Quiet Riot: Road Rage
Banali ha contado con los servicios de alguien que puede ayudar a que el perfil de la banda mejore en popularidad: James Durbin, el popular vocalista que quedó en cuarta posición en la décima temporada de American Idol.
Es complicado juzgar “Road Rage” como un disco de Quiet Riot. De aquella banda solo queda el nombre y el paterfamilias Frankie Banali y el bajista Chuck Wright, que sustituyó al clásico Rudy Sarzo cuando esté se marchó de la banda a mediados de los 80. Las partes más importantes de Quiet Riot, el guitarrista Carlos Cavazo y el vocalista Kevin DuBrow no están presentes, uno porque está ocupado con Ratt y DuBrow porque lleva diez años fallecido. Así las cosas, llamar a esto Quiet Riot no tiene más lógica que la de movilizar a aquellos a quienes el legendario nombre les dice algo. A fin de cuentas, para tener una banda tributo, mejor que la monten aquellos que estuvieron allí en primer lugar.
“Road Rage” es una continuación de lo que empezó en 2010, cuando el grupo volvió a la actividad, y lo que se vislumbró en 2014, cuando editaron el ya olvidado “Quiet Riot 10” con Jizzy Pearl como vocalista. Ahora, para “Road Rage”, Banali ha contado con los servicios de alguien que puede ayudar a que el perfil de la banda mejore en popularidad: James Durbin, el popular vocalista que quedó en cuarta posición en la décima temporada de American Idol. Sus devaneos hard rockeros y su versátil voz llamaron la atención del público sobremanera a lo largo de toda la temporada, aunque quedaría en cuarta posición por detrás de un montón de wannabes que no han terminado consiguiendo mucho en el negocio de la música -toda una muestra de lo que generan programas ‘musicales’ como esos. Aunque no sea mucho, al menos Durbin es el vocalista de Quiet Riot o de lo que quiera que sea ese grupo en el que está cantando.
Lo bueno de “Road Rage” es su sonido. Cuando olvidas que la banda tiene un nombre que no debería, el disco es un buen disco. Setentero, lleno del groove que solo Banali sabe imprimir a sus patrones de batería, con una producción totalmente retro que hace justicia al sonido clásico de la banda a principios y mediados de los 80, y -lo mejor-, buenas composiciones que justifican la edición del disco. “Roll This Joint” fluye con un paso firme y seguro entre armonías vocales y grandes estribillos por parte de Durbin, mientras que otras como “Can’t Get Enough” son tan animadas y reminiscentes al pasado que no puedes evitar sentir apego a ellas aunque sea la primera vez que las oyes. Durbin tiene una voz espectacular y a nadie le cabe duda de eso. Tiene los agudos y -cuando quiere- el rasgado que necesita un buen cantante de hard rock. Es obvio que la voz de DuBrow es tan inimitable como la de Brian Johnson en AC/DC, pero Durbin hace un buen trabajo llevándose las canciones a su territorio y dandole su propio sello a la nueva música del grupo.
Un buen disco de hard rock totalmente retro, sin concesiones actuales ni tonterías. Si quieres volver a 1983 por un rato, “Road Rage” es un gran disco con el que hacerlo. Escucha “Wasted” o “Freak Flag» y disfruta. La segunda mitad del trabajo es algo más irregular pero igualmente cuenta con buenos temas – aunque algunos parecen sacados de distintas sesiones y momentos en el tiempo, a juzgar por el sonido. Un buen trabajo para mantener el nombre de Quiet Riot vivo, aunque quizá no sea lo más adecuado. Tampoco es que le puedas pedir a Banali que se monte una nueva banda y la haga famosa: son los tiempos que son. Bastante con que sale al mercado un nuevo disco original de una banda que se llama Quiet Riot, independientemente de quien la conforme.
Grupo:Quiet Riot
Discográfica:Frontiers Records
Puntuación:6
Canciones:
- Can’t Get Enough
- Getaway
- Roll This Joint
- Freak Flag
- Wasted
- Still Wild
- Make a Way
- Renegades
- The Road
- Shame
- Knock ‘em Down
Votación de los lectores:5
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