Hansen y Kiske llenan en Barcelona con Unisonic

Para el que es fan de Kiske, Hansen y Ward creo que coincidirá en que está claro que Unisonic, con unos retoques, podrían ser mucho más grandes de lo que apuntan.

Volvían otra vez Unisonic a la Ciudad Condal, y esta vez por todo lo alto: encabezando su propia gira. Ya demostraron lo que pueden hacer telonenado a Gotthard y en el Leyendas, pero en ambas ocasiones la cosa no terminó de convencer plenamente. Esta vez elevaron el listón a pesar de que sigue dando la sensación de que en directo el grupo puede dar un poco más de si. La gente abarrotó la Salamandra Hospitalense con muchas ganas de ilusión, y pocos serían los que se marcharían defraudados.

Pero antes de Hansen y Kiske le tocaba el turno al combo más prometedor del Estado: Lords of Black. Tenían algo más de tiempo que en su última vez y volvieron a poner sobre la mesa todas sus credenciales. De todas formas en España no vamos a avanzar en materia rock metal si cada vez que un grupo patrio suena de maravilla se oye eso tan recurrente de: “suenan tan bien que no parecen de aquí”. Curioso que todavía a día de hoy uno de los mejores piropos que te puede lanzar la gente es lo de: “parecen extranjeros”… Pues sí, Lords of Black lo hacen tan bien que sorprenden a la audiencia. Su hard rock es pura clase y Ronnie Romero es un cantante que le pone el colofón a una banda que funciona como un reloj. Hay grandes nombres allí, pero quedarían en nada si no estuviera todo respaldado por un gran trabajo en composición, un buen sonido y unas metas muy claras. Temas pegadizos como “Lords of Black”, “The Art of Illusions – Smoke and Mirrors” o “Forgive or Forget”. Muy buenos estribillos y una puesta en escena sobria pero elegante son otras de sus grandes bazas. Mención especial a la base rítmica y, cómo no, a Tony Hernando. Me sorprendió muy gratamente el final con la extensa y completa “When Everything Is Gone”. Huele a que van a estar presentes en muchas giras internacionales como teloneros y en todos los festivales veraniegos del país. Su próxima obra tiene que significar su despegue definitivo.

Unisonic volvían con la sala ya ganada de antemano. Rugía el público ya antes de la intro y se volvió loco con la fabulosa “For the Kingdom”. Había un debate abierto en la sala sobre cuál de sus dos discos era mejor. Temas como este decantan la balanza; también ese gran single titulado como “Exceptional”, pero fue una lástima que el sonido no terminase de permitir apreciar unos temas que necesitan de una pulcritud casi perfecta. Kiske andaba loco haciendo señas a roadies y técnicos. Obviamente su voz sigue siendo “la voz”. Una lástima que el bueno de Michael tuviera esa extrañísima crisis existencial de casi 20 años que le alejó de la escena. Todo cantante de power le ha intentado imitar, pero él es único. Tras “Never Too Late” y “Your Time Has Come” Kiske empezó a bromear con la gente. Realmente próximo, divertido y ejerciendo muy bien de maestro de ceremonias. Me sorprendió que lanzara algunas puyas bastante directas a Hansen, pero siempre de buen rollo: “Esta canción también está compuesta por Dennis Ward ya que Kai estaba muy ocupado con Gamma Ray”. No creo que el pelirrojo se lo tomara mal, pero dejaba un poco decolocado a Ward.

Dennis Ward (Pink Cream 69) es el motor de Unisonic, Hansen y Kiske son la golosina y la rúbrica que hace al grupo excepcionalmente atractivo, pero que quede claro que la gente que está allí detrás son unos musicazos que han pasado por las filas de Gotthard, Pink Cream 69, DC Cooper, Asia o Place Vendome. “Star Rider” es otro de sus grandes logros, pero es “My Sanctuary” una de las favoritas de la gente como bien pudimos comprobar esa noche. El hecho de que Kai no tome de vez en cuando las riendas vocales es algo que se me antoja incomprensible, pero es lo que hay… Cómo ganaría esta banda con la combinación de dos de las mejores voces de la escena. Poco que achacar a “When the Deed Is Done” y a “King for a Day”, pero está claro que los temas son algo similares y en algún momento el ritmo trepidante se resiente. La luz no brillaba con todo su esplendor, pero entonces cayó la joya: “March of Time” de Helloween. Delirio y alegría con todo el respetable cantando.

Kiske estaba algo mermado físicamente e iba sentándose en un taburete. Llevaba una férula algo ortopédica que no tardó en mostrar y lucir con orgullo. Con los pantalones por las rodillas iba charlando con el público pero dando una imagen de abuelo que va a meter los pies en una palangana de agua. Una imagen poco rockera pero que nos da bastantes pistas de cómo es como persona el gran Michael Kiske. Eso sí, en lo vocal de 10. Tramo final con la semibalada “Over the Rainbow” y “Souls Alive”. Y buen final con “We Rise” (volviendo a insistir que era Ward quien compuso el tema y no Hansen…) y “Throne of the Dawn”. Lo que quedaba estaba cantado: un “I Want Out” que hemos oído mil veces, pero que suena a gloria cuando la entona Kiske, y con su himno particular: “Unisonic”. Puede que sea su mejor canción hasta la fecha; lo que sí quedó clarísimo es que es una de las favoritas del público. Buena despedida y gran concierto a pesar de que nos fuimos con la sensación de que esta gente puede dar más… mucho más.

Para el que es fan de Kiske, Hansen y Ward creo que coincidirá en que está claro que Unisonic, con unos retoques, podrían ser mucho más grandes de lo que apuntan. Los clásicos de Helloween hay que renovarlos en cada gira, pues son lo que la gente quiere ver. Podrían dar espacio a los temas de Gamma Ray que cantan Hansen y Kiske a dúo y hasta dar cancha a algunas canciones de Kiske en solitario. El trabajo de composición de Ward es excelente, pero Unisonic necesita algo de implicación por parte de los dos exHelloween en materia de creación. La banda está, el nombre ya está fijado, pero pueden llegar mucho más alto por mucho que Gamma Ray sea la prioridad absoluta de Kai. También entiendo que estamos en la antesala de la reunión de Helloween de la era Keepers y que posiblemente sea en Wacken. Falta saltar un par de escollos que tienen nombre y apellido: la animadversión entre Kiske y Weikath y el cómo encajaría el golpe Andi Deris. Lo que parecía imposible cada día que pasa es más factible. No olvidemos que la gracia de Unisonic es el llegar a disfrutar de los clásicos de la etapa dorada de Helloween en directo…