VHALDEMAR: Un buen sabor de boca

Parece que últimamente se esta convirtiendo en una fea costumbre el que los
conciertos que se celebran en Mephisto empiecen con más de una hora de retraso,
y esta noche no iba a ser una excepción. Con no más de 150 personas en la
sala y tras una larga espera salieron al escenario los Vhaldemar, un grupo
de Vizcaya que por su actitud de defensores a ultranza del Heavy Metal a la
antigua usanza bien podrían ser considerados como los Manowar españoles.

En algo más de 50 minutos y con un sonido bastante decente tocaron casi todos
los temas de su buen álbum de debut “Fight To The End”, un disco del que no
podemos decir que sea demasiado original ya que en el se repiten prácticamente
todos los esquemas del Heavy Metal de los 80 aunque con un sonido más actual,
en muchas ocasiones cercano al Power Metal de por ejemplo Gamma Ray,  pero
que sorprende por la frescura, la rabia, y por la potencia con la que esta
gente ejecuta los temas, y también por el buen nivel general que han conseguido
tratándose de su primer disco. Sonaron entre otros temas y no en este orden
“The Black Beast”, “Lost World”,  “The Helmet Of War”, “Vhaldemar”, “Fight
To The End”, “Old King’s Visions Part 1”, “Energy”, y un tema inédito que
ira incluido en su nuevo disco y que si no entendí mal y la memoria no me
falla se titulaba  “Dreamer”.

En el escenario pusieron toda la carne en el asador y salieron a matar por
lo que fácilmente se ganaron el afecto de la mayoría de asistentes. Técnicamente
todos sus músicos son bastante limitados, excepto su fantástico guitarra solista
Pedro J. Monge que nos obsequio con unos notables y variados solos. Carlos
Escudero vocalista y guitarra rítmica es un buen frontman que con sus gritos
y entusiasmo sabe como animar al público, pero que se nota que no lleva demasiado
bien el tema de cantar y tocar a la vez por lo que prácticamente no toco la
guitarra en todo el rato. La base rítmica es muy limitada, ni el bajista ni
el batería son dos grandes músicos, el primero solamente cumple y en segundo
ni eso, especialmente patético fue el solo que se marco el batería. Algún
día alguien me tiene que explicar cual es el motivo por el que  la gran mayoría
de baterías de este país tienen un nivel tan bajo, en mi opinión uno de los
pocos que se salvan es Dani, actual batería de Saratoga.

Aun así estos salvadores del metal me dejaron un buen sabor de boca y hicieron
pasar un buen rato a la gente que esperaba impacientemente la actuación de
los suecos Lost Horizon.

Javier Salinas

LOST HORIZON: Sobreponiéndose a las adversidades

Tras decepcionar a muchos fans en el concierto de la Nit de Reis, volvían
los guerreros suecos a tierras hispanas para saldar su deuda. Con casi media
entrada y con el hándicap de tocar sin su baterista titular debido a un reciente
accidente de tráfico (con dos vueltas de campana incluidas), teníamos nuestras
reticencias respecto al concierto. Para mayor inri,  las informaciones que
nos llegaban de su descarga en Euskadi eran poco favorables pues el grupo
tocaba sólo 60 minutos debido a que el nuevo batería Mat no había tenido suficiente
tiempo para aprenderse más temas. El buen hombre, pese a cumplir perfectamente
su cometido, cambió algunos breaks y se le vio en todo momento muy preocupado
para que todo funcionara correctamente. Incluso se sentó diez minutos antes
de empezar en su taburete revisando toda la configuración de su kit.

Tras la intro de rigor, aparecía el sexteto con sus pinturas de guerra características
y con una actitud y unas ganas tremendas. En los primeros compases el sonido
daba excesivo protagonismo al teclado perjudicando la excepcional voz de Ethereal
Magnanimus. Sus cuerdas vocales temblaron en la inicial “Pure”, pero fue un
simple espejismo. El calvo de la capa posee una de las gargantas más privilegiadas
de la escena. “Denial Of Fate” nos hacía revivir su excepcional disco debut,
que fue sin duda el gran protagonista de la velada. El gentío estaba entregado
desde el primer momento e incluso se vieron pancartas en las primeras filas.
“World Through My Fateless Eyes” quedó un poco deslucida, pero a partir de
“Perfect Warrior” el grupo rozó un altísimo nivel propiciado por un sonido
casi perfecto. El espacio reducido del escenario no fue impedimento para que
Ethereal hiciera revolotear su capa y se marcase sus características idas
y venidas por las tablas. En algún momento hubo algún choque y se le engancho
la capita en el mástil de sus guitarristas Los coros inundaron la sala y “Welcome
Back” sonó al mismo nivel que en estudio. Trascendental Protagonist y cía.
Me hicieron recordar aquella magnífica banda que arrasó el Party stage en
Wacken 2001. Que diferencia con el cúmulo de despropósitos que sufrimos de
regalo de reyes… Quizás los coros fueron la cruz de la noche, “Again The Fire
Will Burn” fue la segunda y última entrega de su último A Flame To Ground
Beneath. La despedida momentánea la ponía su clásico (podemos llamarlo así
ya) “Sworn In The Metal Wind”.

El regalo fue sin duda la sorpresiva versión del “Red Sharks” de los infravalorados
Crimson Glory. Se agradece que bandas como Lost Horizon rescaten temazos que
caen en el pozo del olvido para las nuevas generaciones.

Los bises vinieron precedidos por unas palabras explicatorias de la organización
sobre el por qué de tan escaso set, y con el lesionado Preternatural Transmogrifayer
(baterista) con su collarín animando al respetable. Con un improvisado “ovacionómetro”
se eligió como encores a “Welcome Back”, Sworn In The Metal Wind” y “Pure”.
Y es que si no hay más temario… a repetir toca.

Excepcional concierto de los guerreros suecos. Compactos, brillantes y con
actitud. Pese a los enormes problemas que han mermado el nivel del grupo han
sabido reponerse de los contratiempos y en vez de anular la extensa gira española
se han atrevido a coger el toro por los cuernos. El futuro sonríe favorablemente
a Lost Horizon y les encumbra como una de las más prometedores bandas de un
estilo tan repetitivo como el power actual. No han inventado nada e incluso
sus pinturas, capas, letras y seudónimos pueden provocar carcajadas, pero
las cosas son como son, y su directo es aplastante. Quién les criticó en Nit
de Reis debería haberse pasado por el Mephisto y os aseguro que cambiaba de
opinión.

Una vez terminado el concierto a uno le asaltan varias dudas: ¿Por qué ocho
fechas en España?, ¿Por qué no se pintó Mat con las pinturas de guerra?, ¿Por
qué le enseñaron al batería sustituto todo el primer disco y sólo dos canciones
del segundo, que es el que “teóricamente” presentaban? Y sobretodo: ¿Cómo
que no tocaron su himno particular “Heart Of Storm?

Texto y fotos:Jordi Tàrrega

Datos:

Público: 200

MEPHISTO

Día:23/03/2003

Puntuación:7