Así es la Gibson Les Paul ‘50s Tobacco Sunburst
Nunca me hubiese atrevido a hacer una review sobre una guitarra ya que siempre he creído que cada músico tiene sus gustos y preferencias en cuanto a equipo se refiere. ¿Qué me hizo cambiar de opinión? Pues todo el ruido que hemos visto que se ha generado en el último año con Gibson desde que Mark Agnesi fuese elegido Director of Brand Experience de la casa de guitarras más mítica de todos los tiempos.
Lo primero que he de decir es que Gibson ha dado en el clavo. Al menos con este modelo. La Gibson Les Paul ‘50s Tobacco Sunburst que he podido probar es una delicia. Te lleva directamente por pesa, por tacto y, lo más importante, por sonido a los gloriosos años dorados de los de Nashville.
Lo primero que salta a la vista es que Gibson vuelve al diseño que hizo del modelo Les Paul el modelo más relevante de la historia y por el que todos hemos posado delante del espejo creyendo ser Jimmy Page. Cuerpo de caoba, tapa de arce, con un mástil (también de caoba) redondo, más grueso, un diapasón de palo rosa. El puente de estilo clásico Tune-O-Matic y las pastillas calibradas Bustbucker 1 (graves) y Burstbucker 2 (puente). Pero vayamos por partes atendiendo a mi experiencia con la guitarra:
La guitarra
Una de las características de este modelo en concreto es el mástil más redondeado y ligeramente más grueso. Tenía miedo de que tener un mástil así ralentizase mi mano izquierda. Pues, sorpresa: no noté la diferencia en ningún momento. Este modelo es cómodo a más no poder.
El acabado Tobacco Sunburst siempre ha sido mi favorito. La primera vez que la vi fue en una foto de Slash en la desaparecida revista Guitarra Total que solía comprarme allá por los 90. Cuando se me propuso escribiré esta crónica y vi que estaba disponible esta guitarra la verdad es que no lo dudé. Les Paul Standard y Tobacco Sunburst es un sueño. He de decir que cuando pasé de usar la Gibson SG blanca que utilizaba hasta 2015 a usar el modelo Les Paul, fue Mike McCready de Pearl Jam (quizás mi guitarrista favorito de todos los tiempos) quien me hizo decidirme por el modelo Standard dentro de la familia Les Paul.
Una de los problemas de la guitarra Les Paul para muchos (quizás el problema más comentado por muchos guitarristas) es el peso de la misma. Bien, además de que personalmente nunca me ha parecido demasiado pesado, he de decir que en otroas series de otros años la reducción de peso de la guitarra me ha hecho desconfiar. Una guitarra que no pesa, casi siempre, es que no suena de manera orgánica.
El sonido
Desde que el insoportable de Macón entró en la banda, le he copiado alguna cosa de su estilo tocando. La más importante creo que fue el pasarme a tocar siempre con la pastilla de graves. Como es un chapas con Robert Fripp, la verdad es que se consigue junto a un buen Marshall un sonido redondo y agresivo a la vez.
Me sorprendió la respuesta de la pastilla Burstbucker 1. He de decir que probé la guitarra con mi pedalera de efectos y con mi Marshall JCM800. No soy un tipo muy técnico a la hora de hablar de esto… sonaba a grasa y afilado al mismo tiempo. Justo como me gusta. El nombre que me vino a la cabeza fue el de Adam Jones de Tool. Creo que poco más es necesario decir, no?
La estética
Algo que me encantó, a parte del Tobacco Sunburst es que Gibson ha vuelto a usar clavijeros más clásicos lo cual terminar por dar un aspecto totalmente clásico a la guitarra. Soy de los que piensa que las guitarras han de ser clásicas en aspecto y en sonido. Orgánicas, que suenen a madera, sin trucos artificiosos. Puedes tocar desde post rock a metal ultra técnico con ellas. La mejor muestra de ello eran The Ramones o Converge… dos bandas entre las que cada día veo más paralelismos y más similitudes.
En 2019 Gibson han dado un paso adelante golpeando sobre la mesa con fuerza. Una marca legendaria vuelve por el camino que la hizo la número uno.
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