Últimamente, esta banda se ha visto protagonista de múltiples debates entre,
dejémoslo, “antiguos” y “nuevos” fans. No creo, sinceramente, que tales discusiones
se basen exclusivamente en los últimos discos de la banda los cuales, aunque
estén a años luz de lanzamientos mágicos como “Reflections of a shadow”, “Perfect
man”, “Trapped!”, “Secrets in a weird world” o “End of all days”, gozan de muy
buenas composiciones. Quizás el problema de las nuevas canciones del grupo sea
un incremento de virtuosismo elitista en clave pseudo progresiva en detrimento
de ese sentimiento melancólico que dotaba los clásicos de antaño, no obstante,
sería injusto culpar exclusivamente al guitarrista ruso Victor Smolsky, sencillamente,
Peavy Wagner, teórico líder indiscutible del trío, no da para más, su buen hacer
compositivo se ha ido diluyendo paulatinamente.

El tema de los conciertos de RAGE es mucho más problemático, he tenido la oportunidad
de presenciar en directo a esta banda en múltiples ocasiones y, hoy por hoy,
son una de las bandas más aburridas y predecibles encima de un escenario. El
virtuosismo debe ser algo complementario en un concierto, siempre he creído
más importante aspectos tales como transmitir algo al público, mantener la sorpresividad
ante una audiencia. Los conciertos de RAGE se han transformado en algo matemático,
se sabe siempre qué va a pasar en cualquier momento, dónde van a ir los, muchas
veces prescindibles, solos de Victor y Mike Terrana y qué canciones tocarán.
Bien pensado, no es que se sepa a priori qué canciones tocarán, lo grave es
que se sabe cuáles no sonarán, y estas son los clásicos que encumbraron a la
banda años ha. Desconozco el porqué temazos del nivel de “Suicide”, “Down by
law”, “Saddle the wind”, “Enough is enough”… han caído en el olvido más injusto
mientras que el set list resulta invadido casi en exclusividad por canciones
de su último disco. De hecho, esto es algo que ha hecho Peavy toda la vida,
pero, es evidente que hay una razón mayúscula por la que RAGE olvida tantas
canciones históricas y no es otra que el empeoramiento físico de Wagner; no
me refiero a su peso ni a su evidente alopecia, más bien a su garganta y a su
incapacidad por llegar a aquellos agudos de su primera época. Aún así, RAGE
siguen siendo, por su valor histórico, una de las bandas más absolutamente grandes
del panorama metálico europeo, contando su inminente “Soundchaser” y el disco
de AVENGER, la discografía del grupo cuenta con la friolera de 17 lanzamientos.

El concierto que ofrecieron el pasado viernes en Ripollet, aunque no sorprendiera
en absoluto a los congregados, tampoco desató el hastío previsto y cautivó en
bastantes ocasiones. Como ya hicieran en su pasada actuación en el Wäcken Open
Air, “Don´t fear the winter”, imperecedero tema perteneciente a “Perfect man”,
abrió su actuación ante las ansias del respetable. No obstante, una desafortunada
“Paint the devil on the wall” nos devolvió a la realidad evidenciando las carencias
vocales de Peavy. “Sent by the devil” y  una inesperada “Firestorm” demostraron
el tremendo buen hacer de Mike Terrana a los tambores, a la vez que denotaba
el excelente resultado que pueden dar en directo las piezas pre-XIII. El repaso
obligado a su último disco llegó con “Down” y una atrayente “Set this world
on fire” y, fue entonces, cuando Peavy presentó el que será, “futuro clásico”
en sus venideras actuaciones. Así fue cuando llegó el turno de “War of worlds”,
perteneciente a su próximo disco, el cual consiguió una reacción de pasividad
ante la reiteración constante de su estribillo. Un medley que supo a poco formado
por “Black in mind” y “Solitary man” nos trasladó al obligado solo del ex MIND
ODYSSEY y, obviamente, el bueno de Victor es un excelente guitarrista en lo
que se refiere a aspectos técnicos, pero fue solemnemente aburrido. Creo que
no tiene que ser necesario saber tocar la guitarra con notabilidad para poder
disfrutar de un concierto, es decir, siempre es preferible contar con un guitarrista
más expresivo. Aunque si hablamos de inexpresividad, la que consiguió el grupo
al volver al escenario para interpretar el instrumental “Unity”, sencillamente
horrible. Suerte de contar con el valuarte del solo de batería de Mike Terrana,
como siempre, un verdadero ejemplo de técnica, fuerza y entretenimiento visual.
Los samplers de “Dies irae” y la triste “From the cradle to the grave”, versionada
en directo de una manera todavía más triste, llegaron al final de un show que
se reanudaría con dos bises como “All I want” y, a modo de sorpresa, la insospechada
“Higher than the sky”. En fin, siempre he creído que un disco como “End of all
days” tiene temas mucho más superiores al citado…

Y hasta aquí lo que fue la correcta actuación de RAGE, un grupo que ha pasado
más veces por España que la Vuelta Ciclista y que, esta temporada tendremos
la oportunidad de verlos dos veces más como mínimo.

Texto : Manu Estrada
Fotos : Peavy

Datos:

Camp Municipal de Futbol de Ripollet

Ripollet (Barcelona)

Promotor : Rock n Rock

3500 personas aprox.

Día:29/08/2003

Puntuación:7