Hardline: Human Nature

Quizá esa es la única pega que se le puede poner al disco: la producción es muy limpia y actual lo que hace que temas con mucha pegada pierdan cierta calidez.

Un disco de Hardline siempre es una delicia, se mire por donde se mire. La voz de Johnny Gioeli es la voz esencial del hard rock: melódica, áspera y versátil. Es un tipo que rinde siempre, en todos los proyectos en los que se mete. Sea con Axel Rudi Pell, con Hardline o con Crush40 y la música de videojuegos, Gioeli siempre ha sido un grande. Precisamente sorprende que el tipo siga interesado en hacer música, considerando que la vida no le ha ido especialmente mal y siempre se ha dedicado a múltiples negocios con su hermano Joey, quien dejó de militar en la banda allá por el 2003. La banda, en sí, ha tenido tres oleadas separadas en el tiempo. Una primera y la más celebrada, donde Gioeli unió fuerzas con Neal Schon de Journey para el disco “Double Eclipse” de 1992. Una segunda que supuso el retorno de Hardline entre 2002 y 2003 y una tercera y más continuada que da comienzo en 2009 con “Leaving the End Open” y llega hasta nuestro días con este nuevo “Human Nature”. Parece que finalmente Gioeli ha decidido priorizar Hardline un poco en su carrera y los fans del hard rock melódico no podemos sino estar de enhorabuena.

“Human Nature” es un disco tan bueno como cabe esperar. Desde el inicio con “Where Will we Go From Here” hasta el cierre con “Fighting the Battle”, no hay un tema que se pueda desperdiciar. Desde las baladas épicas como “Human Nature” hasta el hard rock veloz y positivista de “Running on Empty” todo parece sacado del Gran Libro de Estilo del Hard Rock Melódico. Las grandes baladas y medios tiempos son posiblemente de las mejores que han producido Hardline (“Where the North Wind Blows” suena a “Separate Ways” de Journey en algunos momentos) y es probablemente donde la voz de Gioeli brilla con más autoridad. En los temas más agresivos como “The World is Falling Down” es imposible ignorar la potencia de la base rítmica que conforman Francesco Jovino y Anna Portalupi, aunque se echa de menos un sonido algo más orgánico en la batería. Quizá esa es la única pega que se le puede poner al disco: la producción es muy limpia y actual lo que hace que temas con mucha pegada pierdan cierta calidez. Por lo demás, uno de los mejores lanzamientos de hard del año. Como no podía ser de otro modo.