En un mundo cada vez más saturado de música, lo cierto es que es difícil no ver a la enorme mayoría de bandas como «otro conjunto más» que lucha por hacerse un pequeño hueco en el panorama actual. Pese a esto, de tanto en tanto hay bandas que resplandecen con un aura especial, que toman unas direcciones artísticas y corporativas tan acertadas que nos hacen pensar que estamos presenciando la eclosión de una leyenda. Esta sensación me ha acompañado desde que conocí a los americanos Mastodon, y a cada año que pasa siguen demostrando que sin lugar a dudas, están en la senda de convertirse en una de esas formaciones legendarias dentro del metal. La constante experimentación con su sonido, haciendo que no haya dos discos que suenen iguales, la apertura de fronteras con cada entrega,  la diversificación de su público y la toma de conciencia de sus mayores errores han sido los puntos clave para que podamos pensar lo mencionado anteriormente. ¿Y qué hacemos cuando tenemos la certeza de estar presenciando algo histórico como esto? Pues nos vamos a ver a la banda tanto a Madrid como a Barcelona, ya que la situación lo permite.

Esta gira no sólo marcaba un paso más en la escalera al Olimpo de Troy Sanders y compañía, sino que supone un punto de inflexión en su carrera. Como Brann Dailor nos comentaba en nuestra última entrevista, la gira de «The Hunter» supuso una gran toma de conciencia para Mastodon: si querían seguir subiendo de nivel necesitaban trabajar arduamente las voces, dado que eran su talón de Aquiles sobre los escenarios. Unos años después los volvemos a tener en nuestras salas, y es hora de demostrar en vivo y en directo (nada de vídeos de Youtube, que eso engaña) que la banda ha hecho los deberes. Antes de la prueba de fuego, eso sí, tuvimos a unos Krokodil disparando unos 35 minutos de set absolutamente demoledores. Debo admitir que no había escuchado a la banda previamente, y lo cierto es que se ganaron toda mi atención gracias a un metalcore enormemente mestizo y enérgico que seguro que hizo las delicias de los seguidores de los de Atlanta más cercanos a estas sonoridades.

Si por un lado teníamos a unos teloneros que se aproximaban a los inicios más agresivos de los cabeza de cartel, la segunda banda de la noche se encargaría de complacer a aquellos más interesados en la faceta más stoner/doom y saturada de los mismos. De hecho, los dos miembros que tendríamos sobre el escenario forman parte de Melvins, una de las bandas que más influenciaron a Mastodon desde su nacimiento. El conjunto se presentaba en formación dúo (sólo bajo y batería) pese a contar con guitarras en sus álbumes de estudio, desgranando durante tres cuartos de hora material de su más reciente trabajo, «Battlefields Forever», y haciendo pequeñas adaptaciones a ese nuevo formato: sinceramente, no les podría haber quedado mejor. Sonando increíblemente gruesos y mucho más violentos que en estudio, Jared y Coady consiguieron que el público los reverenciase desde el inicio con la pegadiza «Chump Chance» hasta la aplastante «Lonely Lyle» que cerraría su set. Por algo ellos también hicieron historia en su momento.

Tras la puesta en escena prácticamente minimalista de Big Business pasamos a ver el telón que serviría de capa para los superhéroes de la noche, luciendo esa magnífica portada que es la de «Once More ‘Round the Sun», y es que Mastodon tampoco iban a necesitar más parafernalia sobre el escenario que esa. Simples y efectivos, con una buena intro y una explosión de sonido la banda dio inicio a su actuación brindando la épica «Tread Lightly», probablemente en mejor opener para sus conciertos que jamás hayan compuesto. El tema título de su último trabajo fue encadenado con celeridad, y «Blasteroid» sería la encargada algo más tarde para empezar a generar movimiento entre el público: una auténtica bomba atómica en directo, cuidadosamente extraída del polémico «The Hunter». A lo largo de ambas noches la banda demostraría que no es demasiado dada a dirigirse al público durante el espectáculo, prefiriendo ir al grano para dotar al concierto de un enorme dinamismo y fluidez y reservando las palabras de agradecimiento para el discurso final de Brann, salvo por algún pequeño saludo en el set (ese «bienvenidos al concierto» en Barcelona tras haber tocado ya más de 10 canciones no tuvo precio).

Con 90 minutos de setlist Mastodon decidieron, como hacen habitualmente, interpretar prácticamente en su integridad el trabajo que presentaban, algo que, si bien disfrutamos por contener el mismo grandes canciones, sí es cierto que se hizo algo contraproducente hacia la segunda mitad del show, puesto que tantos temas de un corte similar dieron una sensación de linealidad que se podría haber compensado sustituyendo un par de esas canciones por otras procedentes del resto de sus álbumes. «Oblivion», «Black Tongue» y «Divinations» fueron las encargadas de representar sus otras obras más recientes, mientras que la devastadora «Aqua Dementia» y la sorprendente (y excelente) «O’le Nessie» fueron lo único de su material antiguo que sonó hasta la recta final del espectáculo.

Cabe mencionar que el movimiento y la entrega del público fueron significativamente mayores en la capital que en Barcelona, pero que ambas ciudades gozaron de un sonido más que aceptable, además de una afluencia más que respetable: 1800 personas en Madrid, 1500 en la ciudad condal, una cifra espectacular sobretodo si tenemos en cuenta que las entradas llegaban a costar (con gastos de gestión) la friolera de 35€. Es más que probable que con un precio ligeramente más bajo el cartel de sold out se hubiese colgado en ambas fechas. Volviendo a la pregunta que nos hacíamos al principio y a la gran cuestión que todo el mundo se hace… ¿Superó la banda el examen de las voces tras asegurar haber estado trabajando con empeño en ellas entre estas dos giras? La respuesta es clara: por supuesto. Si bien es cierto que no consiguen estar a un nivel tan perfecto como en estudio, es increíble la mejoría que han llevado a cabo en este tiempo. Brann consiguió afinar con precisión en todas sus canciones pese a tener que llevar endiabladas líneas de batería al mismo tiempo, tan sólo quedándose algo corto de potencia en momentos puntuales como ese estribillo de «The Motherload» que nos hizo menear el trasero a más de tres mil personas.

Troy sigue siendo quien mejor lleva acabo la función de cantante, contando con algunos momentos absolutamente estelares y apenas sin patinazos significativos (lo único que se echa en falta es algo más de agresividad en las canciones antiguas), mientras que Brent se mantiene como el vocalista menos capaz pero a su vez siendo muy consciente de sus posibilidades y adaptando algunas líneas para conseguir el aprobado (pese a carecer de volumen en las secciones rasgadas). Musicalmente poco podemos decir salvo que son una auténtica apisonadora que suena enorme y sin fallar ni una sola nota. ¿Momentos estelares? Muchos, desde el final cantado por el público en «Aunt Lisa» hasta la locura de «Bladecatcher», pasando por la destructora de cervicales «Megalodon» y la exquisita «High Road» que nos hizo unirnos una vez más a ellos en el estribillo. Un espectáculo exquisito (pero más corto en 2012, todo sea dicho) que, según dijo Brann al acabar ambas noches, podremos ver de nuevo en verano de 2015 en algún festival de nuestro país… ¡Hagan sus porras!

Promotor:Rock n Rock

Día:2014-12-07

Hora:19:00

Sala:La Riviera / Razzmatazz

Ciudad:Madrid / Barcelona

Teloneros:Krokodil, Big Business

Puntuación:9