Trono de Sangre son una de las propuestas más interesantes de la actualidad, y primer larga duración «La Mitad de lo que Somos, La Mitad de lo que Creemos» bien lo demuestra. La agrupación practica un estilo muy particular que ya describimos en nuestra crítica del susodicho, en el que predominan las influencias del hardcore, la psicodelia, el metal y el noise. Como os podéis imaginar, es difícil de definir. Ellos aseguran que «Todo surgió de forma natural, nos juntamos un grupo de amigos, que más o menos nos conocíamos por tocar en los mismos proyectos, y empezamos ensayar sin demasiadas premisas. La principal de ellas fue hacer zapatilla, hacer algo extremo para nosotros. Y la evolución ha sido bastante convencional, buscando nuestros límites a la hora de poder tocar. Esto nos ha hecho mejorar mucho como músicos, y estamos súper satisfechos con toda esta evolución, cada vez más loca, y a la vez más melódica también.»

Pese a que el nombre de la banda pueda llevar a pensar que se trata de un conjunto de sludge o géneros similares, no lo son en absoluto. «Era importante buscar un nombre potente, un nombre que no se perdiese en la inmensidad de datos en la que vivimos inmersos, y Trono de Sangre tiene mucha fuerza y presencia. Está tomado del Macbeth de Kurosawa, una de sus obras maestras.» Cuando les preguntamos por el magnífico artwork que acompaña al álbum, David contesta «Jorge ha sido el que ha hecho las ilustraciones del disco y yo he hecho el diseño en sí. Al principio no teníamos muy claro qué hacer, pero llegó un punto en el que decidimos que Jorge hiciese unas cuantas ilustraciones, inspiradas por las canciones, y de ahí crear todo el diseño del disco. Para qué buscar algo fuera, si dentro tienes a alguien que va a hacer algo genial, y encima entiende el grupo mejor que cualquier ilustrador al que hubiésemos encargado el trabajo.», a lo que Jorge añade «En realidad no sé si buscaron a otro, nunca me lo dijeron (risas). Y bueno, a la hora de plantearme las ilustraciones lo que hacía era ponerme el tema en bucle y dibujar lo que me sugería hasta que salía lo que puedes ver.»

Las imágenes, de gran surrealismo, muestran gráficamente la perturbadora locura que destilan sus canciones. «Supongo que reflejan ese lado crudo que queremos transmitir. Sí que son algo surrealistas, pero también son muy humanas. Personalmente lo que más me gusta de ellas es ese lado incómodo que tienen. Son bonitas y a la vez como que algunas duelen un poco.» Siguiendo en el apartado visual, cabe mencionar que la banda lanzó la edición del álbum en vinilo transparente como pieza de coleccionista para aquellos que hiciesen el pre-order del redondo, una jugada tan inteligente como interesante. «Las ventas han ido muy bien, estamos muy contentos, pero queremos vender más, ¡claro! (risas) En pocas semanas hemos agotado ya la mitad de la edición, o algo más de la mitad,  y los vinilos transparentes están cerca de agotarse. No creo que ofrecer algo exclusivo sea la clave de tener un buen número de ventas, pero sí creo que ayuda, sobre todo si lo acompañas de un pre-order. Ya que la gente confía en ti, en pedir el disco antes de escucharlo entero, tan sólo con algún adelanto, los temas en directo, y poco más… lo justo es darles algo un poco especial. Y de forma colateral, ayuda un poco a aumentar las ventas.»

Hoy día la mayoría de bandas nacionales no dudan en elegir el inglés como lengua para las letras de sus canciones, pero ellos usan exclusivamente el castellano. David nos comenta: «No recuerdo si se llegó a decidir o debatir esto, creo que desde el principio todos teníamos claro que sería en castellano, o surgió sin darnos cuenta al escribir las primeras letras.» Fer nos da algunos detalles más «Muy al principio y por un breve espacio de tiempo nos llegamos a plantear si buscar un cantante, más que nada para estar más libres con el instrumento y tal, pero de forma natural Héctor y yo nos pusimos a ello, y en proyectos anteriores en los que habíamos tenido que cantar, lo habíamos hecho en castellano. En mi caso, para escribir letras, tiene que ser en un idioma que me salga solo. Incluso para este disco estuvo en el aire meter algo en gallego, catalán o euskera, por nuestras diversas procedencias, y es algo que quizá hagamos en el futuro.»

Cuando les pedimos que describan la experiencia de Trono de Sangre en directo, son algo más escuetos, pero muy precisos. «Sudor, rabia, saliva, energía, corazón, y a veces, algo de sangre. » El mes pasado estuvieron presentando su nuevo trabajo en la Sala Siroco de Madrid, y muy pronto estarán en otras localidades. Sobre esa fecha en la capital, comentan: «Fue genial. Cuando presentas un disco dices ojalá venga muchísima gente, ojalá vengan más de x, pero si no vienen ese número que haría sentirte contentísimo, también vas a estar satisfecho, claro. Pues vino tanta gente como para estar exultantes. Muchas caras nuevas, más de las que pensábamos, como te digo.» Todavía no hay fechas en Barcelona, esperamos que no se hagan mucho de rogar… «Estamos en ello, y esperamos poder ir. Por ahora lo más cerca que vamos a estar de Barcelona es Vidreres, el 18 de julio, en el Actitud Fest.»

Tres años han pasado desde su primer EP, y la mejoría es notoria. Sobre aquel trabajo, recuerdan «Deus Ex Machina son cuatro de las primeras siete canciones que hicimos -de hecho son las nº 1, 2, 3 y 7-. De los temas que teníamos en aquel momento elegimos los cuatro que nos parecían mejores, pulimos las voces, escribimos las letras dos semanas antes de entrar al estudio y las grabamos. Con “La mitad de lo que somos…” desde el principio estaba presente la intención de hacer un “disco”, un “album”, un trabajo de conjunto, y no un greatest hits de nuestros dos últimos años. Eso llevó a que después de maquetar siete temas en mayo de 2013, desechásemos uno, y a partir de ahí, en la composición del resto de temas siempre aparecía la perspectiva de “qué falta”, “qué redondearía más el conjunto”, etc, tanto musical como líricamente. Esa ha sido la evolución, porque en realidad, el proceso de trabajo sigue siendo el mismo.»

Este último trabajo finaliza con «Saló», un genial tema que destaca por ser más largo que todos los demás, y donde la banda tiene más espacio para desarrollar sus habilidades. «Fue el último tema en ser compuesto, y el disco necesitaba algo más pausado, con tiempo para desarrollar otro tipo de melodías, y contar cosas en una estrofa más larga. Habíamos intentado hacer un tema como Saló varias veces durante un año y medio antes de grabar el disco, y por fin lo conseguimos, y parece que ha gustado. A nosotros nos encanta.» Líricamente, intentan definirnos las amplias temáticas que tratan sus canciones… «Supongo que por un lado siguen presentes los temas clásicos, amor, vida, muerte… las relaciones entre los seres humanos y entre los seres humanos y el entorno, y por otro, los tiempos convulsos que vivimos, que en Madrid hemos respirado de cerca, las preguntas que te haces, podremos cambiar esto, cómo hacerlo… La mitad de lo que somos y la mitad de lo que creemos, vaya.»