Los nueve discos clave de Iron Maiden que sonarán en la gira «Run For Your Lives» de 2025
El setlist de Iron Maiden en la gira "Run For your Lives" de 2025 se basará en sus nueve primeros discos. Los repasamos a fondo.
Iron Maiden, la legendaria banda británica de heavy metal, celebrará en 2025 su 50º aniversario con la gira «Run For Your Lives«, en la que el setlist estará basado en sus primeros nueve álbumes de estudio. Estos discos son fundamentales en la historia del metal y en la evolución de la banda, definiendo su sonido y consolidando su estatus como una de las bandas más importantes del género. A continuación, repasamos la historia y la relevancia de estos álbumes, que serán el centro de atención en la esperada gira.
1. Iron Maiden (1980)
El álbum debut de Iron Maiden es un claro ejemplo del sonido emergente de la New Wave of British Heavy Metal (NWOBHM). Publicado en 1980, Iron Maiden mostró a una banda ferozmente determinada, con un sonido crudo y energético que combinaba la agresividad del punk con la técnica y potencia del heavy metal. Temas como “Prowler” y “Running Free” no solo capturaron la atención de los fanáticos del metal, sino que también ayudaron a establecer una nueva dirección para el género.
“Phantom of the Opera”, con sus complejas estructuras y cambios de ritmo, se convirtió rápidamente en un himno, demostrando la capacidad de la banda para fusionar melodía y velocidad. A pesar de la falta de producción pulida, la energía desenfrenada y la actitud desafiante del álbum lo convirtieron en un clásico de culto. Este disco marcó el comienzo de una carrera que cambiaría para siempre el panorama del heavy metal.
2. Killers (1981)
Lanzado solo un año después de su debut, «Killers» mostró una banda más cohesionada y madura, con una producción más sólida a cargo de Martin Birch, quien se convertiría en un colaborador clave de Iron Maiden. Este álbum fue el primero en contar con el guitarrista Adrian Smith, cuyo estilo más melódico y técnico complementó a la perfección la agresividad de Dave Murray. Temas como “Wrathchild”, con su inconfundible riff de apertura, y “Murders in the Rue Morgue” consolidaron a la banda como una fuerza imparable en el metal británico.
Killers también fue el último álbum con el vocalista Paul Di’Anno, cuya actitud punk era un rasgo distintivo de los primeros años de la banda. Sin embargo, su estilo vocal y su enfoque callejero comenzaban a mostrar signos de desgaste. Aun así, canciones como “The Ides of March” y la brutal “Killers” son testamentos del poder y la ferocidad de la banda en sus inicios.
3. The Number of the Beast (1982)
Con la llegada de Bruce Dickinson como vocalista, Iron Maiden alcanzó un nuevo nivel de popularidad y éxito internacional. «The Number of the Beast» es considerado por muchos como el mejor álbum de la banda y uno de los discos más influyentes en la historia del heavy metal. Temas como “Run to the Hills” y la épica “Hallowed Be Thy Name” han perdurado como algunos de los mayores himnos del metal, y la propia canción “The Number of the Beast” sigue siendo una de las más reconocibles y queridas por los fans.
La capacidad de Dickinson para alcanzar notas altas y su estilo teatral redefinieron el sonido de la banda, dándole un enfoque más épico y grandilocuente. Este álbum también marcó un momento clave en la controversia mediática, con acusaciones infundadas de satanismo debido a la temática de la portada y algunas letras. Sin embargo, lejos de dañar su reputación, este escándalo solo sirvió para consolidar su imagen rebelde y su creciente base de seguidores.
4. Piece of Mind (1983)
Publicado en 1983, «Piece of Mind» fue el siguiente gran paso en la evolución de Iron Maiden. Este álbum introdujo al baterista Nicko McBrain, quien desde entonces se ha convertido en una parte integral del sonido de la banda. «Piece of Mind» es conocido por contener uno de los mayores clásicos del grupo, “The Trooper”, una canción que desde su lanzamiento ha sido un elemento fundamental en sus conciertos en vivo.
El álbum combina canciones épicas con letras históricas y mitológicas, como “Revelations”, inspirada en escritos religiosos, y “Flight of Icarus”, que toma su inspiración de la mitología griega. Steve Harris, el bajista y principal compositor de la banda, continuó perfeccionando su enfoque hacia canciones más largas y complejas, lo que sería una marca distintiva de los siguientes discos de Iron Maiden. El cierre del álbum, “To Tame a Land”, es un ejemplo perfecto del estilo progresivo que Harris siempre ha favorecido.
5. Powerslave (1984)
En Powerslave, Iron Maiden logró uno de los momentos más icónicos de su carrera. Este álbum está lleno de grandes éxitos que siguen siendo esenciales en sus conciertos en vivo, como “Aces High”, una canción rápida y potente sobre las batallas aéreas de la Segunda Guerra Mundial, y “2 Minutes to Midnight”, una reflexión sobre el peligro de la guerra nuclear.
Pero el mayor logro de Powerslave es la épica de casi 14 minutos “Rime of the Ancient Mariner”, basada en el poema de Samuel Taylor Coleridge. Este tema demostró la ambición creativa de la banda, combinando su amor por la historia y la literatura con arreglos musicales complejos. El álbum también presentó una estética visual impactante, con la portada diseñada por Derek Riggs, que representaba a Eddie, la mascota de la banda, en una temática egipcia, que se replicaría en sus legendarios conciertos de la gira World Slavery Tour.
6. Somewhere in Time (1986)
Para su sexto álbum de estudio, Somewhere in Time, Iron Maiden exploró nuevas direcciones sonoras al incorporar guitarras sintetizadas, una decisión que inicialmente fue recibida con escepticismo por algunos fanáticos más tradicionales.
Sin embargo, canciones como “Wasted Years” y “Stranger in a Strange Land” rápidamente disiparon esas dudas. Ambos temas, escritos por Adrian Smith, mostraron su creciente madurez como compositor y su habilidad para crear melodías memorables. El álbum también es notable por canciones como “Caught Somewhere in Time”, que presenta una estructura más progresiva y elaborada.
Aunque Bruce Dickinson inicialmente quería explorar un enfoque más acústico para el álbum, Somewhere in Time se mantuvo fiel al estilo bombástico y teatral de la banda, y sigue siendo uno de los discos más queridos por los fans, especialmente por su capacidad para integrar elementos futuristas sin perder la esencia del heavy metal.
7. Seventh Son of a Seventh Son (1988)
Este álbum conceptual de 1988 es uno de los más ambiciosos de Iron Maiden. Seventh Son of a Seventh Son narra la historia de un profeta que posee poderes sobrenaturales, desde su nacimiento hasta su muerte. Musicalmente, el álbum marcó un retorno a los sintetizadores que la banda había utilizado en Somewhere in Time, pero esta vez con una ejecución más refinada. Temas como “The Evil That Men Do” y “Can I Play with Madness” se convirtieron en grandes éxitos y mostraron el equilibrio entre la accesibilidad y la complejidad. La canción que da título al álbum, con más de nueve minutos de duración, es una obra maestra que combina todos los elementos característicos de Iron Maiden: letras místicas, cambios de tempo y una ejecución impecable. Este disco es visto como el pináculo del sonido progresivo de Maiden en los años 80.
8. No Prayer for the Dying (1990)
Tras el éxito conceptual y progresivo de Seventh Son of a Seventh Son, Iron Maiden optó por volver a un enfoque más directo y simplificado en No Prayer for the Dying. Este álbum marcó la salida de Adrian Smith, que fue reemplazado por Janick Gers. Aunque Smith aún colaboró en la composición de una canción, “Hooks in You”, su ausencia se notó. A pesar de esto, No Prayer for the Dying produjo el único sencillo que alcanzó el número 1 en el Reino Unido para Iron Maiden, “Bring Your Daughter to the Slaughter”. El álbum no fue tan aclamado como sus predecesores, pero canciones como “Tailgunner” y “Holy Smoke” ofrecen destellos del espíritu rebelde y provocador de la banda.
9. Fear of the Dark (1992)
El noveno álbum de Iron Maiden, Fear of the Dark, marcó el final de una era, ya que fue el último disco de la banda antes de la primera salida de Bruce Dickinson. El álbum es más variado en términos de estilo y contenido, desde el enérgico “Be Quick or Be Dead”, hasta la melancólica y majestuosa “Fear of the Dark”, que se ha convertido en un himno infaltable en sus conciertos en vivo. Aunque el álbum no fue tan innovador como algunos de sus trabajos anteriores, contiene joyas ocultas como “Afraid to Shoot Strangers” y “Judas Be My Guide”. El tema que da título al disco ha sido una de las favoritas del público desde su lanzamiento, con su crescendo instrumental y la interacción de la audiencia durante las presentaciones en vivo.
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