Gran sonido y gran directo por parte de un Uli Jon Roth dispuesto a exprimir al máximo su legado Scorpions, que al fin y al cabo es por lo que pasará a la historia. La formación acompaña y cumple bien aunque de todas formas varia ostensiblemente el set del mítico “Tokyo Tapes”.
Excelente continuador de su anterior obra. Con este “II” el grupo de Nathan James eleva un poco más el listón y se presenta como una de las bandas con más futuro de la escena actual. Nivel general muy alto con un excelente trabajo de composición que queda repuntado por la impresionante garganta de su vocalista.Suenan clásicos, muy ingleses pero también actuales. El tiempo dirá, pero puede que estemos ante una banda destinada a hacer cosas muy grandes.
Nathan James tiene todos los números para ser leyenda, pero para llegar a serlo uno necesita una banda capaz de aportar magia tanto en estudio como en directo y canciones. Este disco debut es un excelente primer paso pero necesita todo madurarse pues el resultado es un gran disco de hard rock de aires bluesies 70, como tantos otros.
Tras tantos años con la mandolina está claro que debe echar de menos los grandes escenarios pues será cabeza de cartel absoluto y es un dinero extra para su jubilación dorada. Recordemos que el divo tiene 70 primaveras.
Uli Jon Roth ha tenido el detalle interesante de no repetir la mayoría de cortes del mítico directo de Scorpions de 1978, que hubiera sido lo más fácil. A veces este tipo de discos hacen que uno vuelva a recordar la inmensa calidad de una banda en una determinada época a reivindicar.
La Trans-Siberian Orchestra Juega en la liga de Kiss, Metallica o Iron Maiden, e incluso ganan más dinero que todos ellos. Su único pero es que todavía no son leyenda.
