Descubre la historia de Jonathan Valen, el baterista oculto que ayudó a Judas Priest en la gira Fuel For Life. Tecnología, secretos y heavy metal.

Jonathan Valen: el baterista electrónico que apoyó a Judas Priest en 1986

A mediados de los años 80, Judas Priest se encontraba en la cúspide de su carrera. La banda, formada en los años 70, se había consolidado como una de las figuras más importantes del heavy metal gracias a álbumes como British Steel (1980), Screaming for Vengeance (1982) y Defenders of the Faith (1984).

En 1986, el grupo lanzó Turbo, un disco innovador que dividió a los fans por su uso de guitarras sintetizadas y su enfoque más melódico, alejándose del metal más heavy de entregas anteriores. Sin embargo, la gira Fuel For Life que acompañó al álbum fue un espectáculo masivo y ambicioso que buscaba reafirmar la reputación de Judas Priest como una de las bandas más espectaculares en vivo.

En esta etapa, las bandas buscaban incorporar lo último en tecnología para mejorar sus conciertos. Judas Priest no fue la excepción, recurriendo a innovaciones como baterías electrónicas y efectos de sonido. Las canciones y la producción de un disco como Turbo se prestaban a ello. Es más ¿qué banda de 1986 no estaba utilizando baterías electrónicas o samples? Hasta Pink Floyd cayeron víctima de todo aquello.

Es en este contexto que surge la figura de Jonathan Valen, un baterista y técnico que desempeñó un papel crucial, aunque discreto, durante la gira. Valen había sido baterista del oscuro grupo de culto de hard rock de Los Ángeles Legs Diamond.

¿Quién era Jonathan Valen y qué hizo por Judas Priest?

Jonathan Valen fue contratado para apoyar a Dave Holland, el entonces baterista oficial de Judas Priest. Con la tecnología de la época aún en pañales, Valen aportó su experiencia con baterías electrónicas y samplers, que requerían un dominio técnico avanzado para ser utilizados en vivo. Su trabajo incluyó interpretar efectos de percusión, duplicar ciertas partes de batería y ejecutar solos específicos, como el solo de caja en The Sentinel.

Valen describió su papel como una mezcla de músico y técnico:

“Mi equipo incluía un E-mu SP-12 conectado por MIDI a un Roland Octapad y dos pedales eléctricos. También trabajábamos con un Prophet 5 VS sampler para efectos de guitarra y voces de fondo. No estaba reemplazando a Dave Holland, simplemente complementaba sus partes» explica el músico en su web oficial, donde detalla cuál fue su implicación en aquel tour.

Lo inusual era que Jonathan tocaba detrás de una cortina negra, fuera de la vista del público. Esto formaba parte de una estrategia de imagen de Judas Priest, ya que en aquella época no era común que una banda de heavy metal admitiera el uso de músicos adicionales o de tecnologías electrónicas. El heavy metal era algo crudo, orgánico y auténtico a ojos de los fans. Usar tecnologías que diluyesen su autenticidad era un atentado. Un buen ejemplo fue el revuelo causado por el uso de teclados por Iron Maiden en el mítico «Seventh Son of a Seventh Son».

La controversia

La década de los 80 fue un periodo de experimentación tecnológica en la música. Las baterías electrónicas, samplers y guitarras sintetizadas comenzaron a aparecer tanto en los estudios de grabación como en los escenarios. Sin embargo, el hardware de la época era limitado y poco fiable, lo que requería soluciones creativas.

Doane Perry, baterista de Jethro Tull, defendió el uso de músicos auxiliares en giras:

“La tecnología MIDI era inconsistente en ese entonces, y a menudo se necesitaba un músico adicional para garantizar que los efectos y sonidos electrónicos se integraran correctamente en los conciertos. Muchas bandas grandes hacían lo mismo, aunque no siempre lo reconocieran.”

En el caso de Judas Priest, la presencia de Valen fue descubierta por un artículo de Kerrang! en 1986, lo que generó rumores y críticas. A pesar de esto, Valen asegura que su participación fue legítima y que tiene pruebas, incluyendo grabaciones y testimonios de testigos.

120 conciertos

A lo largo de los más de 120 conciertos que realizó con Judas Priest en Norteamérica, Jonathan Valen acumuló recuerdos inolvidables. Desde las bromas de Rob Halford en el escenario hasta los saludos previos de K.K. Downing, Valen describe la gira como uno de los momentos más importantes de su vida:

“Ver a Rob Halford comandar al público cada noche era increíble. Me sentía afortunado de formar parte de algo tan grandioso, aunque estuviera detrás de una cortina.”

Entre las anécdotas más curiosas, Valen recuerda cómo Nicko McBrain, baterista de Iron Maiden, descubrió su presencia al no poder entender cómo Dave Holland tocaba ciertas partes:

“Nicko comenzó a deambular tras el escenario hasta encontrarme. Desde ese día, nos hicimos buenos amigos.”

La decisión de mantener a Valen fuera de la vista del público parece haber sido un intento de preservar la imagen tradicional de Judas Priest como una banda “pura”. Sin embargo, esta estrategia ha generado preguntas a lo largo de los años.

“No creo que el público hubiera reaccionado negativamente al saber de la participación de Jonathan. La audiencia valora que la banda haga todo lo posible por ofrecer el mejor espectáculo posible.” explicaba Doane Perry de Jethro Tull.

Valen, por su parte, lamenta que su contribución no haya sido reconocida oficialmente:

“Tengo montones de pruebas de que estuve allí. A pesar de todo, me siento orgulloso de mi trabajo y agradecido por la oportunidad.” 

La versión de KK Downing

Esta web preguntó hace un par de años a KK Downing, guitarrista de Judas Priest en aquel momento, por la participación de Jonathan en la gira.

«Lo único que puedo decir es que Dave Holland era nuestro batería y Dave era genial. Dave era un gran baterista. Judas Priest nunca se ocultó de, por ejemplo, usar guitarras sintetizadas. Grabamos con ellas. Hubo ocasiones que estaban en el escenario. Me olvidaba de que, tal vez en 2008 tuvimos un teclista allí, sólo embelleciendo algunas partes que se utilizaron en el disco».

«Ahora que lo dices recuerdo que teníamos, no diría que estaba debajo del escenario, pero alguien haciendo algunos efectos de sonido, efectos de sonido de percusión y algunos samples. Sí. No recuerdo su nombre. ¿Cómo dijiste que se llamaba?» preguntaba Downing. Al recordarle el nombre de Jonathan Valen, Downing explicó: «Por lo que creo recordar, era un técnico de nuestro crew, pero no recuerdo mucho más sobre aquello».

Aunque la participación de Jonathan Valen en la gira Fuel For Life no fue acreditada oficialmente, su historia añade una dimensión fascinante al legado de Judas Priest. En una época de avances tecnológicos y cambios en el heavy metal, Valen representó la adaptación de una banda legendaria a las exigencias sónicas de la época.