAR SIMMETRY abriendo el fin de semana metalero. No son muy conocidos aún, tienen solamente un par de discos y quizá en ellos no suenan todo lo potentes que podrían. Pero verles en directo fue cambiar el chip con ellos al cien por cien: incisivos y potentes, reunieron a una gran cantidad de paisanos delante del escenario.  Sin embargo, y a pesar de su remarcable actuación, pronto fueron eclipsados por DESTRUCTION,  y es que sabe más el diablo por viejo que por diablo. Los thrashers alemanes salieron a comerse el público, dieron un espectáculo en el que no cayó la intensidad ni un solo segundo, manteniendo en vilo al personal a pesar de que en los primeros momentos su vocalista Schnier tuvo ciertos problemas con el micro. Solucionado el incidente, el trío descargó algunos de sus temas más conocidos como “Thrash Till Death” y “Deposition”, mezclados con algunos de su nuevo trabajo, “D.E.V.O.L.U.T.I.O.N.”.

Tras este inicio tan prometedor llegó el turno de los bufones de todo festival que se precie, es decir, DRAGONFORCE. Lo siento por sus fans pero una vez más lo digo: no sé qué veis a este grupo, y no sé por qué narices los tienen que meter en cada festival. La última traca fue en el Kobetasonik, donde casi quedo ciega con semejante explosión de fluorescentes y bizca de tanto seguirles de un lado a otro del escenario como si estuvieran poseídos. Esta vez, todo hay que decirlo, no estaban tan motivados, aunque energías no les faltaron para corretear, saltar, brincar y contorsionarse durante todo el concierto. Fuera de esta puesta en escena tan caótica, los temas de Dragonforce fueron las mismas tracas powermetaleras pasadas de rosca de siempre, como “Through the Fire and the Flame” o “Valley of the Damned”. Hubo éxtasis en las primeras filas e indiferencia y hasta risillas sarcásticas hacia el fondo, pero vamos, nada fuera de lo normal en los festivales donde participa esta banda tan particular.

Y cuando por fin se levantaron del suelo y se fueron, llegó el turno de una de las bandas más esperadas de la noche: DARK TRANQUILLITY. Qué conciertazo, my god! El sonido fue un poco pobre, pero al margen de eso la banda se lució y dio un espectáculo de 100 sobre 10. Mikael Stanne estuvo comunicativo, como acostumbra, feliz, sonriente, muy volcado con cada tema, al igual que el resto de la banda, que aunque permanecen siempre en un segundo plano para darle protagonismo a Stanne, se les veía volcados con su actuación. Dark Tranquillity no defraudaron y pasaron por varios de sus trabajos más famosos, tocaron algunos cortes del “Damage Done” y otros como “Lost to Apathy”, “Therein” o “Terminus”, por decir sólo algunos.

Tras la actuación estelar de los suecos, unos ingleses que no acostumbran a pasar por nuestro país: PARADISE LOST salían a escena ya con los focos a pleno rendimiento y con una sala cada vez más llena, aspectos que lucieron su actuación desde el primer minuto. Comenzaron con “Halloweed Land”, seguida de “Erased” y “Embrees Fire”. Personalmente disfruté muchísimo de un grupo que me parece que posee una gran clase sobre el escenario. No los había visto nunca antes y no sé si suelen hacerlo mejor o peor, quizá sí eché en falta en algún momento algo más de fuerza en la voz de Nick Holmes, sobre todo cuando cantó “Forever Failure”, aunque la interpretó con tal intensidad que a pesar de este detalle creo que constituyó uno de los momentos más intensos del concierto.

Ya con la noche encima y el cansancio en las caras después de cinco conciertos seguidos, el numerosísimo público del Alternavigo esperaba fielmente la salida de uno de los padres del Metal: Udo, ex cantante de Accept, un hombre que a sus 57 todavía tiene voz y energías para subirse a un escenario y merendarse al público. UDO salió con la artillería pesada y tan sólo toco cuatro o cinco temas propios, dejando la mayor parte del repertorio a los clásicos de su ex banda. Así, no faltaron “Thunderball”, “Holy”, “Balls to the Wall” o “I’m a Rebel”, con las que obligó al público a desgañitarse coreando un estribillo tras otro.

Y tras la visita del pequeño gran Udo, sólo quedaba esperar al grupo que cerraba la noche del viernes, el grupo que más cuernos (de los de beber) consigue reunir en cada actuación: AMON AMARTH. En estos tiempos en que nadie es digno de nada si no tiene un martillo de Thor colgado del pescuezo y un cuerno con runas atado al cinturón, es de imaginar que el IFEVI estaba lleno hasta la bandera para ver a estos suecos. Ellos comenzaron fuertes, con un Johann Hegg que es un puntazo de persona, tan grande, tan bonachón y sin embargo tan burráncano cada vez que abre el pico para cantar/berrear. Caldearon el ambiente como sólo ellos saben, con esos temas tan simples pero resultones que gustan tantísimo. Las composiciones tienen siempre la misma estructura, la misma melodía machacona, pero a la gente le gusta y se viven a tope, y ellos, que tontos no son, lo explotan al máximo.

Comenzaron con “Twilight of the Thunder God”, tema que también da nombre a su nuevo disco, que de hecho se lo repasaron casi entero, dando a entender la gran confianza que tienen en él. Confianza justificada porque todo el personal parecía conocer muy bien las canciones. No obstante, no faltaron clásicos como “Victorious March”, “Live for the Kill”, en la que samplearon la parte de violonchelos de Apocalyptica, y por supuesto no faltó “The Pursuit of Vikings”, con la que se despidieron. No hubo barco en el escenario, como en Wacken, pero estos cinco guerreros, con su movimiento de greñas acompasado y con semejante front-man, no necesitaron más para meterse a Vigo en el bolsillo. Un gran cierre para la noche del viernes.   

El sábado

Viernes que acabó con una traca monumental a cargo de AMON AMARTH y con toda la noche por delante para salir, beber y darse a la juerga en sus más variadas vertientes, precisamente lo menos adecuado para estar al día siguiente viendo a ANGELUS APATRIDA a las cinco de la tarde.

No hubo mucha afluencia, pero los que fueron, lo hicieron con todas las consecuencias. Los de Albacete han ido ganando, poco a poco y a fuerza de trabajo y constancia, un gran número de fans en este país que no duda en afirmar categóricamente que son ahora mismo la mejor banda nacional. Tanto, no lo sé, pero desde luego los chavales lo trabajan y se lo toman muy en serio. Prueba de ello es el concierto que dieron en Vigo, en el que con tan sólo 45 minutos provocaron pogos para haber parado un tren. Eligieron cortes como “Vomitive”; “Give ‘em War”, “Versus the World”, “Corruption”, “Never Forget” o “Wall of Death”, cuyo enorme grito a su inicio constituyó el momento álgido del concierto.

KTULU fueron los siguientes en tocar. La formación, liderada por Willy, vocalista y único miembro original que se mantiene, salieron a escenario con la problemática habitual: un sonido pésimo que enturbió los primeros momentos de su concierto, pero que no eclipsaron el saber hacer de una banda ya veterana en estas lides. Dedicaron gran parte de su show a repasar uno de sus mejores discos, “Confrontación”, dejando de lado su material nuevo como su último trabajo “Show Caníbal”, delq e usólo tocaron “La Espina”. Y centrándose más en éxitos de los años 90 como “Biokontaminación”, “Crisis de Fe”, o la que formó parte de la banda sonora de El Día de la Bestia “Apocalipsis 25 D”.

Terceros en aparecer por el IFEVI fueron los madrileños STRAVAGANZZA, banda que no es muy de mi gusto pero a quienes hay que reconocer el mérito y el trabajo. ¿Aspectos positivos? La calidad y compenetración de sus instrumentistas, como Pepe Herrero y  Patricio Babasasa, por no hablar de Dani Pérez, batería de KHAEL y ex –SARATOGA, que sustituyó a Carlos Expósito. ¿Aspectos negativos? Me sigue pareciendo que Leo se pasa de vueltas cantando. Canta muy bien, pero no hace falta dejar sordo al personal para demostrarlo. Su estilo como frontman no me convence, aunque a las decenas de adolescentes pseudo góticas maquilladísimas de las primeras filas parece que sí, por lo que le ánimo a seguir con su estilo. Sin conocer mucho el repertorio de esta banda, recuerdo que tocaron un tema llamado “Réquiem” que puso a tope a las primeras filas, uno en recuerdo del fallecido productor Big Simon titulada “Grande” y su personalísima versión del “Hijo de la Luna” de Mecano, a la que, sintiéndolo en el alma, no le cojí el punto para nada.

 A continuación fue el turno de SKIZOO, o lo que es lo mismo, la banda con el vocalista más sieso que he visto. No estaba en forma el tal Morti, lo siento, fue de lo más aburrido y mohíno de todo el festival, parecía tener sueño, o estar aburrido, o disgustado, o todo junto. El único que de verdad pareció currárselo un poco fue su bajista, y de la actuación, la verdad, no me quedé con más detalle porque fue soporífera.

HAMLET llegaron, por fin, como plato fuerte de la tarde después de tanto sentimiento y tanto azúcar como trajeron los grupos anteriores. Molly y compañía dieron un concierto muy similar a los que han estado ofreciendo en el resto de festivales veraniegos, destacando su absoluta profesionalidad y entrega con el público. Siendo una banda que en disco no me dice demasiado, hay que reconocerles que con temas como “Habitación 106”, “Vivir es una ilusión”  o las que nunca faltan, “J.F.” e “Irracional", sientan cátedra. 

Por desgracia, pero también por suerte ya que a estas alturas estábamos todos baldados de cansancio, se acercaba la recta final del Alternavigo. Y qué mejor manera de reavivar los cuerpos cansados que con el Rock sencillo y sin complicaciones de LOS SUAVES, que congregaron allí en su tierra gallega a hasta tres generaciones de familias, abuelos, hijos y nietos, coreando todos temas como “Dolores se llama Lola”, “Malas noticias”, “Ya nos vamos” o “¿Sabes, Phil Lynott murió”, todas ellas clásicos. Y es que ellos ya tienen historia a sus espaldas y cualquier concierto suyo se convierte en una fiesta en el que hasta el más ajeno a la historia puede corearse algún tema. La nota caótica estuvo a cargo, como no, de Yosi, que con sus sesenta y tantos ya bien cumplidos olvidaba algunas partes de la letra de vez en cuando, pero que se mostró como un auténtico rockero cuando la ocasión lo requería, que se emocionó cantando la melancólica “Si pudiera” o que nos hizo vibrar con la emotiva “Sin empleo”. Eso sí, contaron con un sonido pésimo que provocó la ira de esta vieja gloria: como su micro no funcionaba y lo pateó más de una vez hasta que lo tiró. Este incidente, no obstante, fue del todo perdonable, ya que el viejo vocalista se mostró mucho más incombustible e implicado que otras veces en las que le he visto. Y no puedo cerrar el párrafo sin mencionar, aunque sea de pasada, a sus compañeros Alberto Cereijo y Fernando Castro, quienes, como no podía ser de otra manera, dieron un concierto soberbio y estuvieron a la altura de cualquier grande de la música. Unos monstruos!

Y ya para terminar, los GRAVE DIGGER, a los que hubo que quedarse a ver para luego poder escribir esta maldita crónica.  No es que no gustaran, es que había cansancio y ganas de marcharse al catre, o a mojar el gaznate con algo por ahí. Pero bueno, los alemanes, con su teclista caracterizado como si fuera la muerte, aparecieron, tocaron temas de su nuevo disco, “Ballad of a Hangman”, y por suerte se fueron. Eso sí, por el camino no lo hicieron nada mal, marcándose un señor conciertazo de heavy clásico plagado de solos, de actitud y de algunos de los éxitos que les han llevado cada vez más alto en los últimos 25 años como “Excalibur” o “Valhalla”, o “Metal Breakdown”, un corte que puso el broche final en el momento justo, porque alargar más el concierto hubiera sido un error dada la hora y el cansancio acumulado.

Y así es como terminó el Alternavigo 2009, un festival con una organización de las más enrolladas que he conocido, con un cartel muy interesante y muy bien montado. Siento ser tan pelota, pero no todos los días te encuentras unos chavales montando un festival que en vez de ponerte pegas para afotar o entrar y salir hacen todo lo contrario y les falta sacar la alfombra roja. Qué decir, el ambiente fue estupendo, el mercadillo, pequeño pero variado, la comida y bebida no demasiado cara para estar hablando de un festi y los grupos, sobre todo el viernes, una maravilla. Yo me declaro fan de esta iniciativa y de la gente que anda detrás, y les deseo suerte, salud, prosperidad y que hagan muchas ediciones más.  

Texto: L. Hierro (lolahierro@themetalcircus.com/Fotos: L. Hierro y Karlos García (Insonoro.com)

Asistentes:3000

Día:07/08/2009

Sala:IFEVI

Ciudad:Vigo

Festival:1

Puntuación:9