Dragonforce: Reaching Into Infinity

En un estilo musical tan encorsetado, es de alabar que puedan sacar adelante una colección de canciones dignas y divertidas. A estas alturas, no creo que intenten convencer a alguien de su propuesta.

A los que le gusta andar en tierra firme, con paso seguro, les gustará DRAGONFORCE. Siempre llegan con la retahíla promocional de que en su nuevo álbum han abierto su sonido, se han desafiado a sí mismos, y demás frasecitas con ánimo de quedar bien con todos sus seguidores. Pero no cuela. “Reaching Into Infinity” suena a DRAGONFORCE, y el próximo disco sonará a DRAGONFORCE, y así sucesivamente. Este séptimo disco de estudio tiene más novedad en sus filas (el primero con el batería italiano Gee Anzalone) que en su sonido. Pero así los queremos. Con calidad en sus canciones, con masturbaciones de las guitarras de Herman Li y Sam Totman, y con melodías en cantidades industriales a la velocidad de la luz.

Porque cuando suena de primeras “Ashes Of The Dawn” (tras la intro de rigor, y es que hasta en esto son previsibles), protagonista de vídeo clip, pocos peros se les puede poner a una formación con una personalidad a prueba de bombas, le pese a quien le pese. Le va de la mano “Judgement Day”, con su simplona pero agradable melodía, o “Midnight Madness”, que refuerza el aire optimista frente a este mundo loco que nos ha tocado vivir, y que quieren reflejar en el concepto de este álbum. También pisan a fondo en una agresiva y oscura “WAR!” (gran juego de contrastes en su estribillo), o en “Land Of Shattered Dreams”. Pero lo curioso es que es en las canciones a medio tiempo como “Curse Of Darkness” o la preciosa “Silence”, donde salen reforzados de su faceta compositiva y se les saca más jugo al asunto. Suenan compactos, seguros. Aunque se salgan del estereotipo speedico de la banda.

Todo lo que son hoy en día DRAGONFORCE queda reflejado a la perfección en este trabajo. En un estilo musical tan encorsetado, es de alabar que puedan sacar adelante una colección de canciones dignas y divertidas. A estas alturas, no creo que intenten convencer a nadie de su propuesta.