Venues: Aspire

Toda una sorpresa, en positivo, la que nos ofrecen Venues con su primer disco “Aspire”, que puede gustar casi por igual a seguidores del pop punk más pegadizo como a los más afines al post-hardcore de tintes más melódicos. Uno de esos trabajos que muestran una madurez impropia en una banda tan joven, que sirve como perfecta carta de presentación al mundo y que les augura un futuro prometedor si saben aprovechar sus oportunidades.

Con apenas cuatro o cinco años en su haber llega el debut discográfico de los alemanes que lleva por título “Aspire” (Venues). Una gran demostración del post-hardcore que practican, con elementos del rock y el metal, pero sin renunciar a las melodías pop que brillan especialmente en sus estribillos.

Lejos queda pues aquel primer EP “Break Down a Venue” que editaron con apenas tres temas, de los cuales no se ha rescatado ninguno para este trabajo, y en el que se puede apreciar fácilmente el salto cuantitativo que han sufrido tanto a nivel compositivo como en lo que respecta a una producción mucho más cuidada que bien seguro les llevará a dar un paso en firme dentro de la escena.

Tras su carta de presentación se han pasado todo el año publicando nuevas canciones que si forman parte de este “Aspire” y que nos dan buena muestra de lo que podemos encontrar en él. Y es que el sexteto germano parece tener las ideas muy claras y muchísimas ganas de comerse el mundo.

Venues – Aspire: Fusionando estilos sin complejos

Abren el disco con unos arpegios de guitarra al más puro estilo Bullet For My Valentine, con un estribillo potente y pegadizo, y con un juego de voces marcado por la melodía del registro de Nyves y la agresividad screamo de Robin. Bajan la intensidad con “Lights”, en la que exploran sonoridades más comerciales en las que se dibujan ciertas influencias de bandas como Paramore y de su vocalista, Hayley Williams.

Siguen por el mismo camino en “The Longing”, con unos dibujos de guitarra mucho más definidos y potentes que imprimen Constantin y Toni, con un contrapunto que bebe del hardcore en lo que respecta a los aportes vocales de Robin que enriquecen el conjunto considerablemente. Se nota, y mucho, el perfil de single de “Fading Away” con un estribillo que se te graba a fuego y con la colaboración de Crhis Wieczorek de Annisokay aportando su particular granito de arena a la causa. De lo mejor de todo el álbum.

Que no os confunda el inicio tan suave de “The Epilogue” porque pronto brotará la rabia que definen la personalidad de la banda, con un Robin cobrando mayor protagonismo y un atmosférico interludio tras el cual alcanzarán el clímax del corte con unos coros que le sientan como anillo al dedo. Algunos de los ingredientes más contundentes y oscuros los encontramos en “Dilemma” con la sección rítmica de Flo al bajo y Dennis a la batería marcando la diferencia.

Los contrastes sonoros que poseen sus composiciones quedan más que patentes en “My True North”, otra de las grandes piezas del disco, con unas instrumentación rica en matices que no temen mostrar sus diversas influencias y con un apartado vocal que recuerda a los mejores Lacuna Coil. “Star Children” es pegadiza, directa, de apenas tres minutos, con un estribillo marca de la casa y un ritmo que invita a incluirla en cualquier futuro set de la banda.

Venues: Jóvenes promesas con gran futuro

La matiz más cercana al pop hace su aparición sin complejos en “Nothing Less”, con una producción repleta de matices sonoros y una rabia adolescente en su apartado vocal que parece escupir una intensa energía positiva. Esa atmósfera tan personal y sintetizada presente en algunos cortes anteriores goza de su máximo esplendor en “Shades of Memory”, con un halo muy especial, desgarrador pero emotivo, que se apodera de tu mente ya en una primera escucha.

A estas alturas ya no pretender sorprender a nadie, y no lo hacen. “Silence” sigue jugando sus bazas como lo han hecho sus compañeras hasta ahora, es decir, potentes melodías, estribillos pegadizos, y esa fusión sin complejos de pop, rock y metal. Saca más garra “Ignite”, uno de los temas que ya habíamos descubierto con anterioridad y que recoge inteligentemente sus influencias más diversas que forman parte de la receta que nos brindan con su propia personalidad.

Toda una sorpresa, en positivo, la que nos ofrecen Venues con su primer disco “Aspire”, que puede gustar casi por igual a seguidores del pop punk más pegadizo como a los más afines al post-hardcore de tintes más melódicos. Uno de esos trabajos que muestran una madurez impropia en una banda tan joven, que sirve como perfecta carta de presentación al mundo y que les augura un futuro prometedor si saben aprovechar sus oportunidades.