Que un buen día de junio de 2008 iba a estar viendo a TESTAMENT en plenas facultades en un club de Barcelona era algo que no habría imaginado hace seis años. En aquellos momentos Chuck Billy, el vocalista y líder de la banda junto al guitarra Eric Peterson, se encontraba superando un horrible cáncer que casi estuvo a punto de hacernos perder a uno de los vocalistas más destacados del Thrash americano. Pero la suerte estuvo de parte de Billy, quien superó su enfermedad y pudo volver a la carretera y al estudio poco después. Es por eso que mucha gente que presenció el concierto de la sala Apolo quizá estaba allí por un motivo simple: quizá, si las cosas se hubieran desarrollado de otro modo, hoy no estaríamos teniendo la oportunidad de comprar la entrada para un concierto de TESTAMENT.

La cuestión es que había podido ver a la banda americana en varios festivales, entre ellos el Atarfe del 2006, el Metalway de Gernika o el Earthshaker del año 2006. Y ninguno de esos shows puede estar a la altura de lo vivido en Barcelona porque, en el fondo, el thrash metal no es un estilo musical de eventos masivos. Donde mejor se puede disfrutar de una banda como TESTAMENT es en un club infestado de peludos donde llueve sudor del techo y la banda está a menos de cincuenta centímetros de su público. Donde puedes sentir e impregnarte de la fuerza de Peterson y Skolnick y recibir los berridos de Billy como si estuvieras en tu habitación y lo tuvieras ante ti.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el “momentum” que han generado TESTAMENT en los últimos meses es considerable. Su nuevo disco, “The Formation Of Damnation” ha escalado a posiciones insospechadas en listas de éxitos y ha conseguido ganarse el inmediato respeto de los fans que esperaban – probablemente- mucho menos de una vuelta tan esperada como la de ésta banda. Sin embargo, la banda ha hecho un disco que está a la altura de sus mayores clásicos y eso siempre es un plus a la hora de ir a ver a una banda en directo. Siempre sabe mejor cuando el disco te ha convencido antes de ir al show.

Bastante puntuales, TESTAMENT salieron a escena en un Apolo que tendría unas 700 personas entre el público, las suficientes para que se abriera el piso superior con la intención de mejorar la visibilidad –aunque el fantástico espejo de Apolo siempre ayuda si te encuentras al fondo de todo de la sala. El concierto comenzó con un apabullante “Over The Wall”, donde se evidenció el genial estado de forma de la banda pero también la irreversible manía de muchos técnicos de sonido de subir demasiado el volumen para que aquello suene más heavy. La cuestión es que el resultado suele ser bastante distinto y recuerdo que pese a ir a cuatro o cinco conciertos por semana, el show de TESTAMENT me provocó ciertas molestias auditivas. Y es que hay que ser cafre. Por desgracia, no me dio por mirar el marcador de decibelios de la sala, que suele estar bastante visible, pero aquello parecía un avión despegando con cierta melodía intercalada. “Into The Pit” y “Apocalyptic City” siguieron y aquí la banda ya se mostró completamente integrada sobre el pequeño escenario de Apolo. Skolnick a la izquierda y Peterson a la derecha flanqueaban el escenario dando muestras de querer aniquilar sonicamente a todo hijo de vecino, mientras que Chuck Billy reinaba en el centro del escenario, demostrando que si, que han pasado demasiados años desde que TESTAMENT vino por última vez a Barcelona y que el show de esa noche iba a ser una digna compensación a dicha situación.  “Practice What You Preach” puso la sala a punto de ebullición y fue frecuente ver a gente haciendo mosh, algo bastante olvidado en los conciertos de sala ahora que tan de moda está hacer pogo. Obviamente, tanto “Low” com “Trail OF Tears” fueron los momentos más destacados de la noche, donde Billy cantó tan bien como se esperaba de él y Skolnick demostró que es un “renegado” con gracia. Por mucho que al tipo le guste tocar jazz, en un concierto de thrash metal se le ve como pez en el agua y eso no será capaz de negarlo.

El fin de concierto, que duró en total hora y media, llegó con dos temas del “The Gathering” y dos viejos clásicos. Primero tocaron “DNR” y “Three Days In Darkness” y casi sin descanso atacaron con “Alone In The Dark” y “Disciples OF The Watch”, con la sala a sus pies y un buen montón de sudor a sus espaldas. En el fondo, la gente ya no está acostumbrada a conciertos tan energéticos, de modo que cuando uno como esté se presenta ante sus sentidos, se vuelcan totalmente. Y eso fue lo que sucedió: el público no podría haber sido más agradecido con la banda. Animaron sin parar, hubo mosh, canciones coreadas a ratos y muchos saltos y puños en el aire. Y eso es, precisamente, lo que echo de menos en algunos conciertos. Un público motivado. Y el publico solo se motiva si el propio artista está motivado.

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Promotor:RM Concert

Asistentes:750

Día:25/06/2008

Sala:Apolo

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8