Angelus Apatrida son el mejor ejemplo de cómo el trabajo duro, la perseverancia y la paciencia tienen sus frutos. Su fama no se debe a ningún evento concreto que los catapultase al éxito, ni a ningún golpe de suerte momentáneo. Clara y simplemente, se debe a su altísima profesionalidad, a su propuesta firme y compacta y a su infatigable trabajo día a día, ladrillo a ladrillo, nota a nota.
Un cartelón de grandes bandas, una de ellas consagrada y otras tres con un potencial insultante que dieron lo mejor de sí
Gran noche la que se vivió en la Begood, donde las sirenas demostraron su existencia junto a su versatilidad. Todo ello frente a un público que quedó muy satisfecho y no encallado en las rocas como cuentan las leyendas griegas. Una pena que hubiese tan escasa afluencia, pero los que estuvimos ahí sabemos perfectamente lo que vimos y que grata es la sensación de volver a casa sin haber naufragado.
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Pocas, muy pocas bandas, disfrutan del calor y el amor absoluto de sus incondicionales. En eso, y en muchas otras cosas, Los Suaves son un ejemplo.
Dudo que ninguno de los presentes se fuera a casa con malos sensaciones: ni los seguidores de la vieja escuela que flipaban con el sonido Goteborg a finales de los 90 ni los que engancharon al grupo hace cinco o diez años
El momento de los bises llegó, pero no se movía ni un alma de la sala que reclamaban a BERRI TXARRAK como si fueran los triunfadores de una guerra. Volvieron con ese gran tema llamado “Gure dekadentziaren onenean”, y no sin antes jugar con el público sentándolos a todos, dieron la fiesta por terminada con “Oihu”. De nuevo, cumplieron con su veni, vidi, vici particular en tierras malagueñas.
Pese a que no queríamos que acabaran (esto siempre pasa con los grandes conciertos), todo tiene un final, y como de nuevo las tablas se notan, su fin fue por todo lo alto, con The Boys Are Back in Town (no podía ser de otra forma, uno de los temas más característicos y alabados de Thin Lizzy), seguido por Whiskey in the Jar y Rosalie, que sirvió de recordatorio al gran Phil Lynott (el genio de Thin Lizzy) fallecido en 1986.
A menudo se dice de algunos grupos que donde mejor pueden dar su talla real es en las salas, en contraposición a grandes festivales. En el caso de BRING ME THE HORIZON puede que ocurra lo contrario… al menos de las vallas hacia atrás.
