Lo que hace unos meses no habría sido otra cosa
salvo una broma de muy mal gusto ha acabado por convertirse en realidad; Los
suecos CANDLEMASS han publicado un nuevo disco con su line-up clásico de finales
de los 80’s, o lo que es lo mismo, Leif Edling al bajo, Messiah Marcolin a
las voces, Lars Johansson y Mappe Bjorkman a las guitarras y Jan Lindh a la
batería. Tras anunciar su separación definitiva hace unos meses, Leif Edling
publicó en su página web a finales del año pasado que la banda se había replanteado
la situación y que iban a volver con un nuevo disco de estudio bajo el brazo,
con Messiah al frente y con un contrato con Nuclear Blast sobre la mesa. Sin
duda, las cosas no podían pintar mejor.

Desde entonces todo ha ido rodado. CANDLEMASS entraron 10 días en los Polar
Studios de Estocolmo para dar vida a este "Candlemass", tocarían por
primera vez en España en el marco del festival Atarfe Vega Rock y actualmente
se encuentran de promoción por media Europa dando a conocer los detalles de
su nueva andadura musical (Si nada se tuerce, www.TheMetalCircus.com se desplazará
en breve hasta Madrid para estar presente en dicho acto promocional). "Candlemass"
es un trabajo soberbio, repleto de esa esencia que solo esta banda ha sabido
imprimir a su música a lo largo de los años y posee todos los elementos que
uno desea y sabe de sobras que se va a encontrar en un disco de CANDLEMASS cuya
salida y line-up clásico ha sido anunciado a bombo y platillo precisamente para
eso, para que todo el mundo tenga bien claro qué es lo que se va a encontrar.
Pero lógicamente, tras 15 años sin meterse todos ellos en un estudio para perpetrar
una obra musical, los resultados son bien distintos a los obtenidos en el pasado,
aunque la voluntad que se esconde tras ellos sea la misma.

"Candlemass" es menos de lo que habría deseado pero sin duda mucho
más de lo que realmente  esperaba, ya me entienden ustedes, para que
nos vamos a engañar. Con 4 discos de estudio en su haber editados entre 1986
y 1989, a cada cual mejor y más solemne, la banda sueca dejó un legado imborrable
cuyo peso e influencia en las corrientes metálicas que estaban por llegar
resultaría innegable. Con semejantes credenciales, cualquier trabajo que hubiesen
editado CANDLEMASS con la misma formación de hace 15 años, en el año 2005,
irremediablemente habría sufrido las comparaciones con sus 4 primeras obras,
y eso me van a perdonar ustedes, conlleva a tener todas las de perder.

Si las cosas en el seno de CANDLEMASS no funcionaron bien en el pasado se
debía básicamente al choque de egos entre Leif Edling y Messiah Marcolin,
los 2 motores principales de la banda. El resto de miembros, Lars Johansson,
Mappe Bjorkman y Jan Lindh siempre tuvieron un papel secundario y no formaron
parte implicada de la separación del grupo a principios de los 90’s, de hecho,
hasta formaron una banda de power metal juntos llamada ZOIC. Por lo que, en
el momento en el que Leif y Messiah se ponen de acuerdo en qué rumbo ha de
seguir la música de CANDLEMASS, el resto es coser y cantar.

"Candlemass" representa a cada uno de sus 4 primeros discos. Posee
desde la oscuridad y la crudeza de "Epicus Doomicus Metallicus"
hasta la "comercialidad" de "Tales of Creation" pasando
por las grandes dosis de componente épica que tenía "Nightfall",
todo ello mezclado en cantidades que a mí personalmente, no me han acabado
de convencer del todo. A título personal, hecho más en falta las partes más
épicas de CANDLEMASS. No es que estos pasajes concretos no aparezcan por ningún
lado, ni mucho menos, pero creo que no poseen la importancia que en el pasado
tenían. Ahora parece como si tuvieran su lugar concreto en el esqueleto de
la canción, pero no fueran el foco de atención principal del tema cuando antes
sí que era así, ¿Recordáis "Under the Oak", "Samarithan",
"Tales of Creation", "At the Gallows End" o "Solitude"?
Pues intentar por un momento memorizar la parte concreta y puntual que más
os atrae de esos himnos inmortales, seguramente coincidiréis conmigo que los
momentos álgidos de esos temas se daban en las partes más épicas. De cualquier
forma, esto es un detalle insignificante que seguramente casi nadie apreciará,
una teoría barata que me acabo de sacar de la chistera y que resulta tan prescindible
como poco objetiva. Y ya puestos, hablando de teorías, vamos a formular otra
todavía más rebuscada que sin embargo, no carece de sentido. Tiempo atrás,
la inmensa mayoría de los temas de CANDLEMASS se aguantaban sobre una serie
de riffs muchos de los cuales, no eran más que una consecución de notas bastante
graves que, casualmente, siempre eran las mismas en diferente orden. Ahora
sin embargo, los riffs de CANDLEMASS se centran más en recrear acordes de
quinta, lo que, por muy insignificante que parezca, produce una sonoridad
distinta a la de sus años dorados, fíjense y llámenme paranoico-esquizoide,
pero yo lo veo así.  Por lo general, CANDLEMASS han ganado en dureza
mientras que han perdido en cuanto a partes melancólicas se refiere. El tempo
de las canciones es bastante más "rápido" (si es que esta palabra
puede asociarse al sonido de CANDLEMASS) que en el pasado y la voz de Messiah
nos muestra registros nuevos, algunos más acertados que otros. El trabajo
de Lars y Jan a las 6 cuerdas se mantiene muy similar al clásico, con la misma
presencia de punteados, algunos de ellos muy meritorios, y con un sonido bastante
más cristalino que el que nos tenían acostumbrados.

Sé de sobras que han pasado 15 años y las técnicas de grabación han mejorado
mucho, pero yo particularmente hecho en falta aquel sonido tan crudo y crujiente
de guitarras que poseían "Nightfall" o "Tales of Creation"
por ejemplo. En definitiva, "Candlemass" suena a CANDLEMASS por
los 4 costados, el resto son pequeñas apreciaciones mías regidas por mi gusto
personal y mis opiniones referentes a los diferentes elementos que conforman
el sonido y la grandeza de esta gran banda sueca. Siendo CANDLEMASS una de
mis 3 bandas favoritas de metal, es lógico que intente analizar con lupa mucho
más este disco que cualquier otro de los 4356 discos promocionales que rebosan
de mi mesa en este mismo instante. Por ello, les invitaría a que antes de
fiarse de alguien tan impresentable como el que esto escribe, acudan con carácter
de urgencia a su página web o la de Nuclear Blast y se descarguen el material
necesario para poder opinar con propiedad (Comprarse el disco también sería
una opción muy recomendable).

"Candlemass" se abre con la que es definitivamente la mejor pieza
del disco, la cañera "Black Dwarf", tema que te recordará enormemente
a "Dark Reflections" de su "Tales of Creation", con un
riff principal muy sencillo compuesto de 4 acordes, tan aplastante como el
del mencionado tema, algo más rápido, directo y brutal y con un solo de Lars
Johnasson a la altura de las circunstancias. El trabajo vocal de Messiah roza
la perfección soltando unos gorgoritos semi-guturales en el estribillo del
tema que encajan de forma sublime. Como casi todos los temas de CANDLEMASS,
la estructura de "Black Dwarf" posee 3 riffs contados, el principal
sobre el que se sostiene el estribillo, el puente que nos lleva a él y otro
de carácter más épico con una serie de arpegios de guitarra bastante envolventes
y emotivos. "Seven Silver Keys" nos devuelve a los CANDLEMASS más
descaradamente Doomies, lentos, agónicos y sobretodo, ¡Épicos!. El riff que
abre el tema podría haber salido de "Epicus Doomicus Metallicus"
perfectamente, mientras que el estribillo posee esos arreglos atmosféricos
en forma de teclados que Leif siempre supo colocar en las partes clave de
sus temas más memorables, léase por ejemplo "Tales of Creation",
cuyo parecido con esta "Seven Silver Keys" es más que casual. Tras
otro fantástico solo de Lars Johansson, aparece un riff de los mejorcitos
de todo este "Candlemass" que te recordará bastante a los BLACK
SABBATH de su época de finales de los 80’s, con esa majestuosidad propia de
las composiciones que Tommi Iommi solía facturar por entonces.

"Assassin of the Light", salvo en su riff inicial, es un plagio
descarado de "Well of Souls", con el mismo tipo de riff "destroza-cabezas"
y con la misma intensidad, aunque con un estribillo algo más flojo que el
del tema mencionado. Y ya hablando de estribillos, estos resultan el gran
"pero" de este disco. De no ser por lo típicos y poco resultones
que algunos de ellos son, créanme que le habría encasillado una nota mucho
más alta a este disco. En la parte central de "Assassin of the Light"
aparece una nueva parte épica bastante lograda con un colchón de teclados
los cuales, a diferencia de anteriores entregas discográficas, hacen acto
de presencia en el 100% de los temas, algo que hará más accesibles sus temas
para todos aquellos que no conciben la música sin teclados o melodías cargadas
de sacarina y que sin embargo, pondrá de los nervios a los que creen que CANDLEMASS
murieron tras "Epicus Doomicus Metallicus" (Perdónales Señor, no
saben lo que dicen…). "Copernicus" es una de las piezas más Doom
de todo este trabajo. El tema se abre de forma un tanto movidita engañando
al oyente puesto que el resto destila una tristeza y una melancolía considerable.
Por momentos me recuerda bastante a los CATHEDRAL de los días de "Forest
of Equilibrium", lentos y agónicos como nadie, sobretodo por el extraño
estribillo. La herencia BLACK SABBATH también es muy notoria, de hecho hay
una parte que se parece bastante al famoso "Black Sabbath". En "Copernicus",
Messiah utiliza un registro de voz en forma de susurro que no le había escuchado
nunca y que queda francamente bien. Como no, el solo de guitarra, con un parecido
descarado al de "Bewitched", nos trae al Lars Johansson de los mejores
tiempos. Tras estos 7 minutos de Doom Metal en estado puro, damos con la instrumental
de turno, de curioso nombre "The Man who fell from the Sky", una
pieza sencilla de corta duración donde la batuta la llevan unas oscuras melodías
de guitarra que desembocan en un riff arpegiado tremendamente desolador. No
llega a los niveles de "Into the unfathomed Tower" (de hecho, no
posee ni un solo de guitarra), pero está a la altura de las circunstancias.
De nuevo otro acierto, simple y conciso.

"Witches" posee otro de esos ritmos headbanging 100 % a lo "Well
of Souls" y sobretodo, unas melodías de guitarra dobladas que ya las
echaba yo en falta, ¿Recuerdas el final de "Tales of Creation"?
Pues eso. Destaca también de este tema un par de riffs muy marcados y machacones
que te traerán a la mente casi seguro "Dark are the Veils of Death".
"Witches" no es el mejor tema de "Candlemass" pero se
deja escuchar. "Born in a Tank" sigue los mismos pasos que "Witches"
o "Black Dwarf" mostrándonos a unos CANDLEMASS más rápidos y heavies
de lo normal, con un estribillo sublime y de nuevo las melodías dobladas de
las que hablábamos antes, uno de los grandes signos distintivos del sonido
de estos suecos, sin duda. Como no, Lars vuelve a hacer de las suyas… Y
es que este señor de aspecto afeminado y piernas infinitas sabe mejor que
nadie como se ha de construir un solo de guitarra, sin grandes e innecesarios
alardes de técnica, pero con el suficiente feeling emocional necesario para
que ese puñado de notas se queden en tu cabeza para ser tarareadas en cada
nueva escucha.

"Spellbreaker" en mi opinión es el mejor tema del disco junto
a las iniciales "Black Dwarf" y "Seven Silver keys". Dicho
tema mezcla a partes iguales el lado más heavy y rápido de la banda con sus
partes más Doomies. El acelerón del estribillo me ha puesto los pelos de punta
repetidas veces, para qué negarlo. De nuevo, vuelven a aparecer a mitad del
tema los teclados que siempre se mantienen en un segundo plano para no molestar
al resto de instrumentos  y a la voz de Messiah. De hecho, si uno no
"acerca" la oreja, difícilmente se percatará de la presencia de
los mismos. Cuando llega el solo de guitarra, me viene a la mente el de "Bewitched"
de nuevo, construido sobre un par de acordes lentos y longevos, está claro
que Lars Johansson tiene un estilo definido y concreto.

 El disco se cierra con "The day and the Night", un tema
de casi 9 minutos que sigue tras varias escuchas recordándome horrores al
tenebroso tema "Streets" de SAVATAGE, lo que son las cosas. CANDLEMASS
siguen en clave de Doom puro y duro, lento, con unos riffs más pesados que
el propio y orondo Messiah Marcolin, aunque sin tanto acierto como en temas
anteriores. Reconozco que "The day and the Night" me parece el tema
más flojo de todo el disco, al final, acaba hasta haciéndose algo cansino.
¿Lo mejor de todo? Los 2 últimos minutos de tema, desprenden una oscuridad
muy "malrollera". Para todos los que os hagáis con la versión inicial
de "Candlemass" en DigiPack, podréis disfrutar del Bonustrack "Mars
and Volcanoes", ¡La segunda parte de "Dark are the Veils of Death"!,
con un Messiah haciendo de las suyas con sus registros más agudos y característicos.

En fin, esto se acaba. Lo mejor para todos los que os pueda interesar el
disco es que lo escuchéis por vuestra propia cuenta y saquéis vuestras propias
conclusiones. Una reseña nunca pretenderá sentar cátedra y mostrar la verdad
absoluta que rodea a un disco, ni mucho menos. Lo plasmado aquí responde al
veredicto que un servidor, fan devoto de CANDLEMASS, ha sacado en claro tras
4 días de escucha ininterrumpidos (bueno, el estar de mudanzas y tener solo
este disco a mano también ha influido en la supremacía que el mismo ha ejercido
sobre mi equpo Hi-Fi, hehehe). Demos la bienvenida pues a los reyes del Epic
Doom Metal, de nuevo, con todos ustedes, CANDLEMASS. ¡Doom or be Doomed!

Javi Metal

Grupo:Candlemass

Discográfica:Nuclear Blast / Mastertrax

Puntuación:8

Canciones:

    1. Black Dwarf
    2. Seven Silver Keys
    3. Assassin Of The Light
    4. Copernicus
    5. The Man Who Fell From The Sky
    6. Witches
    7. Born In a Tank
    8. Spellbreaker
    9. The Day And The Night
    10. Mars And Volcanoes

Votación de los lectores:8