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IMPERIAL STATE ELECTRIC

Concierto

El ascenso de esta banda es imparable, y más con shows como el ofrecido en Barcelona en la nueva sala Bóveda (el antiguo Mephisto). Quizá no fue muy largo, pero sí intenso y auténtico. Los que ya les vimos con Kiss sabemos que este proyecto de Nicke Andersson promete muy buenos ratos. Su ópera prima es una obra maestra, si bien se contaban varios fanáticos que preferían su último “Pop War”. El caso es que todo el material que ofrecieron sonó a gloria y obtuvimos una gran noche de rock and roll. Sus dejes a Cheap Trick, Beatles y a los Kiss de los 70 son su bandera, si bien también hay mucho rock añejo de los 70 como los Kinks o The Knack. La única pega fue el merchandising. Realmente pobre. Sólo tallas S de una camiseta bastante discreta. Podemos suponer que quizá ya lo han vendido casi todo. No nos extrañaría.

Pero antes estuvieron descargando los también suecos Satan Takes a Holiday. Curiosa y diferente banda que es capaz de vender su propio café junto a sus camisetas. Posiblemente el grupo toma nombre de un disco de Anton Szandor LaVey, el fundador de la iglesia de Satán, pero definitivamente su música poco tiene que ver con el ocultismo. Un hard muy festivo pero bastante diferente a todo. Algo extraño y esquizofrénico. Con la voz agudísima de Fred Burman. Cortes rabiosos y directos como “Candy in Mouth” o los singles “Karma Babe” y “Who Do You Voodoo” sorprendieron a los presentes. Combinaron material de sus dos discos  y demostraron un buen arsenal de cortes rápidos con algunas atmósferas caóticas.

Nicke sigue vistiendo su gorra negra, todo un distintivo para el combo. A pesar de que muchos echan de menos a los Hellacopters está claro que este proyecto está muy vivo y que las cosas les funcionan bien. La entrada que presentó la sala era excelente. Muchas ganas de pasarlo bien y de ver a este combo sueco. Los cuatro cantan y le dan al grupo una personalidad enorme. Imposible no rendirse a tonadas tan pegadizas como “Lord Knows I Know that It Aint Right”. Pero sería la corta y excepcional “Uh Uh” la que despegó a la sala. Por otro lado cortes como las primerizas “Deja Vu” o “Redemptions Gone” hicieron que la gente bailara y disfrutara de lo lindo. Gran aroma a los primeros Kiss, y todo gracias al único objetivo que persigue Nicke: grabar el disco de rock n roll perfecto. La verdad es que anda bastante cerca…

“Monarchy Madness” es otro de los temas fundamentales de su última obra. Mucha melodía bien apoyada por los coros de Tobiaas Egge y Dolf de Borst. Funcionan como un reloj, y la maquinaria no para quieta. Andersson lo borda en los solos y sabe muy bien como mover a la audiencia. “Sheltered in the Sand” inundó la sala de melodía y “Monarchy Madness” pisó el acelerador un poco más. Espectacular estribillo, que posiblemente sonó mejor en esta “nueva sala”. La verdad es que las capas de pintura y esa barra en el fondo han sido grandes aciertos. Otra de las grandes piezas de su último disco fue “The Narrow Line”. La verdad es que los temas de “Pop War” ganan en fuerza en directo y convencen bastante más que en disco. Fue entonces cuando Tobias Egge tocó la intro de “Black Diamond” de Kiss. No cayó el clásico, pero si la trepidante y 60era “Ill Let You Down”. Absoluto temazo y una de sus primeras obras maestras. Luego sonó otra imprescindible: “Throwing Stones”. Hubo saltos y aplausos, pues la ocasión lo requería.

Parón tras una hora de directo. Quedaban los bises, y la verdad es que sorprendieron bastante. Cayeron versiones. La primera “Leave my Kitten Alone” de Little Willie John. Puro sabor blues del bueno y mucho feeling. Luego Dolf de Borst tomó el protagonismo para atacar otra oldie: la versión de The Kids “This Is Rock and Roll”. Potencia y decibelios. El baterista Tomas Eriksson tuvo su momento de lucimiento con un breve solo (también mete coros), para posteriormente atacar una exquisita “Holiday from My Vacation”. ¿Su tema más conocido? Despedida entre aplausos a pesar de que nos dejaron con ganas de más. Esta vez no estuvo Dregen de los Backyard Babies, pero ya no lo necesitan. Parece que el grupo ya es capaz de encabezar su propia gira europea. Desde la irrupción de Backyard Babies que no aparecía un grupo tan atractivo como Imperial State Electric.

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Imperial State Electric

Reseña

Cuando Nicke Andersson dio carpetazo en 2008 a los Hellacopters se puso el objetivo de conseguir grabar el disco perfecto de Rock. Parece que su intento va por la buena senda pues este homónimo “Imperial State Electric” es toda una bocanada de aire fresco y todo un ejemplo de cómo hacer bien las cosas. Nicke insiste que la banda lo es como tal y que nos olvidemos de catalogarlo como disco en solitario o proyecto. Para ello se ha unido con varios de sus colegas de las latitudes escandinavas y la verdad, ha conseguido un disco espectacular.

Mezcla con maestría la onda Kiss, los estribillos poseen una influencia absoluta de Paul y Gene más grandes dosis de rock and roll escandinavo y algo de punk. Destacan en sobremanera los cortes “Holiday From My Vacation” y “Ill Let You Down”. La primers da muchas pistas sobre su estilo y demuestra el estado de gracia que tiene Nicke a la hora de componer. La segunda es un ejercicio preciosista y un viaje hacia la onda The Zombies, Beatles o Kinks. Estribillo dorado y un corte de sonido añejo pero perfectamente puesto al día.

“Lord Knows I Know that It Aint Right” o “Together in the Darkness” son 100% Kiss, y no son las únicas, ni mucho menos. Su devoción por los rockeros de Detroit es palpable en todo momento y el hecho de conseguir telonearles en su pasada gira europea fue un triunfo de la lógica. El listón está más que alto y “Resign” vuelve a sonar con aires de 40 años atrás pero con la gracia de la actualización estilística. Dreggen de los Backyard Babies ha estado también colaborando con la banda y hasta estuvo de gira con ellos. “Throwing Stones” es el single en potencia y en el que se nota más la mano de Dreggen.

Los coros son otra de las grandes bazas del grupo pues las líneas vocales suelen estar siempre apoyadas a dos o más voces como en “I Got All Day Long”, de aires muy Stones. Siguen manteniendo el alto nivel en la melódica “Lee Anne” o en “Deja Vu”, marcando un riff genial y firmando otro estribillo perfecto. Juegan a ser directos siempre y apenas pasan de los tres minutos y medio por canción.

Uno de los discos debut del año. Los que lloraron la desaparición de los Hellacopters que estén tranquilos, Imperial State Electric va a suplir a las mil maravillas ese hueco. Puro disfrute, rock and roll en estado puro, bailable, con gancho, desde la sencillez y la efectividad y siempre sonando a fiesta continua. Hay que sacarse el sombrero ante Nicke. Quizá no sea el disco de rock and roll perfecto, pero ese es el camino. Y como decía el poeta griego Kavafis suele ser mejor el camino hacia el objetivo que lograrlo.

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