The Tangent: Proxy

Han pasado dieciséis años desde la formación de The Tangent, una de las bandas de referencia de rock progresivo más importantes del panorama musical.

El pasado 16 de noviembre publicaron su décimo álbum, ‘Proxy’, que mantiene la estructura de los discos anteriores: pocos temas, pero bastante largos. Las canciones fueron compuestas durante la gira que hicieron con Karmakanik entre 2017 y 2018, dato a destacar ya que quiere decir que todos los miembros de la banda han podido formar parte del proceso de composición de su décimo trabajo, habiendo obtenido como resultado final un disco de notable alto.

No ha pasado demasiado tiempo desde que sacaron al mercado ‘The Slow Rust of Forgotten Machinery», un álbum lleno de crítica a la política, a la sociedad y, en general, al mundo podrido y desesperanzador en el que vivimos. Como era de esperar, la banda liderada por Andy Tillison no ha despolitizado sus letras, siendo bastante claras y directas.

Ya en la primera estrofa del primer tema, que es homónimo del disco, anima a los oyentes a que luchemos entre nosotros para ayudar a los “maestros del mundo”, a la gente poderosa, a tener un mayor control sobre él. Durante los dieciséis minutos de duración se van notando influencias directas de Egg, Camel, ELP y King Crimson, aunque han metido algunos giros inesperados que le dan un toque fresco que se agradece bastante.

Es una pieza llena de jazz, melodías de flauta, solos de bajo, teclados muy bien definidos y una emoción muy intensa para los amantes del rock progresivo. Eso sí, no es una canción hecha para cualquier persona: si no te gustan los temas largos y el rock progresivo, no vas a descubrir un mundo nuevo con The Tangent – Proxy. Como decían los literatos del Modernismo, no todo el mundo es capaz de apreciar el arte, aunque nosotros no somos tan pedantes, así que, si no te gusta, te pones otro disco y listo.

España ha sido una fuerte influencia para la composición del álbum

Para quienes quieran seguir con la escucha, el segundo tema es “The Melting Andalusian Skies” y ronda los nueve minutos. Es una canción instrumental que, como bien indica su nombre, recuerda tanto a nuestra tierra, a esa Andalucía aflamencada, tan rítmica y con un sonido tan jovial. Algunos de los instrumentos que se dejan oír también son marca España, yendo de guitarras españolas hasta castañuelas. De nuevo, no es recomendable para quien no le guste este tipo de música, pero si eres de instrumentales con mil ritmos, sin llegar a ser frenéticos y desenfrenados, esta es tu canción del disco.

Turno del tema más corto del álbum, “A Case of Misplaced Optimism”, probablemente la pieza más fiel a las raíces de The Tangent. Se trata de un jazz en el que los bajos tienen un protagonismo capital, sin menospreciar el sonido del saxo y las voces de Tillison y Göran Edman. El título de la canción, que en castellano sería «un caso de optimismo fuera de lugar», fue elegido de forma irónica: al final de la canción se preguntan a sí mismos si realmente son felices para después preguntárselo a un hombre que suponemos que sí, ya que en el último verso le pide consejo para poder serlo también. No obstante, toda esta parte tiene un contraste muy fuerte con lo que la parte instrumental podría transmitir por sí sola: es un ritmo alegre, movido y bailable.

“The Adulthood Lie” es el segundo tema de dieciséis minutos del disco. Tiene un total de seis partes: algunas con voz, otras sin ella. La primera, “A Missed Opportunity in Ibiza”, es un memorándum de su paso por Ibiza: habla de los DJs, de bailar en la playa, de fiesta… de hecho

ese “capítulo perdido” del que habla seguramente sea por haber tenido demasiada. Es la segunda canción inspirada por tierras españolas, aunque por lo demás, no tienen absolutamente nada que ver la una con la otra. Hay quien interpreta que Tillison se arrepiente de seguir un estilo musical antiguo, que perfectamente podría haberle impedido vivir todas las experiencias que cuenta de Ibiza. La letra de la canción no para de intentar darle el empujón a la vida ibicenca, “aún hay tiempo” es el único verso de la quinta parte.

No obstante, y aunque el ritmo sea relativamente movido y acelerado, no es una canción que te pondrías en una fiesta ni de lejos. El instrumental solo encaja con la letra por su ironía. En esta canción, los músicos de The Tangent desean salir de sus vidas para revivir todo lo vivido en Ibiza, pero la parte instrumental nos hace comprender que es algo imposible que nunca sucederá, que por mucho que lo deseen, están atrapados en su estilo “antiguo” y “pasado de moda”.

Encabezando la recta final, nos encontramos con “Supper’s Off”, probablemente la canción más accesible al público del álbum. De nuevo, la canción empieza con una banda cansada de los tiempos que corren, añoran el pasado. El principio del tema es una vista atrás de cosas que sucedieron cuando ellos nacieron, como el primer paso del hombre en la Luna, las entradas gratuitas a festivales de rock, el poder llevarte a éstos tu propia bebida… El ritmo con el que recuerdan cada hecho es bastante rítmico y melódico, no es una de esas miradas tristes y deprimentes al pasado que nos tienen acostumbradas otras bandas, es más bien un “qué mierda vivir en el presente, pero qué le vamos a hacer”. Eso sí, esta vez la letra es más hablada y recitada que cantada.

Un buen disco a punto de convertirse en «La Historia Interminable»

Para cerrar el disco, The Tangent vuelven a la carga con un instrumental de más de diez minutos, «Excerpt From «Exo-Oceans»». No tiene una línea rítmica o melódica central, sino que el tema es una yuxtaposición de varios estilos que se van intercalando a lo largo que pasan los minutos. El protagonista de la canción, por tanto, depende del minuto en el que te encuentres. Unas veces será el teclado, otras la batería… incluso el silencio es vital en la mitad de la canción. Musicalmente hablando es un buen tema, pero no creo que sea un buen cierre de disco: te deja con una buena sensación, pero no con ganas de más, de ponértelo de nuevo o incluso de buscar otras canciones de discos antiguos de The Tangent. La canción podría haberse resumido y habría sido bastante mejor, pero casi parece un político: habla mucho, mucho rato, pero no cuenta nada especial.