Hasta éste año, nunca me habia planteado la idea de irme a Zaragoza a contemplar las festividades del Pilar en su ámbito más duro. Y ya no hablo de ingesta de alcohol, ni de chavalitos por las calles con exceso de hispanidad en la sangre, sino de la carpa Interpeñas, donde cada año la promotora Rock N’ Rock lleva una pequeña selección de buenos grupos de Heavy Metal para aportar su granito de arena a la gran fiesta maña.

En ésta ocasión el cartel no era tan espectacular como en ocasiones pasadas, puesto que a apenas 300 kilómetros de distancia y el día siguiente, tres de las cuatro bandas del show tocarían nuevamente. Hablamos obviamente de la gira-pack de TURISAS, ANNIHILATOR e ICED EARTH, que al día siguiente salpicaba Barcelona. No obstante no se puede hablar de “festival de poca monta” cuando sobre el escenario se dan cita Jeff Waters, Ripper Owens, Jon Schaffer y demás elementos que han escrito con letra propia su particular historia del Heavy Metal internacional.

Pese al olor a vómito que se insertaba en tu cerebro hasta que desactivavas voluntariamente la pituitaria (y es que el Pilar es una festividad muy, muy alcohólica), la carpa Interpeñas gozaba de una muy buena entrada, con alrededor dos mil o tres mil personas ante el escenario animando el cotarro, aunque se mostraron algo fríos con la primera banda de la tarde, TURISAS. No obstante, las temperaturas no acompañaban y el intenso frío de la noche aragonesa provocó que el público tardara bastante en entrar en calor.

TURISAS salieron a escena ante un público ya bastante numeroso, ataviados con sus vestimentas habituales y dispuestos a conquistar un nuevo país. El público los observó con curiosidad, más que con interés. Durante media hora escasa de show, la banda abordó un total de cinco canciones, entre ellas “To Holmgard and Beyond”, la versión de BONEY M “Rasputin” y la final “Battle Metal” con la que cerraron su actuación. No puede decirse que el show de la banda fuera especialmente impresionante vista la reacción del público. No obstante, el trabajo de TURISAS es una carrera de fondo y harán falta varias visitas más a nuestro país para terminar de calar entre el público.

ANNIHILATOR tardaron escasamente quince o veinte minutos en salir a escena, pues el cambio fue bastante ágil. Sigo sin entender que hacen ANNIHILATOR teloneando giras a éstas alturas de su carrera, pero las ventas mandan y lo que hoy por hoy está claro es que si ANNIHILATOR vienen a España como cabezas de cartel, sólo iran a verles 200 personas. Y movilizar a una banda desde Canadá para que sean visto por 200 personas no tiene sentido. El problema es que los verdaderos fans de la banda deben ver siempre el mismo set en directo, porque la banda se ve obligada a tirar de sus canciones más conocidas y no da tiempo a que profundicen más en su catálogo. Puede parecer triste, pero es más entretenido verles en un festival donde tocan una hora entera que como teloneros haciendo shows de 45 minutos.

Jeff Waters, como siempre, no dejó que las circunstancias hicieran daño a la actuación. Arrollador, como siempre, el guitarrista y líder indiscutible de la banda salió a escena con los acordes iniciales de “King Of the Kill”, acompañado del ya fijo Dave Padden a la voz y guitarra, David Sheldon al bajo y el impresionante batería Ryan Ahoff, quien ya acompañó a la banda en sus shows españoles del Metalway 2006. Desde el primer momento, Waters no paró de moverse por todo el escenario, castigando su guitarra sin compasión canción tras canción. Aunque, como ya hemos dicho, el castigo fue demasiado corto.

Dio tiempo de escuchar sendas versiones de “Phantasmagoria” , “Clown Parade”, la muy apreciada “Set The world On Fire” y por supuesto las favoritas “Never, Neverland” y “Alice In Hell”, con la que terminó el concierto. El sonido fue normalito, con la guitarra de Waters presidiendo la mezcla y la batería de Ahoff en una cercana segunda posición. Cabe destacar que el público –incluso los que portaban camisetas de MAGO DE OZ y no parecían conocer demasiado a los canadienses- se volcó, en gran parte debido al estado energético cuasi febril de Waters. Y es que así es como se levanta al público en directo: agitándote tanto que al final los presentes terminan por contagiarse del entusiasmo.

En ese momento apareció en escena una representante de la promotora, quien avisó del pequeño cambio que se iba a dar en el orden previsto. ICED EARTH habían llegado excesivamente tarde al recinto del Interpeñas debido a que su autocar de gira se había roto por el camino, por lo que se optó por hacer que Mago de Oz tocasen primero, cuando realmente deberían haber tocado los últimos, después de ICED EARTH. Pero ante un problema, lo mejor es la diligencia y con diligencia se actuó. En cuestión de un ratito – como es típico en MAGO DE OZ mucho más que para las otras bandas- la banda madrileña salió a escena. Acostumbrado a verles en escenarios mucho más grandes, percibí que MAGO DE OZ a duras penas cabían sobre las tablas porque lo de ésta banda es algo curioso: después de cada disco cada vez son más sobre el escenario. La última en incorporarse fue Patricia Tapia, de los ya desaparecidos NEXX, y cabe decir que si meten un solo miembro más en la banda, no cabran ya sobre el escenario.

Cuando la banda salió a escena, Interpeñas estalló. Pueden gustar más o menos, pero siguen conectando –en menor cantidad, eso sí- con miles y miles de fans a lo largo de España y Latinoamérica. El tema inicial fue “T’Esnucaré Contra’l Bidé”, demostrando que MAGO DE OZ siguen apostando estos días por recuperar su parte más gamberra y rockera, aunque no faltaron las habituales “Fiesta Pagana”, “El Que Quiera Entender Que Entienda” y otros hits de la época más reciente de la banda. Hubo sitio para canciones que hacía tiempo que personalmente no escuchaba en directo, como “La Danza del Fuego”, todo un clásico de lo más infravalorado.

En lo estrictamente musical, cabe decir que la banda estuvo bastante bien, siendo unicamente criticable el hecho de que en ciertos temas Jose se empeñara en no acabar los estribillos pasando a proferir un grito de ánimo al público para que lo acabaran ellos. Algo que, realizado un par de veces, está bien pero que al final termina quedando tan mal como cuando lo hacía David Lee Roth o Vince Neil.

El público estuvo de su parte y, durante una hora y veinte minutos, MAGO DE OZ demostraron que en éste nuevo formato pueden ser igual de exitosos. No hacen falta enormes catedrales ni muñecos hinchables para que la banda convenza a sus fans. Eso sí, hay que reconocer que la decadencia de MAGO ya ha llegado. En España las cosas están cada vez más difíciles para la banda y parece que los tiempos de excesos han pasado a mejor vida.

Finalmente, sobre las dos de la madrugada salieron a escena los americanos ICED EARTH. Tras el torbellino que supuso MAGO DE OZ, quienes consiguieron una complicidad total por parte del público, ICED EARTH lo tuvieron difícil. La gente se mantuvo en el recinto pero en muchos casos había más curiosidad que devoción. Consiguieron respuesta por parte del público, pero quizá no toda la esperada para ser los teóricos cabezas de cartel. De todos modos, la banda salió a escena con gran energía, así que tras “Overture” atacaron un enorme “Something Wicked Pt.1”. Los fans de la banda ya se habían situado en primera fila en ese momento y parece ser que Ripper Owens lo percibió y se fue creciendo tema a tema, igual que Jon Schaffer. Con “Invasion”, “Man’s Motivation” y “Setian Massacre”, la banda terminó de encontrar su sitio en escena. Schaffer era el gran rítmico que todos conocemos y Ripper encajaba con pasmante aptitud cada una de las tonalidades vocales que exigen las complejas canciones de la banda.

Además de Schaffer, el otro guitarrista de la banda en ésta ocasión es Troy Seele, quien hace las labores de guitar-hero mientras que Schaffer prefiere mantenerse en la sombra dando el empuje necesario a los temas de la banda. Algo así como un Malcolm Young del metal, por establecer una comparativa facilita. En “Burning Times” y “Declaration Day”, Seele demostró su valía. Situándose en el frontal del escenario para sus solos, algo que ya pocos grupos de metal hacen, Seele tuvo actitud y maestría ante el público zaragozano.

El show siguió adelante con “Violate”, “Vengeance Is Mine”, “A Charge To Keep”, la grandiosa “Stormrider” y la aclamada “Dracula”. Hasta este momento ya había pasado más de una hora de show y la banda americana se encontraba exultante. Y es que, ciertamente, es mejor una banda que progresa a medida que avanza el show que no una que lo da todo en las tres primeras canciones y luego pasa a aburrir al público durante la hora y media restante. Hasta nuevas canciones como “Ten Thousand Strong” se lo llevaron de calle, aunque no muchos siguieron con extrema atención los dos temas de la saga “Gettysburg 1963” (“Hold At All Cost” y “High Water Mark”). La banda se despidió momentáneamente con éstos, para volver minutos después con el trío final, compuesto por “Melancholy”, “My Own Saviour” y la aplaudida “Iced Earth”. Y si bien al principio del show no todo el mundo les vitoreaba por obvio desconocimiento, cuando acabaron su concierto todo el mundo les aplaudió unanimemente.

Como inciso, cabe decir que la discoteca de pachanga que se puso en marcha nada más finalizar el show de ICED EARTH fue alucinante. Hasta los miembros de ANNIHILATOR se acercaron a ver semejante despropósito tras un concierto de metal como el que se acababa de vivir…

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Promotor:Rock N Rock

Asistentes:3000

Día:12/10/2007

Sala:Carpa Interpeñas

Ciudad:Zaragoza