La larga ausencia de la escena del grupo más pintoresco del otro lado del charco, podía levantar dudas sobre su actual capacidad en directo pero todas se quedaron en la puerta de la sala cuando comenzaron a tocar.
Una vez más quedó demostrado como Suecia sigue siendo la factoría del rock por antonomasia. Un trono que únicamente podría ser arrebatado por Finlandia en lo que a términos de metal se refiere y que pocas veces abre miras más allá de sus fronteras. Pero Eclipse ha encontrado cobijo en nuestro país e incluso ellos mismos describen a España como su segunda casa, un arropo que le brindan sus seguidores en cada una de sus visitas.
Airbourne tienen fama de dos cosas: de dar grandes conciertos y de sobreexplotar una fórmula que saben que les funciona. Toca preguntarse, ¿de verdad hay que matar a la gallina de los huevos de oro? ¿Si los shows siguen siendo enérgicos y locos, qué tienen exactamente de malo?
Desde 2019 que los polacos no pisaban España y se han resarcido a base de bien, liderando un concierto muy esperado que llenó la sala Apolo 2 hasta casi los topes. Esta vez vinieron acompañados de sus compatriotas Mord’A’Stigmata y los neozelandeses Ulcerate. Ambos completaron una velada potente de metal que supo a poco, una sensación que se pudo percibir entre los asistentes al acabar la noche.
A estas alturas de la película está claro que Airbourne innovan bien poco en sus conciertos. Tampoco pasa desapercibido que llevan años clamando por dar el salto a las grandes arenas. No en vano, con su estilo heredado directamente de sus compatriotas AC/DC, dejan satisfecho a aquellos que busquen un show directo y cargado de la adrenalina propia del estilo.
Una hora y 10 minutos fueron suficientes para que Frank Carter y sus cascabeles musicales hicieran temblar los cimientos de una sala Razzmatazz que estuvo muy cerca de colgar el cartel del lleno total, acompañados de los canadienses The OBGMs quienes, a pesar de no disfrutar del mejor sonido, hicieron brincar hasta al último asistente.
Los estadounidenses Clutch aterrizan en Madrid presentando su nuevo trabajo Sunrise on Slaughter Beach junto a las bandas británicas Green Lung y Tigercub haciendo temblar los cimientos de La Riviera.
Otra de esas giras que parecía que jamás tendría lugar, por fin pudo ejecutarse en una fría noche madrileña en la céntrica sala Mon. El tour liderado por Finntroll contaba además con la presencia de los islandeses Skálmöld y los fineses Brymir aterrizaba en nuestro país y eran muchas las incógnitas que dejaba este cartel, ya que son demasiados conciertos seguidos sobre todo en este mes de noviembre y la asistencia era un dato preocupante.
En un lunes de rock and roll, los norteamericanos Clutch lograron cautivar a una sala Apolo casi repleta en su totalidad gracias a la inmensa calidad en su ejecución acompañada de dos grandes teloneros como lo fueron Green Lung y Tigercub.
A día de hoy está claro que el death melódico no habría llegado a ser como se conoce actualmente sin la figura de In Flames y At The Gates, por lo que, encontrar a los progenitores del también denominado sonido de Gotemburgo en el mismo cartel sucumbiría los deseos de aquellos amantes del citado subgénero.
