¿Cuándo una banda deja de pertenecer a la denominada “segunda fila” para convertirse en puntera? Si bien no existen cifras ni datos que ayuden a determinar esto de forma objetiva, hay ciertos hechos que lo evidencian: lees críticas y entrevistas por todos lados, su nombre aparece bien arriba en todos los festivales en los que participa, sus miembros frecuentemente se ven involucrados en otros proyectos, ves a cada vez más y más gente engancharse a sus obras… Parece que no, pero un buen día todo esto pasa, y si no, que se lo digan a los suecos KATATONIA.

Parece que fuera ayer cuando acudieran a los Unisound de Dan Swanö con la intención de grabar su debut “Dance of December Souls” con almohadas en lugar de la habitual y “aburrida” batería (hecho verídico). Corría el año 92’, y por aquel entonces tan solo era una banda más que nacía de Suecia con la intención de pasar buenos ratos en el local creando temas de doom metal. Pronto evolucionaron asombrosamente, no sin antes dejaron un nada desdeñable “Brave Murder Day” del que a día de hoy siguen utilizando “Murder” para cerrar sus shows de forma habitual. De la nada, al todo en una progresión sin precedentes. Quizá fue a partir de “Tonight’s Decision” cuando, de forma irrevocable, KATATONIA comenzaran a labrarse un camino irrefrenable que les llevara al punto en el que hoy se encuentran. En el camino, obras redondas como “Last Fair Deal Gone Dawn”, “Viva Emptiness” (por el que siento especial debilidad), y el que les propulsó ya sí que sí al estrellato sin ningún tipo de paliativos, un “The Great Cold Distance” sencillamente redondo, genialmente promovido del que han conseguido extraer todo su jugo y un poco más. Giras y más giras, un DVD /disco en directo para inmortalizar semejante momento único… y por fín nuevo LP. “Night is the New Day”, sin duda uno de los lanzamientos con mayor expectación del año en el mundo del metal, tiene la difícil papeleta de superar a sus antecesores, cosa que cada uno anteriormente hizo, El más difícil todavía, vaya.

Sin prisa alguna y sin tapujos a la hora de retrasar el lanzamiento tantas semanas como fuera falta, Jonas Renske y sus KATATONIA regresan con este “Night is the New Day”, un trabajo que ya solo por la portada y el título nos inspira oscuridad, más incluso que “The Great Cold Distance”. Por derecho propio, KATATONIA se han convertido en maestros de crear atmósferas, de evocar pasajes fríos, húmedos e inhóspitos con tan solo hacer puntear una guitarra. Un don, dirían muchos. Lo cierto es que la fórmula funciona, y vaya si funciona. La misma ha sido explotada hasta la saciedad en “Night is the New Day”, con muchísimos pasajes de este tipo incrustados en casi todos los temas. Asi pues en primer término diremos que es un disco más pausado que “The Great Cold Distance”, notablemente menos guitarrero y mucho más centrado en la voz de Renske, las guitarras semi-acústicas y los teclados, por este orden.

Estilísticamente KATATONIA siguen tan rematadamente complicados a la hora de definirles, pero nos reiteramos, las etiquetas se crearon para agrupar, para ayudar al que escucha a hacerse una idea previa de qué es lo que oirá… por lo tanto, ellos no necesitan tales etiquetas, puesto que ya de por sí su música es suficientemente personal e inconfundible. ¿Depressive rock? Pamplinas. Lo de KATATONIA es MÚSICA, sí, con letras mayúsculas, porque cada nota, cada estrofa o estribillo tienen sentido en primer lugar dentro de la canción en particular y en segundo dentro del disco en general. Son un total de cuarenta y ocho minutos, sin contar el bonus track de la edición sueca, una traducción al sueca del “Departer”, que se hacen realmente cortos, pero cuidado, su lentitud y excesivas melodías en determinados momentos pueden hacer que no entre a la primera si lo que se busca es una sucesión de temas tipo “Deliberation”, “July” o “My Twin”. Aquellos temas como dijimos en su día se caracterizaban por estribillos pegadizos y con predominancia de guitarras en distorsión, en la línea de “Tonight’s Decision” en adelante. En “Night is the New Day” encontraremos mucha menos distorsión, y muchos menos estribillos de los que se te pegan al instante, lo cual pudiera decepcionar en una primera escucha. Encarecidamente se recomienda una segunda, tercera, cuarta y las que hagan falta, porque este es uno de esos trabajos que gana más y más con las escuchas.

Decíamos que “Night is the New Day” es un LP menos guitarrero, pero hay algunas excepciones. “Forsaker”, el primer single, va mucho más en la onda de “The Great Cold Distance”, pero pudiera crear ideas equívocas a quienes solo hubieran escuchado esa canción. Estribillo pegadizo pudiera considerarse el de “The Longest Year”, aunque es de los pocos elementos que se relacionan directamente con el anterior LP. “Idle Blood” sin embargo empieza a esbozar las líneas de la innovación y evolución que el octavo disco de KATATONIA lleva consigo. Podría asociarse con temas tipo “Omerta” (genial por cierto), pero lo justo sería aislarlo y describirlo brevemente como un tema de guitarras acústicas y voz, sobre una delgada base rítmica. Simplemente exquisito.

El buen gusto, sutileza y grado de refinamiento de los temas de “Night is the New Day” vuelve a hacerse patente en “The Promise of Deceit”, cuyo inicio es casi digno de Iker Jimenez. Sin embargo, “Liberation” nos recuerda mucho más a discos anteriores, con más guitarra y unos esquemas más parecidos por ejemplo a los de “Consternation”. Pero es “Departer” sin lugar a duda el tema más extraño de todos, un tema sin precedentes, que no se parece a nada que hayan hecho antes jamás. Con una base programada a veces, batería baja otras, Krister Linder (ENTER THE HUNT) Y Jonas Renske protagonizan un dúo vocal sutil y casi susurrado, en un tema como digo íntimo y para nada metálico. Hablaría de “Onyward into Battle” y su estructura, de “Inheritance”… “Night is the New Day” en definitiva, posee la misma calidad o más que sus antecesores, y a pripri y bajo mi juicio tan solo será cuestión del lector que unos les gusten más que otros.

Quisiera cerrar la crítica recordando unas palabras que emitió hace varias semanas el señor Akerfeldt de OPETH al respecto de “Night is the New Day”. De él dijo ser “el mejor disco de heavy que había escuchado en los últimos 10 años”. Sabida por todos la gran amistad que les une a ambos (comparten banda en BLOODBATH), es de justicia quitarle hierro al tema, obviamente tampoco vamos a rasgarnos las vestiduras, aparte del hecho evidente de que no podemos hablar de “heavy” al menos según se entiende en este país (SAXON, IRON MAIDEN, MANOWAR etc.). Pero cuanto menos, si es para quitarse el sombrero la perseverancia y el altísimo nivel que KATATONIA mantienen desde hace tantos años, reinventándose, evolucionando de manera lógica y estructurada y siempre paso a paso firmes. En esta ocasión, estamos ante un disco menos guitarrero, más centrado en las melodías sobre todo vocales de Jonas pero también de guitarras y teclados. “Algunos temas podrían incluirse perfectamente en un disco en solitario de Renske”, decía por ahí uno. Razón no le falta, y ello prueba el alto grado de protagonismo de un señor que se tiene que quitar de encima los músicos que quieren plasmar su voz a modo de colaboración en sus álbumes. Pero el resultado es por justicia producto de la colaboración de todos y, además, motivo sobrado para volver a darles la enhorabuena. Tras el insulto hacia su persona que supuso su actuación de Fuenlabrada en Septiembre, ya se les espera de gira. Ojalá sea pronto. 

 

Raúl del Amo (rauldelamo@themetalcircus.com)

Grupo:Katatonia

Discográfica:Peaceville Records

Puntuación:8.7

Canciones:

  1. Forsaker
  2. The Longest Year
  3. Idle Blood
  4. Onward into Battle
  5. Liberation
  6. The Promise of Deceit
  7. Nephilim
  8. New Night
  9. Inheritance
  10. Day and then the Shade
  11. Departer
  12. Ashen (bonus track)

Año:2009