White Stones: Martín Méndez más allá de Opeth
Después de que el lanzamiento del debut ‘Kuarahy’ coincidiese con el estallido de una pandemia mundial y con todas las consecuencias que esta ha generado, White Stones, el proyecto de Martín Méndez (bajista de Opeth), publica su segundo trabajo de estudio.
White Stones se convirtió tras la salida de ‘Kuarahy’ en el primer grupo español que editaba un disco bajo el sello Nuclear Blast Records, por lo que su primer álbum ya fue un hito sin precedentes. Ahora, con ‘Dancing Into Oblivion’, a la venta desde el 27 de agosto, la banda regresa con un sonido más compacto y en el que han trabajado de una manera más afinada para obtener un resultado aún mejor que con su primer trabajo.
La temática de este segundo disco de White Stones se ha basado en los sentimientos que el propio Martín Méndez afirma que ha vivido a lo largo del confinamiento derivado del coronavirus. “Lo empecé con mucha calma en marzo, cuando salió ‘Kuarahy’ y comenzó el confinamiento. Me puse a escribir el nuevo álbum de White Stones y fluyó muy bien.
Es mi interpretación de los sentimientos que he tenido durante el confinamiento en este año tan extraño. He podido expresar de manera bastante clara lo que sentía en este trabajo. Aproveché el momento y me sentí con fuerzas y ganas”, revela el bajista. A día de hoy “el miedo y la incertidumbre de no saber qué pasará son menos intensos. Lamentablemente este tipo de sentimientos negativos se han ido normalizando con el paso del tiempo”.
Capítulo II
Los altibajos emocionales que una situación como esta provoca en la población están reflejados en este disco, y para Méndez “es una mezcla de sentimientos durante el confinamiento que van desde el miedo a la incertidumbre pasando por la confusión al no saber qué va a pasar y al sentirse parado en el tiempo. Los músicos somos los últimos que volveremos a trabajar y no tenemos señales de que volvamos a hacerlo pronto, lo que crea una gran incertidumbre.
Tengo familia y me preocupo de esto. Me he dedicado a esto toda mi vida y de repente no me veo capaz de hacerlo. Esto crea un sentimiento de malestar, lo que se ha plasmado al igual que los otros mencionados”, confiesa, y añade que “del mismo modo ha sido bonito estar en casa tanto tiempo con la familia y esos pequeños momentos más tranquilos también se pueden apreciar en el álbum. He optado por poner pequeños interludios entre los temas para que haya más contraste y vislumbre esta variedad de sentimientos”.
Lo más destacado a nivel musical de este nuevo disco es la amplia amalgama de estilos que se plasman en ‘Dancing Into Oblivion’. Desde pasajes agresivos en un frenesí instrumental hasta tramos más calmados cuya atmósfera envuelve al oyente se pueden encontrar en las composiciones del álbum, que cuenta con dinámicas muy diferentes a lo largo de las canciones y con interludios “para tener un poco de aire entre tema y tema” que hacen más amena su escucha.
A la hora de describir el tipo de música, Martín afirma que “es difícil definir el estilo de este disco. No me agrada etiquetar la música. Para mí es metal. Tiene elementos de mi interpretación del death metal, pero conscientemente tiene otras influencias de otros estilos. Me refleja como músico y lo que me gusta con la inquietud que tengo de hacer algo diferente”.
Para explicar esto, Méndez recuerda cómo fue el proceso de composición de las canciones, que “han tenido diversas influencias. La primera que escribí fue ‘Chain Of Command’ y en ella tenía la idea de escribir de una manera más atrevida respecto al álbum anterior, en el que me restringí bastante y no quería irme a lo técnico, sino un disco más sencillo para el oído. En este quería hacer algo más elaborado y técnico a nivel compositivo para darle algo más de color. La primera influencia que tuve para ‘Chain Of Command’ fue un disco de John Coltrane y Wilbur Harden, mientras que en ‘New Age Of Dark’ la influencia vino al escuchar Deicide, por lo que las influencias son muy distintas de estilos que no tienen nada que ver”.
Uno de los aspectos que han buscado conseguir en este trabajo es que fuera un disco corto. Eloi Boucherie resalta sobre ello que él y Méndez piensan que “es mejor hacer un disco que te dé ganas de volver a escucharlo que no uno en el que antes del final ya estés deseando que termine” para de ese modo “dejar con ganas de más”.
En el estudio
En cuanto a la composición de ‘Dancing Into Oblivion’, el proceso ha sido similar al anterior ‘Kuarahy’ pero con algunas modificaciones. Martín escribió toda la parte instrumental del álbum, pero, como él mismo declara, “he dejado conscientemente pasajes abiertos a la interpretación de cada músico tanto en la batería como en las voces. En esta ocasión las letras las ha hecho Eloi y después las hemos trabajado juntos con las líneas vocales para llegar al resultado final en el estudio”.
A la hora de llevarlo al estudio, White Stones ha vuelto a trabajar en Farm Of Sounds (Barcelona), del propio vocalista Eloi. En él estuvieron satisfechos con el sonido obtenido en ‘Kuarahy’, y la experiencia después de la grabación del mismo y la comodidad de hacer todo con recursos propios hace que todo fluya de forma más sencilla. “Todo se ha hecho de una manera casera porque es una filosofía que me gusta. Tienes más control para aplicar tus ideas”, defiende Méndez, que también está a cargo de la portada de ‘Dancing Into Oblivion’.
La mezcla final y masterización de este segundo álbum la ha vuelto a realizar Jaime Gómez en Orgone Studios (Reino Unido) puesto que el resultado con ‘Kuarahy’ fue del agrado de la banda y querían repetir por la buena experiencia. Eloi, vocalista y a su vez quien grabó la música que sería enviada a Orgone Studios, reconoce que “la grabación ha contado con más experiencia y mejor calidad de sonido porque se han tomado mejores decisiones en la preproducción gracias a un mayor autoconocimiento de nosotros como banda. Como Jaime también nos conocía más en todos los aspectos, eso agilizó las cosas y ha hecho que ‘Dancing Into Oblivion’ mejore mucho en ese sentido”.
La formación se ha visto modificada respecto al disco anterior con la participación en la batería del polivalente Joan Carles Marí Tur, que también forma parte de otros grupos como Face The Maybe. En cuanto a la grabación de los solos del álbum, el encargado de su ejecución ha sido João Sassetti, quien ya era miembro de White Stones para su line-up en directo.
Sassetti, que reside en Portugal, no pudo asistir al proceso de grabación del álbum en Barcelona, por lo que envió su parte de los solos para que trabajaran con ellos y los integraran en las canciones. Las grabaciones de los instrumentos han sido más orgánicas como cuenta Boucherie, y en ellas “se ha conservado más el sonido original de cada elemento”, lo que le ha aportado un toque más natural y crudo que White Stones buscada con ‘Dancing Into Oblivion’.
White Stones en directo
Las esperanzas de Martín, según el mismo comenta, es que este mismo 2021 sea el año en el que White Stones haga su debut. “Son todo previsiones, todo depende de las políticas que se apliquen. Se están empezando a hacer cosas a nivel local, lo que es bueno, pero a nivel internacional la cosa sigue estancada. He planteado la idea de hacer el debut este año si es posible en Barcelona”.
El repertorio, como confiesa Méndez, estará formado por las piezas que consideran mejores de sus dos trabajos de estudio. “Imagino que estará compuesto por temas de ambos discos, no creo que toquemos ninguno entero. A día de hoy no tengo tanto sentimiento hacia ‘Kuarahy’ como cuando lo sacamos, pero a la hora del directo no lo hemos presentado, así que es igual de fresco que el nuevo en ese sentido. Hemos ensayado las canciones y tengo ganas de tocarlas en directo porque creo que se prestarán divertidas para ello”.
Un show de White Stones, como es normal -y más sin haber hecho ninguno aún-, no contará con una masa de fans tan amplia como uno de Opeth, y la perspectiva ante una situación que puede presentarse como algo “desoladora” es interesante -aunque Martín tiene las cosas claras-. “No espero la magnitud de los conciertos de Opeth para nada. Con este proyecto no tengo la intención de crear una carrera a base de machacarme, la intención es la de expresarme musicalmente. Claro que quiero presentarlo en directo, pero no me planteo hacer giras, sino festivales y conciertos puntuales. Sin pretensiones”.
Opeth es el grupo principal de Méndez, y en cuanto la actividad se retome será su máxima prioridad. “Cuando se pueda retomaremos lo que falta de la gira de ‘In Cauda Venenum’ que se canceló por la pandemia. Una vez lo terminemos nos dispondremos a hacer un nuevo disco o nueva música. Pero claro, esto depende de las fechas en las que comencemos una cosa y la acabemos. Si todo va bien en menos de dos años comenzaremos a trabajar en nuevo material”.
Antes de que acabe una de las citas que tiene Opeth es el festival español Resurrection Fest y el Leyendas del Rock en 2022 -entre muchos otros por Europa-. ¿Podría, además de con Opeth, estar en algún festival -ya sea en España o fuera- con White Stones? “Todo depende. Lo que no quiero hacer es machacarme en el sentido de tener concierto ‘doble’. Con White Stones quiero hacer las cosas tranquilo y tener tiempo para prepararnos bien y para disfrutar en los pocos conciertos que hagamos. El año que viene dudo que hagamos festivales. Si tuviese un hueco grande se podría aprovechar, pero tal y como va la cosa imagino que será para el siguiente año”.
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