Voivod: la gente está a la pantalla y no sale de ahí
Voivod está de vuelta con un nuevo disco. ‘Synchro Anarchy’ captura la incertidumbre del mundo actual y, de nuevo, expande el sonido de la banda hacia nuevos horizontes. 15 trabajos forman ya el catálogo del incansable cuarteto de thrash progresivo, aunque, esta vez, los canadienses no las tienen todas consigo de cara a los conciertos.
Charlamos con el vocalista Denis “Snake” Bélanger y la conversación comienza mirando a la evolución de la pandemia y su afección en la industria musical. Snake echa de menos los directos y espera que 2022 sea el año en el que vuelvan a girar definitivamente.
Dos años sin giras y festivales internacionales. ¿Cuánto os ha costado asumir las consecuencias y adaptar la banda a esta nueva realidad?
Hemos intentado centrar todas nuestras fuerzas en el nuevo disco. El año pasado nos ha parecido aún más complicado que 2020 ya que no ha habido cambios sustanciales en lo que respecta a las actuaciones de directo. Hemos pasado mucho tiempo distanciados, sin poder juntarnos físicamente y, mientras tanto, hemos aprendido una nueva forma de componer y trabajar online. Comenzamos a compartir ideas y demos a través de Internet y pronto todo volvió a estar en marcha. Sobre todo hemos tratado de mecanizar menos nuestra música.
Cuando estás en el estudio buscas cuidar hasta el último detalle, pero esta vez queríamos que fuera algo más real. En este disco no hay artificio y nos encanta la dirección que ha tomado. Lo que escuchas somos nosotros, casi como una banda de directo, sin arreglos añadidos ni miles de capas de guitarra. Hemos vuelto al sonido más básico y, en ese sentido, creo que hemos aprendido una gran lección. Además, el disco ha sido compuesto en apenas cuatro meses. Nunca habíamos hecho algo desde cero en tan poco tiempo, nos hemos sorprendido a nosotros mismos.
¿Es ‘Synchro Anarchy’ un álbum más orgánico debido a ello?
Sin duda, todo ha funcionado con gran fluidez. Existen pasajes oscuros, otros más luminosos y la combinación de todo ello ha surgido casi sin pensarlo. Esta vez, no hemos hecho lugar a segundas opiniones, se trataba de convertir nuestros pensamientos en música casi de forma instantánea. Creábamos y sonaba bien, así que seguíamos avanzando. El proceso ha sido muy natural.
Vuestras letras versan sobre la tecnología, la humanidad y la ansiedad, temas que vuelven a estar en primera línea. ¿Ha cambiado la pandemia tu mirada hacia estos conceptos?
Pasé casi el 2020 entero aislado y eso me dio mucho tiempo para reflexionar. El día se convertía en noche y la noche en día hasta perder el sentido del tiempo. No había horarios ni agendas que completar, era solo yo conmigo mismo. Esto me hizo pensar sobre el modo en el que funciona nuestro sistema, esa rueda que no para y se mantiene ocupada constantemente.
Creo que la pandemia me ha convertido en una persona más empática, me ha hecho pensar en la vida de los demás. Tu situación y la mía son radicalmente diferentes, pero, en el fondo, todos estamos pasando por lo mismo. Es una situación muy compleja y ahora trato de ponerme en el lugar del otro, entender sus motivos y ser amable.
En 2022 se cumplen 40 años desde la fundación de Voivod, una extensa trayectoria en la habéis encandilado a un público de culto pero os habéis quedado lejos del éxito masivo. ¿Cómo sobrevive una banda de este tipo profesionalmente?
Hemos sobrevivido porque tenemos fans realmente apasionados. No son millones, pero siguen siendo muy fieles y nuestra relación hacia ellos es única. Una vez que conoces Voivod, no lo abandonas. La mayoría de gente se ha interesado por nosotros porque sonamos de forma diferente y eso me encanta.
Me hace gracia cuando escucho comentarios como “Voivod es una banda muy infravalorada”; realmente, no creo que lo seamos. Infravalorados o sobrevalorados, ¿respecto a qué? Todo depende de dónde estableces la línea comparativa. Nos sentimos muy afortunados por haber llegado hasta aquí y por tener tantos fans de calidad, fans que tienden hacia Voivod en busca de algo especial.
Siempre habéis buscado nuevos horizontes creativos. ¿Qué música te inspira a día de hoy?
Últimamente, cuando escucho música me pasa que acabo descubriendo bandas antiguas. Por ejemplo, existe un grupo canadiense llamado Teenage Head que son como los Ramones de Canadá. Son de los años ‘80 y estoy realmente avergonzado de no haberlos conocido antes. Pero bueno, mi momento es ahora y estoy disfrutando mucho de su sonido y su espíritu libre. Es puro rock n’ roll.
Miremos ahora a vuestro pasado. ¿Cómo recuerdas los tiempos en los que empezasteis a distanciaros del thrash metal y a experimentar con sonidos progresivos?
Por aquel entonces, todos estábamos sumergidos en el thrash, se trataba de algo novedoso, como lo era casi todo en los ‘80, una explosión constante. Nos encantaba ir cada viernes a ver actuaciones de directo de bandas emergentes y, claro, nosotros también quisimos hacer lo mismo. Pero creo que tuvimos una sensibilidad diferente hacia la música desde el inicio.
Cada miembro venía de contextos musicales muy diferentes y eso resultó en una combinación única. Cualquier cosa era posible, no queríamos autoestablecernos límites y, sinceramente, nos importaba un bledo lo que la gente pensara sobre nosotros. Aquella época fue fantástica, ahora las cosas son muy diferentes. Internet ha cambiado muchas cosas, pero insisto, realmente nos da igual. Lo único que queremos es salir al escenario y pasarlo un buen rato con la gente. El contacto humano es lo que nos apasiona, no estar conectados a través de un teléfono.
Hoy en día todos miran a sus pantallas y el conseguir que la gente vaya a un concierto se ha convertido en una tarea realmente complicada. Incluso con miles de anuncios puede que acabes tocando para una sala semivacía. Creo que ese es el cambio principal, la tecnología, buena y mala a la vez.
En 2019 actuasteis en el 40º aniversario del festival de jazz de Montreal. ¿Cómo fue aquella experiencia?
Fantástica, no la olvidaremos. A la gente le sorprendió mucho que formáramos parte de ese cartel. Nuestro concierto fue de noche, al final de la jornada, y para entonces el público ya estaba muy caliente. Sentimos que los espectadores estaban muy contentos de nuestra presencia y todos disfrutamos mucho de aquella velada. El ambiente fue fenomenal y creo que será uno de esos shows que recordaremos en mucho tiempo.
Han pasado más de 15 años de la muerte de Denis “Piggy” D’Amour, quien fuera fundador y guitarrista de la banda. Mirándolo en retrospectiva, ¿qué efecto ha tenido este evento en tu relación hacia Voivod?
El fallecimiento de “Piggy” fue un golpe muy duro para todos, nos sentíamos completamente destrozados y pensábamos que la banda se había acabado. Pasamos tres años de luto y no éramos capaces de recuperar la ilusión. No queríamos sustituirlo, pero las circunstancias hicieron que conociéramos al guitarrista Dan Mongrain, “Chewy”, y entonces comenzamos a hacer unos primeros conciertos en homenaje a “Piggy”. Aquello evolucionó en un nuevo álbum, volvimos a crear y sentirnos cómodos entre nosotros. Nos dimos cuenta de que seguíamos buscando nuevos horizontes y así hemos llegado hasta el día de hoy.
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