No va a ser un disco nada fácil para muchos de los más acérrimos fans de la banda líder en cuanto a acero británico, y más especialmente si uno compara con sus épocas doradas y sus himnos instantáneos; pero es innegable que el trabajo realizado en NOSTRADAMUS es digno de admiración. El hecho de hacer un disco conceptual tras tantos años de carrera es, si más no, arriesgado, pero más tocando un tema tan sobado ya como es el caso de Michele de Notre-Dame o Nostradamus. Stratovarius ya metieron algunas de sus profecías en el VISIONS, varias bandas le han dedicado numerosas canciones y Nikolo Kotzev hizo una auténtica obra maestra sobre el profeta que ha pasado a la historia.

Teatral, complejo, a veces casi sinfónico, melancólico, grandilocuente son algunos de los calificativos con los que podemos definir dicho disco. Olvidaros pues de los habituales: directo, pegadizo instantáneo, hímnico, duro o incluso… típico de Judas Priest. Esta obra está mucho más cerca del Operation Mindcrime de Queensryche o de los House of Atreus de Virgin Steele que de cualquier disco de los Priest, aunque no los supera.

Hay numerosas intros y transiciones cantadas, algo muy típico de las obras de Defeis en Virgin Steele y probablemente si se hubieran reducido hubiera sido un disco sencillo, no doble y el resultado hubiese sido mucho mejor. Pero bueno, si la obra lo requería bienvenida sea, pues tras varias escuchas (que son absolutamente necesarias) podemos decir que el NOSTRADAMUS de Judas es un excelente disco.

Desde la primera intro uno se sumerge en una atmósfera algo lúgubre y oscura, con estribillos grandilocuentes apoyados por teclados y con un Halford que, a pesar de que va perdiendo voz año tras año, juega con su versátil garganta y consigue grandes resultados. “Prophecy” es quizá el más conocido tema, empieza con unas guitarras muy a lo Priest, con un gran riff y con un Halford forzando su garganta. Los elementos son justamente lo que esperamos de los británicos y, es en cierta manera el tema más clásico del disco. Pero los adornos de teclado (ese Don Airey) y algunos pasajes ya avisan que hay muchos elementos nuevos.

Excepcional es “Pestilence and Plague”, con un genial estribillo cantado en italiano y una aura teatral, casi de musical. Tipton y Downing juegan con sus cuerdas de acero y muestran que sus habilidades siguen en perfectas condiciones. La producción a cargo de los propios hachas de la guitarra es ideal para el disco, se nota que en esta ambiciosa obra han querido llevarlo todo ellos mismos hasta el milímetro, aunque quizá con la ayuda de alguien ajeno quizá el disco hubiese tomado una aura algo más interesante. No hay que olvidar que juegan todo a una misma atmósfera y que si a uno no le entra se le puede hacer absolutamente monótono.

“War” incluye espadas a lo Manowar, posee un buen riff, pero no le hace sombra a la pausada “Death”, en up-tempo, oscura, con coros envolventes y ya escuchada en la presente gira. “Conquest” posee uno de los estribillos del disco y “Persecution” finaliza la primera parte con velocidad y composición 100% Priest, aunque barnizada por el sonido del presente disco.

De la segunda parte sobresale enormemente “Nostradamus”, con entrada operística de Halford que descoloca pero que nos devuelve pronto al sabor clásico Priest. “Exiled” es un medio tiempo muy sinfónico, envolvente, pero con la contundencia marca de la casa de Hill y Travis, que mantienen el pulso perfectamente a lo largo del compacto. “Visions” es de lo mejor del doble CD, gran estribillo y muchos efectos. Hay en algunos temas, sorprendentemente, esa especie de tubos australianos que suenan tan graves, todo un ejemplo de lo barroco que ha llegado todo en tareas de producción. Las acústicas (que asoman varias veces a lo largo del disco) dominan el medio tiempo con teclado “Alone”, otro gran momento lúcido con un Metal God desgañitándose al doblar las voces.

Soy consciente que para muchos va a ser un disco que les echará para atrás, y puede que tenga un tratamiento similar al de JUGULATOR, pues es justamente un caso similar: un muy buen disco pero con excesivos cambios de sonido, rollo unitario que probablemente no obtenga el beneplácito de todos. Pero cuando uno se sumerge dentro de las oscuras aguas de NOSTRADAMUS y queda prendado por el personaje y por el enorme trabajo compositivo, queda rendido ante el disco. Probablemente estamos ante una etapa de Judas en la que combinaran discos como ANGEL OF RETRIBUTION (en onda lo que uno espera de los Priest) con obras complejas como ésta. Pero vaya, encadenar con otro NOSTRADAMUS no creo que sea lo más acertado, si más no, no la decisión más popular. Quizá muchos me maten por decirlo, pero sería genial ver representado el disco al completo con actores rollo Operation Mindcrime. Arriesgado, diferente… ¡pero excepcional!

Jordi Zelig Tàrrega

Grupo:Judas Priest

Discográfica:Sony

Puntuación:8.5

Canciones:

  1. "Dawn of Creation"
  2. "Prophecy"
  3. "Awakening"
  4. "Revelations"
  5. "The Four Horsemen"
  6. "War"
  7. "Sands of Time"
  8. "Pestilence And Plague"
  9. "Death"
  10. "Peace"
  11. "Conquest"
  12. "Lost Love"
  13. "Persecution"
  14. "Solitude"
  15. "Exiled"
  16. "Alone"
  17. "Shadows In the Flame"
  18. "Visions"
  19. "Hope"
  20. "New Beginnings"
  21. "Calm Before the Storm"
  22. "Nostradamus"
  23. "Future Of Mankind"

Año:2008