Para nuestro regocijo en poco más de un año era la segunda vez que teníamos de gira por aquí a los de Birmingham. Es algo que viene sucediendo a menudo últimamente con bandas que parecían estar gafadas a la hora de dejarse caer por el sur de Europa, como por ejemplo SUFFOCATION o EXODUS, agrupaciones que ahora de buenas a primeras me vienen a la cabeza. No nos vamos a quejar los que gozamos del metal extremo, desde luego.

 

Era la hora de NAPALM DEATH, quienes encabezaran  la escudería del death/grind inglés en los ochenta/noventa de la mano de grupos como TERRORIZER y CARCASS, legado que a día de hoy aún perdura en nuestras mentes como pioneros que fueron, tal y como quedó demostrado en la afluencia de público que registró la sala Mephisto, algo más de 400 personas entre las cuales destacaba el contraste entre metalheads y amantes del hardcore, dos mundillos que apenas coinciden en eventos de este estilo, esto es, en muy contadas ocasiones.

 

Los ingleses capitaneados por Shane Embury venían teloneados, por un lado, por MENDEED, a los cuales no tuve oportunidad de ver, y a BORN FROM PAIN, que consiguieron animar al público de las primeras filas con su hardcore más o menos endiablado. No en vano, estos holandeses son uno de los grupos más en boga actualmente dentro de dicho terreno, en gran parte gracias a todos los seguidores del metalcore que han ido emergiendo en el último año de hasta debajo de las piedras. Y aunque su propuesta no me atraiga en demasía, no se le puede quitar ningún tipo de mérito a la banda, que supo meterse al público en el bolsillo perpetrando una actuación con mucho pulso pero que sin embargo me dio la sensación de que fue de más a menos (a pesar de los primeros pogos que se montaron). Con un estilo muy en la onda de HATEBREED anclado en la consabida corriente newyorkina, dieron cancha sobretodo a su último álbum de estudio, “War”, erigiéndose como una buena manera para ir calentando el ambiente con garantías de cara a la actuación de los cabezas de cartel.

 

Cuando NAPALM DEATH saltaron a las tablas, aquello erupcionó en una espiral de violencia, viviéndose un auténtico infierno en la parte delantera de la sala, donde el moshpit alcanzó cotas de intensidad pocas veces vistas en Mephisto. De hecho resultó todo un reto plantarse en el frontal del escenario para lograr hacer unas pocas fotos, a pesar de que finalmente no salí tan mal parado. La banda salió a escena como una locomotora, aunque hay que decir que si Match, Shane y Danny no son precisamente músicos inmóviles, lo del señor Barney sigue siendo esperpéntico y atroz, igualito que cuando tenía diez años menos, moviéndose a espasmos y paseándose de forma nerviosa por todo el escenario. Vale, los años no pasan en balde y físicamente el aspecto que presenta la banda no será el mismo, pero realmente la actitud y el punch escénico permanecen intocables. Por otra parte, el hecho de que la banda no se haya limitado durante estos últimos años a grabar meros remiendos de lo que hicieron en el pasado, sino a intentar superarse a sí mismos, con buenos álbumes, la excitación era palpable tanto a la hora de ejecutar los nuevos temas como a la de descargar la vieja artillería pesada.  “Silence is Deafening”, “Fatalist” y “Narcoleptic”, fueron, si mal no recuerdo, las encargadas de abrir un show sin lugar para el respiro. Y es que la corta duración de algunos de los temas da lugar a que se pueda jugar mucho con los clínaz y los conatos de intensidad, y si a ello le sumamos que NAPALM DEATH no son precisamente unos debutantes, la maestría con la cual los ingleses manejan el desarrollo del show resulta poco menos que sublime, concentrándose en no hacer perder la intensidad en ningún momento y no alargando demasiado los parones entre temas. Eso sí, a Barney le pudimos ver sudar como un cochino desde el segundo corte, no sé si tanta furia servirá para reventar el orden político y económico que su banda tanto critica a nivel lírico, pero para eliminar toxinas le debe ir de perlas.

 

Por otra parte, cabe comentar que si bien en algunos momentos los más nostálgicos son capaces de notar que Jesse Pintado no está sobre las tablas, más que nada por la solvencia a la hora de interpretar sus característicos y matadores riffs, lo cierto es que el buen hacer de Match Harris, mecánico y conciso, provoca que gocemos en nuestras propias carnes de un legado defendido con soltura. Para mear y no echar gota resultó la traca final del show, tocando su álbum insigne “Scum” casi de cabo a rabo, con temas como “Scum”, “Life?”, “The Kill”, “Deceiver”, “You Suffer” (esta última se me hizo más corta de lo habitual… es broma) y añadiendo otras piezas más recientes como “Smear Campaign” y “Persona Non Grata”. Para sorpresa de algunos, no hicieron ni bises, bueno, miento, no es que no hicieran bises, sino que iban tan embalados que los temas que hubieran pertenecido a ellos fueron tocados del tirón, ni “encores” ni leches en vinagre, esto es ir a por faena: la versión del “Nazi Punks Fuck Off” de los DEAD KENNEDYS y su idolatradísimo “Siege of Power” (posiblemente el tema más celebrado de toda la noche) darían el carpetazo definitivo a una actuación de más de una hora y media que pasó por Barcelona como un obús. Siguen siendo los más grandes en su estilo. Y a pesar de que “Smear Campaign” haya resultado toda una sorpresa de disco, tengan por seguro que aunque no lo hubiera sido toda la gente que allí estuvimos hubiéramos estado igualmente: nunca defraudan.

Texto y fotos: Penumbra

Promotor:Hfmn Crew

Asistentes:420

Día:16/11/2006

Hora:21:00

Sala:Mephisto

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8