Solo unos cretinos como los de TheMetalCircus podían cogerse un AVE un lunes a mediodía para entrevistar a Sonata Arctica en Madrid a media tarde, cogerse otro AVE y volverse a Barcelona para cenar. No es para menos: la banda acaba de finalizar "The Ninth Hour", un nuevo disco que se sitúa a medio camino entre "Reckoning Night" y "Stones Grow Her Name" y que nos muestra a unos Sonata que ya están por encima de las definiciones estilísticas excluyentes.

Solo unos cretinos como los de TheMetalCircus podían cogerse un AVE un lunes a mediodía para entrevistar a Sonata Arctica en Madrid a media tarde, cogerse otro AVE y volverse a Barcelona para cenar. No es para menos: la banda acaba de finalizar «The Ninth Hour», un nuevo disco que se sitúa a medio camino entre «Reckoning Night» y «Stones Grow Her Name» y que nos muestra a unos Sonata que ya están por encima de las definiciones estilísticas excluyentes. Son ellos, tienen su propio estilo y tras casi veinte años de carrera se han ganado su propio lugar en el panteón del metal europeo. Tony Kakko y Henrik Klingenberg se arrejuntan con Sergi Ramos en un hotel de la zona de Príncipe Pío con unos cafés y unas cervezas para hablar de tonterías durante algo más de media hora.

Con el paso de los años, Sonata Arctica han terminado convertidos en cualquier cosa excepto en una banda de power metal per se. ¿Surfeasteis la ola mientras el género fue popular sabiendo que vuestro destino musical iba a ser otro?

“No, nunca fuimos tan calculadores. No había un plan. Hicimos lo que nos sentaba bien en aquella época, pero en cierto momento no fui capaz de seguir haciendo canciones de power metal, porque como compositor no me salía de dentro. Me gusta hacer lo que es natural y si siguiésemos haciendo power metal al uso no nos sentiríamos cómodos pienso.”

¿Que piensa el ‘Tony Kakko viejo’ del ‘Tony Kakko jóven’ que cantaba ‘Full Moon’?

“No suelo pensar en eso, pero en aquella época yo era un enorme fan de Stratovarius. Obviamente la influencia que teníamos, la más grande, era Stratovarius. Fueron el motivo por el que empezamos a hacer música. No se qué me pasó a la edad de 22 años que me enamoré del power metal y ese fue mi primer acceso al heavy metal. Hasta entonces había escuchado cosas como Aerosmith, Queen y demás, pero mi primer vínculo al heavy metal fue Stratovarius. El disco “Visions” me abrió un nuevo mundo y me permitió entender un nuevo género”.

Al final, Sonata Arctica no dejaba de ser una banda de hard rock en sus inicios, cuando os llamabais Tricky Beans. Habéis vuelto, en parte, a eso.

“En efecto. Pero en aquella época queríamos ser Stratovarius y era algo honesto por nuestra parte”.

Todo el mundo quería ser Stratovarius en el año 2000.

“Bueno, eso también”.

Henrik: “Lo importante es que la re-grabación de ‘Ecliptica’ nos ofreció a mi, Pasi y Elias la oportunidad de participar en un disco que llevábamos años tocando en directo pero que no grabamos. Volver al estudio y reproducir los originales fue un proyecto interesante desde el punto de vista de un músico. No hemos intentado modificar la historia, sino hacer un tributo, una celebración de aquel disco”.

¿Influyó esa regrabación y esa reconexión con “Ecliptica” en la confección de este nuevo trabajo, “The Ninth Hour”?

Tony: “No, para nada. Cuando acabó la gira de ‘Pariah’s Child’ le dije a todo el mundo que el próximo disco iba a ser más heavy, más rápido y más de todo. Pero entonces conseguí mi descanso tan anhelado, el que llevaba años pidiendo. Un descanso de cuatro meses de Sonata Arctica después de diez años. Estuve cuatro meses sin pensar en la banda para nada. No es que tuviese un problema con ellos pero lo necesitaba. Henrik se ocupó de la parte de los negocios y yo me dediqué a hacer otras cosas. Fui a Rock In Rio con Nightwish, hice shows navideños, pasé tiempo, mucho tiempo, con mi familia…e incluso trabajé en alguna música, pero muy diferente de la de Sonata Arctica. Muy diferente como para encajar en Sonata, de hecho.”

“En Enero, cuando comencé a trabajar en canciones algo había cambiado drásticamente. No podía escribir las canciones que había pensado, con el estilo que tenía en mente. No lo sentía. No podía forzarme a hacerlo”.

Henrik: “Esta fue la primera vez en que Tony se tomó un descanso desde que yo estoy en la banda. Tuve que ocuparme de algunos asuntos de negocios pero no muchos porque ya avisamos a todo el mundo de que no íbamos a estar operativos en unos meses. Todos nosotros nos dedicamos a grabar otras cosas y hacer música distinta. Creo que no nos dimos cuenta de lo mucho que necesitábamos el descanso hasta que nos lo tomamos y luego analizamos lo bien que nos había sentado. Todos lo necesitábamos. Dar ese pequeño paso atrás nos permite seguir dando pasos adelante. No nos sentíamos cansados realmente, pero sabíamos que era necesario. Calculamos cuanto tiempo podíamos descansar sin acabar en la pobreza y decidimos que podíamos estar cuatro meses tranquilos.”

 140505sonataarcticabcn-3

¿Porqué queríais el descanso?

Tony: “Comenzamos a hablar de ello en 2013 o 2014. Un año y medio antes, vaya. Todo el mundo tuvo tiempo de hacer sus planes y prepararse para estar unos meses parados. La idea era editar el disco en septiembre de 2016 pero yo no quería dejar de lado mi descanso (risas). Ibamos a tener el disco listo en primavera, pero apareció la oportunidad de girar con Nightwish por Estados Unidos durante siete semanas y tuvimos que dejar la composición durante ese tiempo.”

“Durante enero y febrero fui incapaz de nada. No conseguí hacer nada inteligente. Como se suele decir ‘no me des tiempo, dame un plazo para cumplir’ (risas). Yo llegaré en el plazo acordado pero toda la banda sufrirá por el camino (risas).

Henrik: “No tengo problema con ello! Cuando volvimos de la gira quedamos que iríamos al estudio en dos semanas. Teníamos algunas demos en las que empezamos a trabajar y mientras íbamos persiguiendo a Tony, que estaba en casa, para que nos enviase más canciones en las que trabajar. Cada vez que tenía algo listo nos lo enviaba para empezar a grabar. Cuando tuvimos suficientes canciones, entonces Tony llegó y dijo ‘ah no, esto no es lo que tenía en mente’ y tuvimos que empezar a cambiar cosas, aunque solo fueron un par de días. Fue una manera de trabajar bastante estresante. A la vez, se acercaban los festivales de verano y teníamos que hacer algunos de ellos así que necesitábamos ponernos con temas de producción.”

“El verano ha sido de locura. Durante los fines de semana estábamos tocando en festivales pero durante la semana estábamos trabajando en el disco, que no estaba acabado aún. Tony y Pasi estaban trabajando en las mezclas…”

Tony: “A mediados de junio, una semana antes de masterizar, la primera vez que masterizamos -aunque esa historia continuará más tarde. La cuestión es que cuando llegó la primera masterización llegó, me faltaba una canción así que decidí intentar un enfoque alternativo a la composición. Cogí mi teléfono y comencé a componer una canción en veinte minutos. Metí un ritmo de doble bombo y comencé a unir melodías y cosas en Midi. En veinte minutos tenía una canción lista, aunque faltaban muchos detalles por pulir. Así pude  decir «hey, la tenemos hecha».

¿Qué canción es esa?

«Es el bonus track que hemos hecho para Japón y se titula «The Elephant». Pero vaya, teniendo en cuenta el tiempo que invertí en crearla, quedó decente (risas)».

Henrik: «Tony nos pasó la canción y nos dijo ‘¿podemos hacerla funcionar?’ y su preocupación era que no le gusta trabajar así con su música. Pero quedó bien. No es un tema lo suficientemente bueno para entrar en el disco pero es lo suficientemente Sonata como para haberla grabado.»

¿Es algo que os suele pasar? Yo a veces escribo un artículo en media hora, lo leen 10.000 personas y pienso «¿pero por qué leen esa mierda? Es infame». Y la gente hace sesudos análisis y yo sigo pensando «pero si no se ni lo que he escrito». Cuando componéis un tema en veinte minutos ¿os sentís indignos?

(Risas) «En ocasiones, cuando creas cosas, sea lo que sea, las cosas salen fácilmente. Cuando una creación sale fácilmente piensas automáticamente que es una mierda, porque no puede ser fácil. Y en otras ocasiones te esfuerzas al máximo para hacer algo digno y es incluso más mierda. En ocasiones tienes suerte y acabas las cosas antes de lo debido, eso es todo».

Tony: «En el disco ‘Stones Grow Her Name’ tuve que componer algo de material cuando Tony estaba finalizando sus partes de batería. De hecho, ya había acabado. Yo vine entonces con otra canción titulada ‘I Have a Right’. Ese tema se supone que iba a ser el bonus track para Japón…pero terminó siendo el primer single del disco (risas). Esas cosas pasan a veces.»

Me ha sorprendido el primer tema del disco, «Closer to an Animal». Si quitas el doble bombo y quitas la guitarra, ese tema lo podrían haber grabado Soft Cell o cualquier banda de new wave / synth-pop.

Henrik: «Exacto, yo también lo pienso. A-Ha podrían haber grabado eso!».

Hace quince años no habrías podido salir con algo así. ¿Creéis que tenéis un cierto permiso para ser distintos hoy en día? Por así decirlo, os habéis ganado un respeto que os permite salir de la fórmula estándar del heavy metal.

Tony: «Creo que poco a poco he ido estirando los límites de Sonata Arctica. En ocasiones de manera un poco drástica, como con ‘Unia’ y luego en la dirección contraria con ‘Stones Grow Her Name’ pero digamos que la banda se ha vuelto bastante flexible. Puedo salir indemne de un montón de mierda (risas). Puedo hacer muchos estilos, pero no todo. Debemos mantener una cierta identidad».

Henrik: «Tony comienza a componer canciones y luego el siguiente paso es hacer feliz a la banda. Cuando la banda está feliz entonces podemos comenzar a pensar en hacer feliz al público. En ese sentido creo que todos los discos son distintos y siempre estamos yendo a diferentes sitios. Hay gente que no acepta eso, pero es su problema».

El público de Sonata Arctica es, generalmente, bastante joven. Podéis moldear sus gustos en cierta manera. Entiendo que no vais a convertir a un fan de Celtic Frost de 44 años pero con chavales de 16 a 25 años es más fácil moldear el gusto.

Tony: «Tenemos un gran grupo de gente que ha crecido con nosotros y su gusto musical ha cambiado junto con nosotros. Hay gente que nos lleva escuchando toda la vida y gente que nos ha escuchado, nos ha olvidado un par de discos y luego se ha reincorporado y la banda ha cambiado».

Henrik: «Tenemos suerte en el sentido de que tenemos el suficiente nombre como para que, cuando hacemos algo, la gente al menos le de una oportunidad. Somos cinco personas muy distintas con gustos muy distintos en la música y siempre haremos algo que conectará con la gente».

¿Tienes conflicto interno sobre hacia donde llevar a la banda? Es decir, te apetece hacer un determinado tipo de canción pero sabes que no casa con Sonata Arctica.

Tony: «No, la verdad es que hago lo que quiero y la banda más o menos tiene que aceptar que eso es lo que hay (risas). Siempre hay canciones en las que no estamos de acuerdo. Un ejemplo es «Fly, Navigate, Communicate» de este nuevo disco. La banda pensaba que no debía estar en el disco o ser un bonus track y yo tenía claro que debía estar en el disco. Posiblemente teníais razón (mirando a Henrik) porque es una canción que rompe la línea del disco, en parte. «Rise a Night» es así también.»

Henrik: «Tony nos dice ‘esto es lo que tengo’ y a partir de ahí vamos hablando. Tomy y yo vamos a casa de Tony y escuchamos lo que tiene y vamos sugiriendo cosas. Si algo no encaja se lo decimos «.
140505sonataarcticabcn-6

Dado que los teclados son una parte integral del sonido de la banda ¿vienen las demos de Tony ya dadas en ese sentido? ¿Compones las partes de teclado o simplemente replicas lo que Tony ha hecho en la demo?

Henrik: «Cuando escucho las demos de Tony siempre hay partes de teclado ya hechas.»

Tony: «Yo compongo esos arreglos y ya están pensados.»

Henrik: «A mi no me importa adaptarme. Cuando escuchas la demo y ves una parte que no termina de ser buena, se lo sugiero. En la mayoría de ocasiones, lo que toco es lo que ya viene en la demo de Tony. A veces sugiero cosas y a veces no. Depende de la canción. La manera de trabajar cambia mucho cuando recibes ya una parte de teclado hecha. Llevamos muchos años haciendo esto y sabemos como va todo el proceso. Juntos intentamos ser el mejor teclista que podemos ser».

Tony: «Si, somos el mejor teclista! (Risas)»

¿Como das con las ideas cuando estás en proceso de composición?

«Las ideas vienen en el lugar menos indicado generalmente. A veces estás en el baño, en la sauna…por eso tengo mi teléfono siempre cerca. Puede que esté en la ducha y tengo que salir corriendo a la cocina donde he dejado el teléfono y comenzar a gritarle cosas a la grabadora. O le tengo que decir a mi mujer que desbloquee el teléfono porque estoy tan mojado que no puedo hacerlo yo mismo (risas). Eso me ha pasado alguna vez. Y luego vuelvo corriendo a la ducha. Tengo muchas grabaciones como esa en mi teléfono, grabaciones que luego no tienen sentido ni para mi mismo (risas). En el momento parece una gran idea y luego no lo es. A veces, eso sí, encuentran un lugar, que suele ser una canción».

«Cada día intento dedicar momentos a componer. Me siento en el piano o con la guitarra para ver si sale algo. Pero cuando necesito empezar a trabajar en el disco me levanto sobre las siete de la mañana, a las ocho estoy sentado en los teclados, mirando por la ventana y comienzo a probar cosas. Eventualmente sale algo, me agarro a ello y voy tirando. A veces puedo tardar cinco minutos en coger algo que merezca la pena o quizá son ocho horas. O quizá son ocho horas y en el último esfuerzo sale algo. Nunca lo sabes. Entonces te quedas enganchado ocho horas más acabando la canción…»

¿Como evitas los blancazos? Ya sabes: NO SALE NADA.

«Sigues taladrando. Puedes forzarlo. Eventualmente algo saldrá. Sino, sales a correr un rato. O te duermes una hora. O ves una película. O escuchas un disco. O lo dejas estar por hoy. No hay un método científico realmente».

¿Como decidís qué es un disco? ¿Cuantos temas constituyen un buen disco de Sonata Arctica? ¿Tenéis una serie de minutos que entregar a Nuclear Blast, por contrato?

Henrik: «Realmente no, aunque no se los detalles exactos del contrato, pero nos basamos en un número determinado de canciones, no en minutos. La duración no es un factor».

Tony: «Si tenemos un tema tremendo de dos minutos, pues es un tema tremendo de dos minutos. Ya le pondremos algún solo para hacerlo más largo, que ahí es donde Elias sirve para algo (risas). Con el anterior disco encontré una especie de fórmula pop para trabajar donde los temas están alrededor de cuatro minutos. Pero en este disco se me fue de las manos y se fueron alargando. Me di cuenta en la masterización. Es más, tuvimos que masterizar el disco tres veces para que quedase bien (risas). Fue una pequeña pesadilla».