La frase célebre de estar en el lugar correcto y en el momento correcto siempre ha sido de las más atinadas de la historia. Y en la historia musical es una ley y una fortuna que pocos artistas o bandas llegan a tener y a domar cuando les llega. Para las bandas de rock o metal ese tipo de frases (no siempre) determinan su carrera; como Acres y su nuevo disco.

‘Burning Throne’ nos muestra cómo suena un disco a destiempo generacional. La banda sigue viviendo en un 2010 y vendiendo la misma fórmula que muchos aprovecharon hace ya más de 13 años. Tomarse “demasiado” tiempo para lanzar música nueva o tardarse y de repente querer solucionar todo con hacer singles en exceso también ya no es buena idea o negocio, según quien lo quiera ver o producir. Siempre hay elementos en la popularidad musical de una banda en el tiempo que están fuera de su control y más allá de sus capacidades reales para resolverlas; o sus ganas de sobresalir en la industria musical son pocas.

Es claro cuando una banda hace esto por hobbie, y es muy claro cuando bandas que llevan años en esta industria y ya no tienen nada que demostrar, como los Red Hot Chili Peppers, y sacan hasta dos discos en menos de un año. Pretextos hay muchos: las pandemias, el impulso de ser bandas nuevas, la mediana fama, las tendencias, el marketing, las nuevas plataformas musicales o redes sociales para promocionar la música actualmente pueden romper o hacer que tu carrera musical despegue desorbitadamente o se hunda o ni siquiera se tome en cuenta y pase desapercibida.

Hay bandas más inteligentes que tienden a montar una ola gigante o un sonido hasta que ya no sea popular antes de saltar a la siguiente ola, al parecer es la estrategia de Acres. Si bien no es una receta difícil para el éxito, esta «tendencia de salto de tendencias» le ha permitido que, al igual que muchas bandas, sigan «sobreviviendo» con lo mínimo. Son bandas clandestinas voluntarias, de esas que no salen de sótanos oscuros y polvorientos y de repente se les puede ver recorrer los escenarios de festivales europeos o americanos sin mucho prestigio.

Sin saber a donde ir

‘Burning Throne’ es un disco muy vacilante. Se percibe un Acres parado en una intersección de vías sin saber qué giro tomar o si seguir de frente o regresarse o seguir ahí parados viendo como todos van con rumbo fijo, otros van lento pero positivos, otros a máxima velocidad y, finalmente, ellos toman un giro de 180 y conducen de regreso a lo mismo.

Este disco no es tanto el resultado de una progresión gradual y orgánica (lo que la mayoría llamaría una banda que madura o experimenta con su sonido), sino un alejamiento de las pocas o muchas cosas de lo que la banda, quizá, hizo tan bien en sus días iniciales. No se alejan de sus orígenes ni para bien, ni para mal.

El resultado final se parece muy poco a la banda que llegaron a valorar y apreciar sus pocos seguidores. Es mucho más el parecido a una copia barata de una banda «mediana» o del intento de muchas de las bandas de metalcore, que no consiguieron destacar junto a los Linkin Park y los Korn, del 2010 y que no triunfaron con esa pose de ser dramáticos y vanguardistas en aquellas épocas. ‘Burning Throne’ simplemente no es lo competentemente enérgico como para sostenerse por sí solo contra la ola que tan exasperadamente tratan de montar.

Fórmulas caducadas

Han surgido bandas y discos en estos (casi) tres meses del año en curso que están entregando trabajos y canciones realmente aplastantes y que están a un nivel exageradamente lejos de lo que se plasma en este álbum rojo. Es casi como si Acres quisiera diferenciarse y destacarse con ciertos «soniditos», con ciertos «aires», pero olvidó lo que los otros ya forjaron y percibieron con esas mismas formulas desde hace tiempo.

Hay ciertas ideas, hay pequeños avistamientos como en «The Death Of Me» y sus bien captados juegos de voces. Pero nos sirven el plato con lo mismo (“Into Flames”, “Feel Anything”) y con todas las fórmulas caducadas de un género sobresaturado de lo mismo y haciendo colaboraciones con los mismos que también ya solo sobreviven de lo mismo desde el 2005. Obviamente el escucha termina asqueado.

Lo peor, es que estas bandas saben que llevan años de retraso en esta misma directriz. Quizá, irónicamente, lo único que puede ayudarles y realmente se “destacaría” es lo anticuado que suena todo el disco. No hay variantes, no hay cambios bruscos, no hay sorpresas, no hay suficiente variación en los estados de ánimo, ni en el estilo, ni en el sonido. La ejecución de este disco es para mantener a la audiencia «entretenida», comportada y transportada a sus momentos adolescentes.

‘Burning Throne’ se esfuerza tanto por transportar al oyente y evocar sentimientos de pérdida y soledad, pero su entrega es demasiado unidimensional para servir a un propósito tan multifacético. Lo que nos queda es una banda que juega con un estilo que nunca fue del todo propio y un sonido que está ridículamente desactualizado y varios años después de su fecha de vencimiento.

Tim Drake

Grupo:Acres

Discográfica:A Wolf At your Door Records

Puntuación:5

Canciones:

  1. Nothing
  2. Burning Throne
  3. Hold On
  4. The Death Of Me
  5. Visual Hallucinations
  6. My Everything
  7. Feel Anything
  8. Into Flames
  9. When You're Gone
  10. Lost In Our Own World

Año:2023-03-03