Los 5 mayores errores de la historia de Mägo de Oz
La carrera de Mägo de Oz va por treinta y cinco años de duración. Con tamaña longevidad ha habido tiempo de cometer unos cuantos errores. Estos son los peores a nuestro juicio.
Mägo de Oz son la banda de heavy metal en español que mayor éxito ha logrado a nivel global. Es innegable que la banda liderada por Txus Di Fellatio ha conseguido trascender generaciones, géneros e incluso a sus propios músicos.
¿Podrían haber sido Mägo de Oz nuestros Iron Maiden y tener una carrera digna y elegante como pocas? Probablemente, pero como todo lo que sucede en el heavy metal de nuestro país, ciertos errores de bulto (management, productores discográficos, discográficas, relaciones públicas…) les dejaron a algunos pasos de reinar a ese nivel.
A día de hoy, Mägo de Oz sobreviven con mucha dignidad en los escenarios de España y América especialmente pero, tras hablar largo y tendido hace unos meses con sus ex-miembros José Ändrea, Carlitos y Frank -que ahora han formado el offshot Kabrones para girar con el viejo legado de la banda como principal seña de identidad- nos queda la sensación de que todo podría haber sido mucho más y mucho mejor. Aunque lo que han conseguido no sea poco.
Estos son, a nuestro juicio, los cinco mayores errores de la carrera de Mägo de Oz.
Dejar que el dueño de su discográfica fuese su productor sin tener ni idea de producción
En la época en que editaron discos como «Finisterra», el metal europeo estaba lleno de grandes productores como Roy Z, Charlie Bauerfiend y muchos otros. Pero Mägo de Oz usaban a Gregorio «Goyo» Esteban, de profesión dueño de su discográfica.
Para toda la calidad musical y complejidad musical de las canciones de Mägo de Oz, discos como “La Leyenda de la Mancha” o el épico “Finisterra” tenían ese olor a demo subproducida que acompañó a muchas bandas de rock y heavy metal en español hasta mediados de la década de los 00’s. También a Mägo de Oz: no fue hasta “Gaia II : La Voz Dormida” que se pusieron en manos del añorado Big Simon para las labores de producción.
El cambio fue como la noche y el día. Tras la desgraciada muerte de Big Simon, la banda se pondría en manos de Alberto Seara hasta nuestros días en la que fue probablemente su mejor decisión.
Dejar que la controversia ensombreciese la música
Que a Txus Di Fellatio siempre se le ha dado bien generar contenido para los medios no es ningún secreto. Pero en algún momento, incluso antes de la eclosión de las redes sociales, a Txus se le fue de las manos y se convirtió en el personaje más odiado del rock en España y Latinoamérica, aunque sobretodo en España.
Era casi una obsesión decir la burrada más grande para incomodar a la audiencia del heavy metal. Una audiencia que, a la postre, era su principal cliente objetivo. Polémicas a menudo estériles que ayudaban a que Mägo de Oz estuviesen siempre en boca de todo el mundo pero que generan un halo de toxicidad por parte del líder de la banda que afectaba al resto de miembros y a su percepción general por parte del público.
Cambios de formación constantes
Uno de los aspectos más destacados de cualquier banda es la cohesión entre sus miembros. Mägo de Oz ha sufrido numerosos cambios de formación a lo largo de los años, lo que ha llevado a una cierta inestabilidad y a la pérdida de química. No sólo eso: sino que ha quedado la sensación, tal y como bromeaba el ex-vocalista José Ändrea en una reciente entrevista con nuestro medio, de que Mägo de Oz son ahora una “orquesta”.
Por la banda han pasado hasta la fecha 34 músicos, pero los últimos tres años han sido especialmente salvajes: entre los problemas de salud del ex-vocalista Zeta y su eventual salida de la banda, la salida de Carlitos y Frank, la salida de Patricia Tapia, la entrada de Rafa Blas…. Comienza a costar seguir la pista de quién está en Mägo de Oz a día de hoy. O, si esto fuese El Mundo Today, haríamos una noticia titulada “Un 78,6% de los españoles ha sido miembro de Mägo de Oz en algún momento de su vida”.
Falta de evolución en su sonido
Aunque Mägo de Oz ha experimentado con varios géneros musicales, algunos críticos y fans sienten que la banda no ha evolucionado lo suficiente en términos de su sonido más allá de la importancia de mantener su identidad musical fuertemente arraigada en la mezcla entre el folk y el heavy metal. En un mundo musical que cambia rápidamente, la falta de innovación puede considerarse un gran error, especialmente para una banda con tanto tiempo en el escenario como Mägo de Oz. Sin embargo, discos como “Bandera Negra” o “Ira Dei” mostraron cierta tendencia a sonar algo más contemporáneos en la producción, aunque sin demasiadas concesiones en lo compositivo.
Asuntos legales y conflictos Internos
La banda ha estado plagada de diversas controversias legales y disputas internas, incluidas acusaciones de plagio y desacuerdos contractuales. Estos asuntos no solo han ensombrecido su legado musical, sino que también han creado una imagen pública problemática que ha eclipsado en ocasiones su talento y contribuciones al mundo del rock y heavy metal, no siempre de manera justificada.
Ya en 2007 la banda tuvo un contencioso con el músico chileno Fernando Ubiergo, quien demandó a la banda por haber plagiado su canción “Cuando agosto era 21” en una canción llamada “Para Ella” del disco “Rarezas Auténticas”. Aunque el grupo intentó excusarse, llegó a un acuerdo extrajudicial con el músico.
Más grave fue el procedimiento que la banda mantuvo abierto contra su ex-discográfica Locomotive Music -cuyo éxito fue íntimamente ligado al de Mägo de Oz, lo que llevó al dueño de la misma, Goyo Esteban, a una cierta deriva megalomaníaca que terminó afectando a los propios Mägo de Oz.
Un día la banda se hartó, auditó sus ventas y vio que Locomotive no había cumplido con su obligación de liquidar las cantidades correspondientes a más de 250.000 copias vendidas de sus discos. Aunque este procedimiento siempre fue a favor de Mägo de Oz, la banda se ocupó de publicitarlo en todas las entrevistas que realizaban para promocionar “Gaia II”, dando lugar a una imagen más controvertida si cabe pese a la legitimidad de su reclamación.
Los constantes rumores de que Txus Di Fellatio no tocaba el doble bombo en los conciertos de la banda (algo de lo que parecía enorgullecerse en sus dardos a la comunidad metalera en diversas entrevistas) también afectaron a la credibilidad musical en una escena en que las capacidades de los músicos y su honestidad en directo se toman muy en serio.
Los altercados (el Viña Rock de Paiporta en 2008 viene a la mente), los escarceos con las drogas (confirmados por diferentes miembros de la banda), y graves acusaciones entre miembros y ex-miembros (más en esta entrevista) contribuyeron a generar un relato caótico de lo que era Mägo de Oz, tan solo mejorado por la calidad atemporal de sus canciones.
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