Sister: Vengeance Ignited

Después de cinco años de silencio, los suecos atacan de nuevo con su sonido crudo, callejero y pandillero, con matices glam y punk.

La banda sueca Sister nos tenía acostumbrados a un lanzamiento cada dos o tres años. Así había ocurrido con sus tres primeros trabajos (‘Hated’ en 2011, ‘Disguised Vultures’ en 2014 y ‘Stand Up, Forward, March!’ en 2016). Parece ser que para este cuarto álbum se lo han tomado con más calma. Sea como sea, este ‘Vengeance Ignited’ consta de 10 temas con una duración media de algo más de tres minutos y medio y una duración total de treinta y seis minutos, muy en la línea de los anteriores trabajos del cuarteto y en los que predomina el carácter divertido por encima del virtuosismo (cosa que no significa que nadie sea un músico mediocre, vaya por delante).

Si hubiera que definir el sonido de Sister en general y el de ‘Vengeance Ignited’ en particular, a grandes rasgos, diríamos que es como si Misfits y Mötley Crüe hubieran tenido un retoño bastante macarra. No obstante, Sister es algo más que eso. Es indudable que esta banda procedente de la capital sueca tiene una importante parte punk, pero no menos importante es su lado glam, sleaze, y todo ello coronado con la guinda de una voz rota, incluso a veces gutural, que hace pensar en el metal extremo o en el death n’roll.

Diez formas de pasarlo bien

El pistoletazo de salida lo da “Bring Out The Dead” un tema cuyo riff y cuyo ritmo, no demasiado acelerado, recuerda a aquella “Rocket Queen” que, allá por 1987, ponía el punto final al disco debut de Guns n’Roses. Después de este suculento aperitivo, la homónima “Vengeance Ignited” nos devuelve al punkarreo más siniestro, típico de la banda, con un estribillo, no obstante, lento y pegadizo.

Tras el tema que da nombre al disco, nos encontramos con “Spitfire”, el primer plato fuerte, una demoledora descarga de potente materia oscura que da paso a “Scream For Pleasure”. Tras este título tan sugerente se esconde un tema muy ochentero que rebosa desparpajo y (por increíble que parezca) optimismo.

El siguiente corte de ‘Vengeance Ignited’, que lleva por título “Psycho Thrilling”, nos devuelve a los tintes oscuros y siniestros enmarcados, al igual que en “Primal Rage”, en un ritmo relativamente lento y en un estribillo muy fácil de recordar.

“Die With A Smile” es otro tema al estilo “Scream For Pleasure”, con un ritmo ágil, tintes optimistas y una melodía que se te queda tatuada en el cerebro. Con ella damos paso a “Walk With Me”, otra potente descarga de heavy metal siniestro a cañonazos.

El punto discordante del disco lo pone “Whispering Winds”, un tema que comienza con la voz rota de Jamie Anderson cantando a capella con el único acompañamiento de un piano, a modo de balada, y todo sea dicho, fallando en algunas notas y en algunos matices. Tal vez la melodiosidad del piano no hace buenas migas con una voz tan cercana al growl del metal extremo. A pesar de ello, el tema gana muchos enteros en el momento en que el resto de la banda hace acto de presencia.

Una vez sorteado este pequeño exabrupto, llegamos al tema que cierra el disco. “One Last ride” es tal vez el tema más macarra, chulesco y vacilón de todo el disco, y no cabe duda de que consigue su objetivo de dejar un excelente sabor de boca al oyente que haya llegado hasta este punto. Una vez finalizado, ya sólo queda salir a la calle a buscar bronca.

Un excelente ejercicio de actitud

Está claro que para triunfar en la música es más importante llegar al público que ser un virtuoso. A lo largo de la historia de la música hemos visto innumerables ejemplos de artistas que han hecho carrera por méritos más bien “extramusicales”. Con esto no quiero decir que ‘Vengeance Ignited’ sea un trabajo mediocre, ni mucho menos. Tiene riffs potentes, variedad rítmica, solos, una cuidada producción… pero tal vez el rasgo que más puede caracterizarlo es la actitud.

‘Vengeance Ignited’ es un disco para aquellos que no buscan florituras, virtuosismos absurdos o temas de veinte minutos. Este nuevo trabajo de Sister es directo, bruto y apabullantemente oscuro, y ese es su principal valor. Quizá flaquea un poco a la hora de mezclar influencias de tantos lugares diferentes, pero este es un pequeño pecado que, tras un par de escuchas atentas del disco, se puede perdonar.