Si no te sale una sonrisa cuando Roth se congratula diciendo “look at all the people here tonight” al final de “Hot for Teacher” es porque nunca has entendido a Van Halen. O el Rock, en general.

Tan solo treinta y siete años han tardado Van Halen desde su primera referencia en el mercado en editar un disco en directo con su vocalista más reconocido, el gran David Lee Roth. Algo bastante inusual en una banda del calibre de Van Halen pero quien los sigue ya sabe que los de Pasadena nunca han sido una banda al uso y en eso reside su principal valor. Heavy Metal, swing, ecos de la Motown, jazz, rock progresivo y pop dulzón conforman el legado de una de las últimas bandas verdaderamente originales que salieron en la eclosión del heavy metal de finales de los 70. De las que revolucionaron el mundo, vaya. Y sino, recordad como en los 80 cualquier guitarrista que se preciase quería ser una sola cosa: Eddie Van Halen. Pero cuando uno ve un show en directo de Van Halen entiende porqué han tardado tanto tiempo en editar un directo con Roth mientras que cuando su vocalista era Sammy Hagar apenas tardaron un par de años en editar un video en directo y seis o siete en editar un disco en directo. Ver a David Lee Roth sobre el escenario es como ver a un niño con un problema de déficit de atención e hiperactividad. Algo que en el contexto de un show en directo -o incluso un DVD en directo- es viable porque la energía visual acompaña a la improvisación y locura generalizada de Roth sobre el escenario. Pero en un disco en directo, donde no existe contrapunto visual, escuchar a Roth saltarse las estrofas a su antojo, cambiar la tonalidad de las partes que canta o grita “wooohoooo” cada poco, puede ser enervante.  Así pues, escoger el show adecuado para que Van Halen suenen bien y su vocalista cante todo lo que podría considerarse necesario para darle sentido a la canción no es tan fácil.

De hecho, el guitarrista declaró hace poco que la labor de repasar los shows grabados durante la última gira  y escoger el más adecuado recayó en Roth, pues era el elemento más variable de una noche a otra. Finalmente el concierto escogido fue el del Tokyo Dome en Junio de 2013, ciudad en la que Roth reside temporalmente hace unos años cuando no está de gira y donde se ha dedicado a aprender japonés -el ansia por el conocimiento de este tipo era y es asombrosa. De hecho, Roth no duda en dirigirse al público nipón en su propio idioma de manera bastante articulada en distintos momentos del concierto lo cual es, cuanto menos, curioso.

El show del Tokyo Dome  es tremendo. El set-list integro del concierto no tiene desperdicio y la banda suena como un trueno a lo largo de todo el directo. Lejos queda aquel Eddie errático de la gira de reunión con Sammy Hagar de 2004, totalmente carcomido por el alcohol y las drogas. En la actualidad Eddie es una maquina de precisión quirúrgica, como siempre había sido. Sus solos a lo largo de todo el directo son épicos y fieles a los originales y sus murallas de guitarra finales en temas como “Hot for Teacher”, “I’ll Wait” o “Mean Street” son suficientes para hacerte saltar y poner el volumen al máximo. Si bien es cierto que se trata de unos Van Halen más cuadriculados y menos dados a la improvisación de los 70 u 80, la banda sigue siendo tremendamente original en directo y aporta justo aquello que antiguamente se buscaba en los conciertos: frescura y espontaneidad, en lugar de una fiel réplica de los discos y sus sonoridades. El ascenso de Van Halen como jam y voer band en California en los 70 les permitió tener esos valores grabados a fuego en su identidad musical y ya nunca se han desprendido de ellos.

Molesta ocasionalmente que se haya embellecido el directo con un sonido de público totalmente ajeno al show en cuestión -cualquiera que haya estado en un concierto en Japón o haya escuchado cualquier otro directo sin retoques de público sabe como suena un público japonés respecto al occidental – pero se entiende que es para darle realce al asunto. En cualquier caso, es un directo con magia y energía, algo que no suele ser el caso con las bandas de la quinta de Van Halen, cuyos discos en directos tienden a sonar lineales y aburridos si se comparan con los viejos buenos tiempos. “Live At Tokyo Dome” hace justicia a unos Van Halen en gran estado de forma, lleno de pequeñas chucherías como “I’m the One”, “Women in Love”, “Hear About it Later” o “Beautiful Girls”, y con una banda compenetrada donde Alex y Eddie Van Halen llevan la batuta, Roth pone la pomposidad y Wolfgang, el hijo de Eddie, aporta una base de bajo tremenda.

Si no te sale una sonrisa cuando Roth se congratula diciendo “look at all the people here tonight” al final de “Hot for Teacher” es porque nunca has entendido a Van Halen. O el Rock, en general.

Discográfica:Warner Music

Puntuación:9

Canciones:

  1. Unchained
  2. Runnin’ With The Devil
  3. She’s the Woman
  4. I’m The One
  5. Tattoo
  6. Everybody Wants Some
  7. Somebody Get Me a Doctor
  8. China Town
  9. Hear About it Later
  10. Oh Pretty Woman
  11. Drum Struck
  12. You Really Got Me
  13. Dance The Night Away
  14. I’ll Wait
  15. And The Cradle Will Rock
  16. Hot For Teacher
  17. Women in Love
  18. Romeo Delight
  19. Mean Street
  20. Beautiful Girls
  21. Ice Cream Man
  22. Panama
  23. Eruption
  24. Ain’t Talkin’ ‘Bout Love
  25. Jump

Año:2015-03-31

Votación de los lectores:5