Si he de ser completamente sincero, a día pocos nuevos lanzamientos despiertan mi interés inmediato. Hemos llegado a un punto en el cual la industria discográfica edita cualquier basura con una frecuencia tan alarmante que el simple hecho de pararse a escuchar un disco, con todas sus diez, once o doce canciones, es poco menos que un pestiño de dimensiones gigantescas. Tan solo bandas como OPETH y similares hacen que ese acto aun se pueda disfrutar en pleno nuevo milenio. Por lo demás, cuando cojo los discos nuevos de cualquier banda (clásicos del género o nuevas promesas) siento como una enorme pereza invade mi ser. Por suerte, existen las reediciones, revisiones, re-empaquetados y re-todo de los viejos clásicos de cualquier banda. Son esos discos sin los cuales la historia de esa banda en particular (y del rock en general) no se pueden entender de la misma manera y que, por tanto, suelen ser un placer escuchar. Ciertamente: escuchar el nuevo disco de STRATOVARIUS me parece soporífero (y eso que me parece un gran disco). Pero escuchar algo como “Slide It In” me parece sublime. Estoy seguro de que a muchos de vosotros os pasa exactamente lo mismo.

Desde hace una buena temporada, David Coverdale ha decidido abrazar su propio pasado con más fuerza que nunca. Ya no hablo solo de la propia reunión de  WHITESNAKE y las giras de grandes éxitos (y sus respectivos discos en directo y DVD’s) porque eso sería hacer poca justicia a las nuevas composiciones que la banda ha dado a luz durante el ultimo par de años (iniciado el proceso con los cuatro temas de estudio de “Live…In The Shadow Of The Blues” y coronado con el disco de estudio “Good To Be Bad”) sino de las reediciones de viejos clásicos de la banda, más concretamente las dos que nos ocupan y la ya conocida de “1987”, editada en el 2007 con varios extras.  La decisión es más que correcta pues, a estas alturas, bandas como WHITESNAKE tienen más que ofrecer abriendo sus archivos personales que haciendo nuevas composiciones. La afirmación es dura, pero real. Difícilmente alguien tomará por clásico cualquiera de los temas de “Good to be Bad”, por más buenos que sean. La gente quiere escuchar las canciones que marcaron su adolescencia, juventud, matrimonio o lo que sea. He ahí donde reside el verdadero valor de estas artimañas de la industria discográfica. Si no fuera por el factor nostálgico, nadie compraría todos estos discos reeditados. Y el almacén nostálgico del que pueden ir extrayendo provisiones WHITESNAKE es tremendamente amplio.

Si bien las tres obras “capitales” ya se han reeditado, sigue habiendo mucho material que sacar a la luz en forma de demos, directos y demás. Es en ese sentido donde las reediciones de “Slide It In” y “Slip Of The Tongue” se quedan algo cojas. El planteamiento es bueno (se incluye un CD de audio con el disco y los temas extra, mezclas alternativas y demás) y luego un DVD con algunos retazos de lo que fue aquella época: actuaciones televisivas, los clips promocionales, versiones en directo actuales de los viejos temas…pero me niego a pensar que WHITESNAKE no puedan incluir en el DVD de “Slide It In” un concierto tan fantástico como el de Donington 1983 de manera íntegra. Tan solo incluyen “Guilty Of Love” y dejan con las ganas de más. Quizá no es tan mala idea y en un par de años vemos aparecer ese show en DVD y de ahí lo de guardarse el material. No obstante, ya son ganas de dejar en ascuas a los verdaderos fans que ansian ver esos clásicos conciertos de la banda con buena calidad.

En lo demás, las reediciones son impolutas. Un sonido cristalino pero respetuoso con la mezcla y producción original sirve para aumentar temas como “Gambler”, “Standing In The Shadow”, la grandiosa “Guilty Of Love”, “The Deeper The Love”, “Kitten’s Got Claws” o “Judgement Day”, todos ellos clásicos olvidados o, al menos, ensombrecidos por el increíble éxito de “las de siempre”: los “Is This is Loves”, los “Stills Of The Night”, etc. El catálogo de WHITESNAKE tiene suficientes grandes temas como para parar un tren de mercancías y aunque Coverdale va ofreciendo alguna que sorpresita que otra de gira en gira, la mejor manera de reivindicarlos, por el momento, es con la puesta en circulación de reediciones que refrescan la memoria y nos hacen recordar lo grandes que eran (y que siguen siendo) más allá de los éxitos radiables.

El detalle más especial de poder volver a escuchar estos discos, sin duda, ha sido el de recordar las grandes dotes compositivas del fallecido Mel Galley. Escuchar temas como el mencionado “Gambler”, que destila el estilo de Galley por los cuatro costados, te hace recordar la gran combinación que el guitarrista hacia con Coverdale. Y es que, lamento herir el ego de Coverdale, pero de no haber sido por la cohorte de grandes compositores y guitarristas que siempre ha tenido a su lado, la carrera de WHITESNAKE habria sido muy, muy distinta…

Sergi Ramos

Discográfica:EMI Music

Puntuación:9

Canciones:

Año:1984