Grand Magus: Sword Songs

Los amantes del metal auténtico tienen un bastión en Grand Magus. El metal tradicional se nutre también de esos elementos viking, stoner y doom dándole al resultado final un atractivo especial. Estos suecos deberían estar bastante más arriba en estatus, pero quizá les falte ese himno definitivo que han conseguido grupos como Amon Amarth, Powerwolf o Sabaton que les ponga en el mapa definitivamente.

Soy de los que cayó rendido ante el “Hammer of the North” de esta gran banda aunque incomprensiblemente les perdí la pista. Antes de atacar este “Sword Songs” he repasado bien “The Hunt” y “Triumph and Power”, y a pesar de que no han llegado al grado de excelencia del “Hammer of the North”, entiendo que el combo sueco no ha bajado el nivel para nada. “Sword Songs” recupera un poco ese espíritu y muestra una buena colección de cortes accesibles y pegadizos con ese heavy metal de enfoque tradicional al que imprimen esa personalidad nórdica, ese toque vikingo e hímnico pero sin llegar a lo que hicieron en “The Hunt” en el que parecía que producción y composición se inspiraran en Kiss. Manowar son otra referencia para el presente disco, variado, entretenido y melódico. Entra a la primera y sin espacio para el relleno.

Temas cortos, directos y muy trabajados en general como la inicial “Freja’s Choice” con un espectacular riff de inicio, pesado y con un guiño inicial al doom de Candlemass para luego tirar de melodía y marcarse uno de sus himnos marca de la casa. Pero es el single “Varangian” el que se lleva el gato al agua, con un riffeado a lo Amorphis y una línea vocal preciosa que cala a la primera, rematada por un estribillo hímnico tan adictivo como brillante. En “Forged in Iron – Crowned in Steel” hay ecos de los Falconer más inspirados, aunque mantienen las pesadas guitarras del vocalista JB Christofferson como marca de la casa. “Born for Battle (Black Dog of Brocéliande)” tira de credenciales manowarsecas y tiene corte hímnico. Puro true metal de pegada y estribillo de puño en alto. Puede que JB no sea Eric Adams, pero cuando se calzan las botas de Manowar les sientan la mar de bien. “Master of the Land” está impregnada por una aura de misterio y se alza como otro de los puntos fuertes de esta obra sin fisuras.

Imponente entrada para “Last One to Fall” esta vez con ciertos dejes a lo que hicieron en su día Nocturnal Rites, aunque sin la elevada velocidad del power metal. Destaca ese interludio doom intermedio que nos devuelve toda la personalidad de los Grand Magus iniciales. Aromas más stoner en “Frost and Fire”, y otra vez con inmejorables resultados. Espectacular trabajo de Fox y Witt en la base rítmica, edificando unos cimientos sólidos y pesados, muy respetados por una excelente producción. “Hugr” es la instrumental a acústicas y viento norteño que da el paso a “Every Day there’s a Battle to Fight”. Se despiden con aires Manowar en un medio tiempo a bombo y caja al puro estilo Scott Columbus (descanse en paz). Aunque confieso que cuando más se acercan a Manowar más pierden. Considero que es la mezcolanza de estilos lo que hace realmente grande a este trío.

Los amantes del metal auténtico tienen un bastión en Grand Magus. El metal tradicional se nutre también de esos elementos viking, stoner y doom dándole al resultado final un atractivo especial. Estos suecos deberían estar bastante más arriba en estatus, pero quizá les falte ese himno definitivo que han conseguido grupos como Amon Amarth, Powerwolf o Sabaton que les ponga en el mapa definitivamente. Mientras, disfrutan siendo unos de los privilegiados dentro de la clase media europea del heavy metal. Esperemos que sigan con su escalada, aunque tras ocho discos merecen mejor suerte. Pocos lanzamientos actuales son tan compactos y redondos como “Sword Songs”.